A Punta de Capote
Arturo Reyes
Cuento
I
—Comadre, mu güenos días.
—¡Josús y cuánto güeno por aquí! ¡Qué méritos habré jecho yo esta noche pasá pa tener este alegrón por la mañana!
—Pos no repique usté mucho, comadre, que entoavía puée ser que concluya usté por ponerme en mitá de la del Rey.
—Eso no lo jaría yo nunca, asín viniera usté á traerme dos disjustos emparmaos.
—Un colirio es lo que yo vengo á traerle á usté, un colirio pa que vaya usté mejoran» de una miajita de los ojos.
—Pero qué empeño que tiée usté, comadre, en que yo estoy mal de la vista.
—Y tan mal como está usté; pero por mí no deje usté su jacienda, que no tengo yo priesa ninguna.
—Pos mire usté, si usté me lo premite, yo voy á seguir planchando este camisón, porque, según parece, mi señor don Paco, tiée hoy que vestirse de gala pa dir á ver á algún diputao á cortes.
—¿A un diputao, verdá? No es mal diputao elque tiée que ver su caballero de usté; otro diputao como el que tiée que ver el mío, porque el mío también hoy se ha vestío de tiros largos; como que me ha dao un sofoquín porque no tenía calcetines de colores.
—¿Pero por qué ha de ser usté siempre tan mal pensá, comadre? ¿Por qué no ha de ser verdá que tengan que dir dambos á jacer esa visita?
—¡Que por qué no ha de ser verdá!—exclamó incorporándose como sacudida por un fleje de acero, Rosalía la Chiripera—porque no lo es, porque yo sé que no lo es... la jacer una visita! ¡y tan visita! como que dambos tiéen que dir hoy á pendonear con dos archiduquesas que acaban de llegar de Sivilla, dos asperones más jarticos de roar que un mingo sobre un tapete.
—Pero, comadre, ¿por qué se ha de creer usté siempre lo que la gente le dice ó lo que á usté se le antoja?
Dominio público
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Publicado el 24 de diciembre de 2021 por Edu Robsy.