Floresta Varia de Añagazas, Industrias y Trápalas (II)
Arturo Robsy
Cuento
—De cómo las experiencias dan de todo menos experiencia.
—De cómo unos quieren vivir en paz y otros no les dejan.
—De como cuanto más se mira menos se ve la solución, e inútilmente se indignan los buenos hombres y las mujeres buenas.
—De cómo, después de todo, Dios premiará a los buenos y castigará a los malos pero, desgraciadamente, demasiado tarde.
(Nuevas confidencias)
Primer caro. De casas con truco.
Don Juan tiene un solar grande y desea hacerse una buena casa. Y he aquí que acude a Rafael (el mismo Rafael de otras veces), que le dice que de allí le saldrá un palacio más que una casa y, naturalmente, la cabeza de don Juan se llena de alegres perspectivas.
Llega el aparejador y toma las medidas. Después, habla con don Juan y deciden como quiere la casa y con cuántas habitaciones. A su debido tiempo los planos están listos: no son —desde luego— los que corresponderían a un palacio, pero puede pasar, salvo...
—¿Por qué es tan grande el patio? —pregunta Don Juan.
El aparejador (porque el arquitecto no ha aparecido a causa del trabajo) explica que hubo un error en la interpretación de las medidas (no explica de quién, pero don Juan lo sospecha) y que se les perdió un metro.
—Pero no merece la pena cambiarlo todo por un metro —dice—. Así queda muy bien y el patio, al ser mayo, tendrá más sol.
Don Juan no tiene ganas de enfadarse. Y, además, ¿qué importa un metro? Los futuros inquilinos saldrán ganando y los niños lo agradecerán, ¿o no?
Los planos caen en las manos de Rafael que, según su costumbre, pone a tres de sus peones en la obra y se marcha sabe-Dios-hacia-donde; en todo caso a un lugar desde el que no se pueda vigilar la construcción.
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Publicado el 16 de octubre de 2020 por Edu Robsy.