Canción de Acero
Arturo Robsy
Cuento
LA NO MUERTE D'ARTÚS
Aquí se habla de hoy y de mañana. No de ayer. De hombres, acero y piedra.
El mundo solo, nublado, dormido. La Gran Espada clavada en la piedra viva y un joven que la empuña y la saca de su encierro: el mundo se estremece. Todo empieza.
Piedra solitaria.
De la espada se ha hablado. De la piedra viva, pura luz de manantial, nunca. Y era el soporte de un mundo nuevo, el cimiento de otra edad.
—¿Cómo era la piedra? — preguntaron, mucho después, al joven los que jamás la vieron.
—Era — explicó— sílex cóncavo y vibraba como una palabra que se va a decir.
Mago.
El mago, impaciente tras años de tanta y repetida historia, gritó tras la gran mesa:
—¿Es que nadie entenderá al fin que el hierro nace de la piedra y el acero bruñido de la luz? ¿Habrá que decir, de nuevo, que el pedernal, la más dura piedra, sólo existe porque el acero es lumbre?
Rey.
—¿La espada me hace Rey, mago?
—¡Qué juventud! La espada te obliga a ser hombre. Y sólo el hombre es rey.
—¿Rey de qué?
El aire quedó en suspenso: La brisa y el pedernal, el acero y el agua escuchaban:
—Sólo es posible ser rey de una cosa: de Justicia. Y, de uno mismo.
Acero.
Artús es rey. Tiene la espada del Rey, sacada de la piedra antigua y cóncava: entrambas son la Unión de ayer y hoy, de lo moderno y lo antiguo.
Pero es rey de un reino de uno. Menos que eso quizá, porque ni se domina ni se vence. No tienen razón mejor salvo el brillo del acero, cuando lo levanta al sol. Tampoco tiene verdad para llenar un estandarte.
El tiempo nuevo.
Algunos cómites, en la hora miserable del reino dividido y discorde, quieren ver al muchacho que, al sacar la espada hundida en la noche del sílex, venció a la piedra y es rey del nuevo tiempo.
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Publicado el 13 de julio de 2016 por Edu Robsy.