La Carga
Baldomero Lillo
Cuento
Los sables salen de las vainas con un claro y vibrante chirrido y los soldados de quepis y dormán azules sueltan la rienda de sus caballos y se precipitan contra el formidable enemigo.
¡Oh, los héroes! ¡Oh! los valientes!
¡Con qué coraje esgrimen la cortante hoja sobre las cabezas inermes, sobre los pálidos rostros de las mujeres, las blancas testas de los ancianos y las rizadas cabelleras de los niños!
Nada les detiene. Pasan como un huracán arrollándolo todo bajo los ferrados cascos de sus corceles. El filo de sus sables abate de un golpe los brazos que alzan la callosa mano como un escudo y parte en dos los cráneos que se cobijan bajo la gorra y la chupalla.
¡Y los jefes! ¡Los bizarros oficiales! Vedlos delante de sus valientes, la espada en alto, la mirada centelleante, ebrios de gloria, de heroísmo y de bravura.
¡Qué noble emulación los exalta! Nadie quiere tener una mancha roja de menos en el dormán galoneado.
Y se miran y se observan, tratando de sobrepujarse en aquel torneo heroico.
Dominio público
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Publicado el 29 de septiembre de 2023 por Edu Robsy.