Textos por orden alfabético inverso de Benito Pérez Galdós disponibles | pág. 6

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autor: Benito Pérez Galdós textos disponibles


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La Loca de la Casa

Benito Pérez Galdós


Teatro


Comedia en cuatro actos

Personajes

VICTORIA hija de Moncada.
GABRIELA hija de Moncada.
DOÑA EULALIA, hermana del mismo.
LA MARQUESA DE MALAVELLA.
SOR MARÍA DEL SAGRARIO.
CARMETA, criada de Moncada.
JOSÉ MARÍA CRUZ.
DON JUAN DE MONCADA.
DANIEL, Marqués de Malavella.
JAIME.
HUGUET, amigo y agente de Moncada.
JORDANA, alcalde de Santa Madrona.
LLUCH, portero de la fábrica.
Hermanas de la Caridad, señoras y caballeros del vecindario de Santa Madrona, etc.

La acción es contemporánea, y se supone en un pueblo de los alrededores de Barcelona, designado con el nombre convencional de Santa Madrona.

Imprimo completa esta obra, tal como fue presentada en el Teatro de la Comedia en Octubre del pasado año. Las exigencias de la representación escénica, como resultan hoy de los gustos y hábitos del público (más tolerante con los entreactos interminables, que con los actos de alguna extensión), han impuesto al autor de esta comedia la ley estrecha de la brevedad, y a la brevedad se atiene, salvando, en lo posible, la verdad de los caracteres y la lógica de la acción.

Mientras llega la ocasión crítica de descifrar el enigma que lleva en sí toda obra representable, esta se ofrece al público de lectores, medrosa, sí, pero con menos miedo que ante el público de oyentes. Y si Dios y la excelente compañía de la Comedia le deparan un resultado feliz en la representación, será impresa nuevamente en la forma y dimensiones de obra teatral.

1º de Enero de 1893.

B. P. G.


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120 págs. / 3 horas, 31 minutos / 566 visitas.

Publicado el 1 de diciembre de 2016 por Edu Robsy.

La Incógnita

Benito Pérez Galdós


Novela, Novela epistolar


A D. Equis X, en Orbajosa Madrid, 11 de Noviembre.

Querido Equis: Allá va mi primera carta. La empiezo recordándote la condición sine qua non de mi compromiso epistolar, a saber: que esto no ha de leerlo nadie más que tú. Sólo con la seguridad de que humanos ojos, fuera de los tuyos de ratón, no han de ver el contenido de estas cartas, puedo ser, como me propongo, absolutamente sincero al escribirlas. A cambio de la solemne promesa de tu discreción, nada te ocultaré, ni aun aquello que recelamos confiar verbalmente al amigo más íntimo.

Ya que por tus pecados, de los cuales más vale no hablar, te ves recluido en la estrechez carcelaria de ese lugarón, donde todas las murrias del alma humana tienen su asiento, quiero enviarte la sal de estas cartas para que sazones con ella el pan desabrido de tu destierro forzado o voluntario, que esto es harina de otro costal. En ellas verás personas, sucesos, chismes y trapisondas de esta pícara Corte, cuya confusión y bullicio tanto te agradan, como buen gato madrileño; y la sociedad que has dejado con pena, la vida esta, entretenidísima, variada y estimulante, revivirán en tu espíritu, descritas sin galanura, pero con veracidad, por tu mejor amigo.


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232 págs. / 6 horas, 47 minutos / 289 visitas.

Publicado el 5 de octubre de 2016 por Edu Robsy.

La Fontana de Oro

Benito Pérez Galdós


Novela


Los hechos históricos ó novelescos contados en este libro, se refieren á uno de los periodos de turbación política y social más graves é interesantes en la gran época de reorganización, que principió en 1812 y no parece próxima á terminar todavía. Mucho después de escrito este libro, pues sólo sus últimas páginas son posteriores á la Revolución de Septiembre, me ha parecido de alguna oportunidad en los días que atravesamos, por la relación que pudiera encontrarse entre muchos sucesos aquí referidos y algo de lo que aquí pasa; relación nacida, sin duda, de la semejanza que la crisis actual tiene con el memorable período de 1820-23. Esta es la principal de las razones que me han inducido á publicarlo.

B.P.G.

Diciembre de 1870.

CAPÍTULO I. La Carrera de San Jerónimo en 1821.

Durante los seis inolvidables años que mediaron entre 1814 y 1820, la villa de Madrid presenció muchos festejos oficiales con motivo de ciertos sucesos declarados faustos en la Gaceta de entonces. Se alzaban arcos de triunfo, se tendían colgaduras de damasco, salían á la calle las comunidades y cofradías con sus pendones al frente, y en todas las esquinas se ponían escudos y tarjetones, donde el poeta Arriaza estampaba sus pobres versos de circunstancias. En aquellas fiestas, el pueblo no se manifestaba sino como un convidado mas, añadido á la lista de alcaldes, funcionarios, gentiles-hombres, frailes y generales; no era otra cosa que un espectador, cuyas pasivas funciones estaban previstas y señaladas en los artículos del programa, y desempeñaba como tal el papel que la etiqueta le prescribía.


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408 págs. / 11 horas, 54 minutos / 458 visitas.

Publicado el 21 de abril de 2016 por Edu Robsy.

La Familia de León Roch

Benito Pérez Galdós


Novela


PRIMERA PARTE

I. De la misma al mismo.

Ugoibea, 30 de Agosto.

«Querido León: No hagas caso de mi carta de ayer, que se ha cruzado con la tuya que acabo de recibir. La ira y los pícaros celos me hicieron escribir mil desatinos. Me avergüenzo de haber puesto en el papel tantas palabras tremebundas mezcladas con puerilidades gazmoñas... pero no me avergüenzo: me río de mí misma y de mi estilo, y te pido perdón. Si yo hubiera tenido un poco de paciencia para esperar tus explicaciones... Otra tontería... ¡Celos, paciencia! ¿quién ha visto esas dos cosas en una pieza? Veo que no acaban aún mis desvaríos; y es que después de haber sido tonta, siquiera por un día, no vuelve á dos tirones una mujer á su discreción natural.


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462 págs. / 13 horas, 28 minutos / 410 visitas.

Publicado el 21 de abril de 2016 por Edu Robsy.

La Estafeta Romántica

Benito Pérez Galdós


Novela, novela epistolar


I

De Doña María Tirgo a Doña Juana Teresa

En La Guardia, a 20 de febrero de 1837.

Amiga y señora: Por la tuya del 7, que me trajo el seminarista de Tarazona, he comprendido que la mía del día de la Candelaria no llegó a tus manos, o que anda por esos caminos atontada y perezosa; que esto suele acontecer a todo papel que al correo se fía, a quien ahora damos un nombre que le cae muy bien: la mala. Repito en esta, asegurada por la mano de unos ribereños que llevan trigo, lo que te dije en la que se atascó en esos baches, y le añado novedades que han de causarte admiración, como a mí, sin que aún podamos afirmar si serán adversas o favorables a nuestro asunto.

Salvo los alifafes con que nos obsequia la edad a José María y a mí, todos acá disfrutamos de salud corporal gracias a Dios; pero a los dos viejos no deja de visitarnos la tristeza, ni hallamos fácil consuelo al término desairado de aquellos planes que eran nuestra ilusión. Las niñas están que da gozo verlas, sanas y alegres, como si nada hubiera pasado; Demetria, inalterable en sus hábitos de mayorazga y gobernadora de hacienda; Gracia, juguetona y risueña los más de los días; los menos, caída y quejumbrosa.


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Dominio público
210 págs. / 6 horas, 8 minutos / 332 visitas.

Publicado el 21 de febrero de 2018 por Edu Robsy.

La Desheredada

Benito Pérez Galdós


Novela


Primera parte

Saliendo a relucir aquí, sin saber cómo ni por qué, algunas dolencias sociales, nacidas de la falta de nutrición y del poco uso que se viene haciendo de los benéficos reconstituyentes llamados Aritmética, Lógica, Moral y Sentido Común, convendría dedicar estas páginas... ¿a quién? ¿al infeliz paciente, a los curanderos y droguistas que, llamándose filósofos y políticos, le recetan uno y otro día?... No; las dedico a los que son o deben ser verdaderos médicos: a los maestros de escuela.

B. P. G.

Madrid.—Enero de 1881.

PERSONAJES DE ESTA PRIMERA PARTE

ISIDORA RUFETE, protagonista.
MARIANO RUFETE, su hermano.
LA SANGUIJUELERA, tía.
AUGUSTO MIQUIS, estudiante de Medicina.
JOAQUÍN PEZ, Marqués viudo de
SALDEORO, hijo de
DON JUAN MANUEL JOSÉ DEL PEZ, Director general en el Ministerio de Hacienda.
DON JOSÉ DE RELIMPIO Y SASTRE, espejo de los vagos.
DOÑA LAURA, su esposa
MELCHOR DE RELIMPIO, hijos
EMILIA, hijos
LEONOR, hijos
LA MARQUESA DE ARANSIS.
EL MAJITO, niño.
ZARAPICOS, pícaros
GONZALETE, pícaros
TOMÁS RUFETE.
EL SEÑOR DE CANENCIA.
MATÍAS ALONSO, conserje de la casa de Aransis.
UN CONCEJAL.  
UN COMISARIO DE BENEFICENCIA.  
MI TÍO EL CANÓNIGO (que no sale).
Hombres y mujeres del pueblo, niños, Peces de ambos sexos, criados, guardias civiles, etc.

La escena en Madrid, y empieza en la primavera de 1872.


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451 págs. / 13 horas, 10 minutos / 686 visitas.

Publicado el 25 de septiembre de 2016 por Edu Robsy.

La de San Quintín

Benito Pérez Galdós


Teatro


PERSONAJES y ACTORES

ROSARIO DE TRASTAMARA, Duquesa de San Quintín (27 años).

RUFINA, (15 años).

LORENZA, ama de llaves de Buendía.

RAFAELA, criada de la Duquesa.

SEÑORA 1.ª.

SEÑORA 2.ª.

SEÑORA 3.ª.

DON CÉSAR DE BUENDÍA, (55 años), padre de Rufina.

VÍCTOR, (25 años).

DON JOSÉ MANUEL DE BUENDÍA, (88 años), padre de D. César.

EL MARQUÉS DE FALFÁN DE LOS GODOS, (35 años).

CANSECO, notario, (50 años).

CABALLERO 1.º.

CABALLERO 2.º.

SRTA. GUERRERO.

SRTA. RUIZ.

SRTA. CANCIO.

SRTA. LÓPEZ.

SRTA. MOLINA.

SRTA. ARÉVALO.

SRTA. SEGOVIA.

SR. CEPILLO.

SR. THUILLIER.

SR. CIRERA.

SR. ORTEGA.

SR. BALAGUER.

SR. GUERRERO.

SR. SANTÉS

ACTO I

Sala en casa de Buendía.— Al fondo, próxima al ángulo de la izquierda una gran puerta, con forillo, por la cual entran todos los que vienen del exterior o de la huerta, y un ventanal grande, al través de cuyas vidrieras se ven árboles.— Dos puertas a la derecha, y una grande a la izquierda, que es la del comedor.— Muebles de nogal, un bargueño, arcones, todo muy limpio.— Cuadros religiosos, y dos o tres que representan barcos de vela y vapor: en la pared del fondo la fragata Joven Rufina en tamaño grande.— La decoración debe tener el carácter de una casa acomodada de pueblo, respirando bienestar, aseo, y costumbres sencillas.— Una mesa a la derecha; velador a la izquierda.— Es de día.— Por derecha e izquierda, entiéndase la del espectador.


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Dominio público
76 págs. / 2 horas, 14 minutos / 359 visitas.

Publicado el 22 de febrero de 2018 por Edu Robsy.

La de los Tristes Destinos

Benito Pérez Galdós


Novela


I

Madrid, 1866.— Mañana de Julio seca y luminosa. Amanecer displicente, malhumorado, como el de los que madrugan sin haber dormido...

Entonces, como ahora, el sol hacía su presentación por el campo desolado de Abroñigal, y sus primeros rayos pasaban con movimiento de guadaña, rapando los árboles del Retiro, después los tejados de la Villa Coronada... de abrojos. Cinco de aquellos rayos primeros, enfilando oblicuamente los cinco huecos de la Puerta de Alcalá como espadas llameantes, iluminaron a trechos la vulgar fachada del cuartel de Ingenieros y las cabezas de un pelotón desgarrado de plebe que se movía en la calle alta de Alcalá, llamada también del Pósito. Tan pronto el vago gentío se abalanzaba con impulso de curiosidad hacia el cuartel; tan pronto reculaba hasta dar con la verja del Retiro, empujado por la policía y algunos civiles de a caballo... El buen pueblo de Madrid quería ver, poniendo en ello todo su gusto y su compasión, a los sargentos de San Gil (22 de Junio) sentenciados a muerte por el Consejo de Guerra. La primera tanda de aquellos tristes mártires sin gloria se componía de diez y seis nombres, que fueron brevemente despachados de Consejo, Sentencia y Capilla en el cuartel de Ingenieros, y en la mañana de referencia salían ya para el lugar donde habían de morir a tiros; heroica medicina contra las enfermedades del Principio de Autoridad, que por aquellos días y en otros muchos días de la historia patria padecía crónicos achaques y terribles accesos agudos... Pues los pobres salieron de dos en dos, y conforme traspasaban la puerta eran metidos en simones. Tranquilamente desfilaban estos uno tras otro, como si llevaran convidados a una fiesta. Y verdaderamente convidados eran a morir... y en lugar próximo a la Plaza de Toros, centro de todo bullicio y alegría.


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Dominio público
277 págs. / 8 horas, 5 minutos / 492 visitas.

Publicado el 17 de febrero de 2018 por Edu Robsy.

La de Bringas

Benito Pérez Galdós


Novela


I

Era aquello... ¿cómo lo diré yo?... un gallardo artificio sepulcral de atrevidísima arquitectura, grandioso de traza, en ornamentos rico, por una parte severo y rectilíneo a la manera viñolesca, por otra movido, ondulante y quebradizo a la usanza gótica, con ciertos atisbos platerescos donde menos se pensaba; y por fin cresterías semejantes a las del estilo tirolés que prevalece en los kioskos. Tenía piramidal escalinata, zócalos greco-romanos, y luego machones y paramentos ojivales, con pináculos, gárgolas y doseletes. Por arriba y por abajo, a izquierda y derecha, cantidad de antorchas, urnas, murciélagos, ánforas, búhos, coronas de siemprevivas, aladas clepsidras, guadañas, palmas, anguilas enroscadas y otros emblemas del morir y del vivir eterno. Estos objetos se encaramaban unos sobre otros, cual si se disputasen, pulgada a pulgada, el sitio que habían de ocupar. En el centro del mausoleo, un angelón de buen tallo y mejores carnes se inclinaba sobra una lápida, en actitud atribulada y luctuosa, tapándose los ojos con la mano como avergonzado de llorar; de cuya vergüenza se podía colegir que era varón. Tenía este caballerito ala y media de rizadas y finísimas plumas, que le caían por la trasera con desmayada gentileza, y calzaba sus pies de mujer con botitos, coturnos o alpargatas; que de todo había un poco en aquella elegantísima interpretación de la zapatería angelical. Por la cabeza le corría una como guirnalda con cintas, que se enredaban después en su brazo derecho. Si a primera vista se podía sospechar que el tal gimoteaba por la molestia de llevar tanta cosa sobre sí, alas, flores, cintajos, y plumas, amén de un relojito de arena, bien pronto se caía en la cuenta de que el motivo de su duelo era la triste memoria de las virginales criaturas encerradas dentro del sarcófago.


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227 págs. / 6 horas, 38 minutos / 466 visitas.

Publicado el 25 de septiembre de 2016 por Edu Robsy.

La Corte de Carlos IV

Benito Pérez Galdós


Novela


I

Sin oficio ni beneficio, sin parientes ni habientes, vagaba por Madrid un servidor de ustedes, maldiciendo la hora menguada en que dejó su ciudad natal por esta inhospitalaria Corte, cuando acudió a las páginas del Diario para buscar ocupación honrosa. La imprenta fue mano de santo para la desnudez, hambre, soledad y abatimiento del pobre Gabriel, pues a los tres días de haber entregado a la publicidad en letras de molde las altas cualidades con que se creía favorecido por la Naturaleza le tomó a su servicio una cómica del teatro del Príncipe, llamada Pepita González o la González. Esto pasaba a fines de 1805; pero lo que voy a contar ocurrió dos años después, en 1807, y cuando yo tenía, si mis cuentas son exactas, diez y seis años, lindando ya con los diez y siete.

Después os hablaré de mi ama. Ante todo debo decir que mi trabajo, si no escaso, era divertido y muy propio para adquirir conocimiento del mundo en poco tiempo.

Enumeraré las ocupaciones diurnas y nocturnas en que empleaba con todo el celo posible mis facultades morales y físicas. El servicio de la histrionisa me imponía los siguientes deberes: Ayudar al peinado de mi ama, que se verificaba entre doce y una, bajo los auspicios del maestro Richiardini, artista de Nápoles, a cuyas divinas manos se encomendaban las principales testas de la Corte.

Ir a la calle del Desengaño en busca del Blanco de perla, del Elixir de Circasia, de la Pomada a la Sultana, o de los Polvos a la Marechala, drogas muy ponderadas que vendía un monsieur Gastan, el cual recibiera el secreto de confeccionarlas del propio alquimista de María Antonieta.


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Dominio público
222 págs. / 6 horas, 30 minutos / 1.084 visitas.

Publicado el 5 de octubre de 2016 por Edu Robsy.

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