Una Tiple
Carmen de Burgos
Cuento
El teatro estaba completamente lleno; iluminado y decorado con riqueza y buen gusto, servía de marco á la espléndida guirnalda de muje. res hermosas que, con los hombros y los brazos desnudos, ocupaban los palcos y plateas, siendo la admiración de los elegantes que ocupaban la sala y del pueblo apiñado en la entrada general.
Era la noche del debut de la nueva tiple, que, precedida de gran fama, acababa de llegar á Italia, la patria del bell canto; tiple que iba á dar a conocer sus extraordinariasfacultades en Milán, donde siendo aceptada ya tenía asegurada su fama y su porvenir de artista. El renombre de la signora Giovani era grande y novelesco, uniendo á sus extraordinarias facultades una belleza poco común, que la hacía más interesante.
Se decía de la signora Giovani que poseedora de una gran fortuna y casada muy joven con un hombre, á quien adoraba, había sido abandonada por él, dejándola en la miseria con un hijo de corta edad, por el que la madre hubo de buscar en el arte un medio de ganar el pan, siendo tan aplaudida por su talento y belleza como por su intachable conducta.
El público esperaba con ansiedad el momento de levantarse el telón, que ya tardaba más de lo acostumbrado, y dejaba oir un rumor de impaciencia.
Entre tanto, la signora Giovani, pálida y temblorosa, vestida con el lujoso traje que había de lucir en la escena, decia suplicante al empresario.
—Suspended la función, por caridad, esta noche.
—Es imposible, señora. El teatro está lleno y el público espera.
—¿Cómo queréis que cante cuan do mi hijo expira?
—Exagera usted, y, puede creerlo, no es sólo mi interés, sino el suyo lo que me obliga á rogarla que cante. Es el porvenir de usted y el de su hijo. Se diría que la tiple había tenido miedo.
—Su estado no es tan desesperado como usted cree—dijo interviniendo en la conversación otro caballero—. Yo le ví esta mañana.
Dominio público
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Publicado el 21 de enero de 2025 por Edu Robsy.