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autor: Cristóbal Miró Fernández textos disponibles


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Desojando la margarita

Cristóbal Miró Fernández


Reflexión


El hecho de desojar una margarita es equivalente a sobrevivir en el limbo de lo posible-imposible, en la duda que mata y cura del veneno de una bomba de relojería que no cesa de amenazar con cesar su cuenta atrás en cualquier momento, en el segundo menos pensado. Al mismo tiempo es contener la respiración en una pesadilla de amores imposibles, de éxitos improbables, de esperanzas al borde del abismo, de la vida en la frontera de la existencia eterna. Ambas son vida, sí, pero a ambos lados del espejo, siendo el espejo agua que corre su curso continuo entre un reflejo y otro de la misma muerte joven-anciana.

Desojar una margarita implica también el hecho de elegir un camino entre muchos, algo que tarde o temprano hemos de hacer en la vida, en nuestras sendas cotidianas. Es inevitable desojar margaritas para esto o aquello, y requiere valor el lanzarse al vacío de lo que vendrá después de este primer paso a gatas de bastón. Sucede cuando nos vemos capaces de elegir por nosotros mismos lo que deseamos, cuando crecemos y nos independizamos de nuestros antiguos apoyos, al menos en parte y es un riesgo, el de triunfar o caer, el de aprender en cualquier caso de nuestros triunfos o nuestras catástrofes.


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Publicado el 20 de marzo de 2022 por Cristóbal Miró Fernández .

El abrazo de la mirada

Cristóbal Miró Fernández


Reflexión


El día 14 de febrero es un día mágico en un lugar mágico, en el seno de la Creación….en el cerro-valle de Venus y Marte donde se halla los extremos, de conocen, se odian, se aman, se abrazan y se matan sin cesar. Es un lugar donde quien a hierro mata a hierro vive… y donde la flecha de Eros-cupido es de plomo y oro al mismo tiempo. Es un lugar donde la tortura es tan deliciosa como el mejor de los manjares, no hay mejor vergel que este jardín de espinas, donde el dolor es curativo, y donde el dolor es temido…es la muerte más viva, la amistad más íntima y duradera, la que aspira a sobrevivir a la muerte y cuyo recuerdo no desaparezca jamás. El amor es la pesadilla más soñada. No permite dormir al que la sufre, pero nadie querría morir sin haber sido abrazado poderosamente por el ángel de alas negras y latido rojo al menos una vez en su vida, ni vivir una noche sin abrazar hasta la locura en cuerpo y alma al ser amado… sin morir de amor viviendo eternamente en sus ojos verdes, cortada la respiración bajo su tempestad. En el vientre de la vida, donde se gestan las tormentas de llanto, en ese núcleo de acero el amor tiene su hogar, su Imperio… tirano demócrata que, al mismo tiempo que nos da libertad para elegir o no a la luna o al sol de nuestra existencia, nos exige el hecho de tener siempre presente la ensoñación de esa presencia sanadora y con su ausencia nos asfixia…


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Publicado el 6 de febrero de 2022 por Cristóbal Miró Fernández .

El asteroide sobre el propio tejado

Cristóbal Miró Fernández


Reflexión


Un navío con velas encontradas no camina, es una cita que acuñó el rey borbón, el español Carlos III. Las dos cabras que se enfrentan sobre el tronco jamás llegarán a nada, tan solo a caer ambas al río sobre el que luchan enconada y estúpidamente, y con mucha suerte no ahogarse tras la caída, agotadas como están de su lucha inútil. Al final del proceso de auto aniquilación mutua, el tronco sobre el que se sustentan, su mente (ir) racional acabará devorándolas, arrastrándolas en su caída, quebrado por su estupidez. Siempre acaba ganando el que a su adversario no degüella, se cita en una de las líneas de la célebre novela latina, junto al Asno de Oro de Apuleyo, el Satiricon de Petronio. Las dos cabras que se enzarzan, en la lucha inútil y empecinada, en el intento desesperado de derrotar al contario, que al fin y al cabo es un hermano de leche, hasta sus últimas energías, acabarán ambas derribadas por sí mismas sin ver que las cornadas son boomerangs que rebotan una vez y otra contra sí mismas.El puñal de doble filo de un orgullo guerrero mal entendido y peor dirigido hacia los fines de la guadaña, que desangra la mano que lo esgrime sin remedio, no deja nunca tras de sí nada salvo heridas y cicatrices, mientras que en las más de las veces, corona su empuñadura roja de vino y sangre en el pico de la paz de los cementerios que deja de recuerdo… y al final solo quedan los esqueletos insepultos en su rencor de perdones, durante largas generaciones a venir, de los vencedores y vencidos en el Monte de las Ánimas soriano… 


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Publicado el 28 de mayo de 2022 por Cristóbal Miró Fernández .

El café

Cristóbal Miró Fernández


Reflexión


El café es una bebida de doble naturaleza. Tomar un café con alguien es aceptar una invitación agradable para compartir vivencias, recuerdos o unas risas, por ejemplo. La cuestión es que a alguien le diesen café durante la época de la Guerra Civil española, me refiero al café enunciado en letras mayúsculas, si era alguien que no comulgaba con el ideario de los franquistas o era visto con ojeriza por estos, implicaba que dicho desgraciado estaba en un tris de pasar a mejor vida en la cuneta de una carretera.

El café como lugar donde se reúne la sociedad, también en el aspecto de local donde se reúne una comunidad de personas para dialogar, o enfrentarse entre ellas en un retrato social bien poco edificante, como sucede en el artículo escrito por Mariano José de Larra, el célebre periodista decimonónico español, que lleva este mismo título, El café. No es recomendable, para quienes nunca hayáis leído a Larra, hacerlo con los ánimos decaídos.


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Publicado el 25 de marzo de 2022 por Cristóbal Miró Fernández .

El cristal de la memoria

Cristóbal Miró Fernández


Cuento


La tienda hacía años que estaba cerrada...quizá diez, quizá veinte...nadie lo sabía seguro. De hecho todo el barrio se había acostumbrado a verla con las persianas bajadas, y y amucha gente ni se acordaba que allí había habido una panadería, la vieja panadería de Doña Consuelo, que en paz descansaba hacía ya muchos años, de hecho su muerte precipitó que se cerrara el negocio...y desde entonces, haría veinte años, el local había estado vacío...salvo por un viejo espejo con su cristal intacto todavía en una de las paredes.

Entonces corrió por el barrio una voz que hablaba que alguien había comprado la vieja panadería, un matrimonio joven con ansias de futuro...no, no...un matrimonio de mediana edad con tres hijos...no, tampoco...una mujer soltera...no espera...no, no, un hombre que fue despedido de aquella fábrica, ¿no saben ustedes,la que cerró el mes pasado, de cuyo nombre nadie se acuerda y por lo tanto podría ser culaquiera de todas las fábricas cerradas de España? Y entre rumor y rumor, que si era alguien marroquí, paquistaní, español chino, ecuatoriano, los rumores crecían y crecían sin límite alguno. Se especulaba sin orden ni concierto con el nombre de aquellos o aquel misterioso personaje que había comprado la vieja panadería de Doña Consuelo, tan buena mujer como era, tan servicial...¿saben ustedes cuándo...? En fin, que el barrio era un bullir de rumores diversos y contradictorios entre ellos, cada casa un rumor, y cada calle un corrillo...


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Publicado el 6 de febrero de 2022 por Cristóbal Miró Fernández .

El doctor Hyde en Usher

Cristóbal Miró Fernández


Reflexión


No hace falta que un edificio esté cayéndose a trizas a ojos vista de su fachada quebrada para que esta Caída sea menos verdadera. Una fachada impoluta, sin grieta alguna visible, puede ser perfectamente la moribunda tumba encubierta de una familia desestructurada, pronta a su extinción como proyecto de futuro, siempre que su estructura esté carcomida por el vacío falsamente relleno de vida de una sonrisa etrusca… Una mansión puede ser una jaula de barrotes de oro. La riqueza no asegura la felicidad, en ciertas ocasiones incluso asegura la infelicidad a base de preocupaciones que constituyen una pesadilla de veinticuatro horas a ojos cerrados y abiertos de la que es imposible huir por mucho que se intente. La riqueza económica y la pobreza afectiva dictaminan como la cruel sentencia de un juicio la miseria más espantosa que nos podamos o nos atrevamos a imaginar. En esta tesitura tan temible, y en no pocas ocasiones tan verídica, es preferible el hecho de habitar una miserable cabaña de muros barro y tejado de paja, pero tan acogedora como el mejor palacio del mundo a pesar de su extrema modestia, que una prisión repleta de lujos y comodidades. Los banquetes de miel de avispa son platos espantosos pues son veneno oculto a la luz del sol que ahogan en un pantano macabro de clara agua transparente….


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Publicado el 15 de mayo de 2022 por Cristóbal Miró Fernández .

El ruido atronador del más profundo silencio

Cristóbal Miró Fernández


Poema


El ruido atronador del más profundo silencio
Caminan los pasos por las silenciosas calles,Solitarias pisadas que ni se oyen ni se ven,Retumban como tambores ensordecedoresSobre piedras que de su eco hacen con desdén.
Surgen del profundo silencio los ruidos más fuertes,Del silencio de las calles los susurros más altos,De las sombras más oscuras los más brillantes ojos,Del nada más total sale el todo más completo.
Siguen al solitario caminante mil ojos sigilosos,Surgen de cada esquina cual fantasmales seres,Y sin existir existen, pues la nada es su mundo,El mundo de las sombras que vida tiene como el sol.
Y las viejas grises piedras de las solitarias callesSe susurran unas a otras con alta voz inaudiblePreguntas sobre el que las pisan con pasos de gigante,Conocer su historia desean, cuál secreto tesoro antiguo.
Y los retumbantes pasos siguen calle allá a lo lejos,Cual camino que seguido será por el oído experto,Y no se detienen sus ecos sino que se amplificanPor el camino laberíntico de las callejuelas antiguas.


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Publicado el 13 de febrero de 2022 por Cristóbal Miró Fernández .

La luz de una sonrisa y la salvación del hombre

Cristóbal Miró Fernández


Cuento


Cuando Tiké subió al cielo para no volver a bajar jamás a la tierra, harta de los hombres, se lo contó a Zeus, que se enfureció. Tal era su ira que incluso el terrible Ares se escondía, aterrado, lejos del rey de los dioses… Su pecho concibió la idea de destruir la raza humana, ya que no respetaban la idea de justicia, y reunió a los doce dioses para tratar del tema. Les dijo que era corrupta y se merecía su completa destrucción. Les comentó que eran peor que los animales, que se mataban entre ellos sin compasión… Todos los dioses estaban en silencio cuando Afrodita osó alzar su voz y le pidió que no lo hiciese, puesto que ella le demostraría que aún era un ser digno de compasión. Le habló del amor entre amantes, padres e hijos, hermanos… A todas estas razones le respondía Zeus citándole las grandes injusticias cometidas por el hombre. Le relató las guerras, masacres, asesinatos, le habló de su codicia y arrogancia y su impiedad hacia los dioses del Olimpo. Entonces Afrodita le pidió que le diese la oportunidad de brindarle una sola prueba para demostrarle que el ser humano era digno de sobrevivir. Zeus aceptó y Afrodita descendió a la tierra rápidamente a buscarla. Pronto regresó al Olimpo y se la mostró. Era un bebé, inocente y precioso. Entonces el bebé sonrió y su sonrisa inundó de luz al Olimpo. Incluso los caballos de Apolo se quedaron ciegos a causa del resplandor… y Ares, el carnicero y sanguinario dios de la guerra se emocionó. Dejó caer sus armas, sus piernas temblaron y cayó de rodillas mientras el llanto inundaba sus mejillas… Incluso Afrodita se quedó muda ante aquella luz tan brillante. Cuando el niño dejó de sonreír y los Inmortales recuperaron de nuevo la visión, Zeus cedió. Tanto lo había conmovido aquel ser inocente que se había quedado sin habla.


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Publicado el 20 de febrero de 2022 por Cristóbal Miró Fernández .

La mirada

Cristóbal Miró Fernández


Reflexión


Los ojos son la puerta cuyo camino ascendente lleva hacia el conocimiento del alma. Son pozos sin fondo de distinta naturaleza, nos agradaría perdernos en algunos de ellos sin hallar jamás la salida del laberinto, los consideramos nuestro sol, nuestra luna, nuestro TODO absoluto. Nuestro ángel particular, los tenga grandes y enormes o en forma de almendra, será nuestro Dios, la dama de la eterna sonrisa o la dama sin piedad de los poemas medievales, sans merci, o los ojos de fuego del emperador azul (lo de príncipe se queda corto). Sean castaños, negros, azules o verdes, esa persona sera el centro de nuestra existencia y a través de sus ojos vivimos, sentimos y latimos.

La mirada es la vida misma, y una mentira muy poderosa, que nos engaña con nuestro permiso y complicidad queriendo ver a aquella persona como la persona perfecta. Es una mirada con venda, bajo la niebla. Somos el viajero que observa su valle ideal bajo el mar de niebla espesa. Es una mirada de sueño, la mirada de Calisto hacia Melibea, el problema es cuando cae la venda y vemos que aquel ser perfecto, amado, es falible, y empezamos a conocer sus errores, sus máculas, sus grietas. El faro de Alejandría, sin madera que quemar, nos deja náufragos en nuestra propia tempestad y con las velas encontradas entre ellas: el mundo se nos cae hecho pedazos, nos hemos sumergido en un invierno sin fin… y no hay primavera a venir que asome por la puerta ni anuncie sus pasos.


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Publicado el 24 de abril de 2022 por Cristóbal Miró Fernández .

La paz

Cristóbal Miró Fernández


Reflexión


La paz es una realidad o una utopía? Se desea como un sueño, se considera una meta real, lo que la ubica a caballo entre ambos mundos de vigilia y ensoñación, y conseguirla se convierte en una pesadilla, es decir, que se mueve entre la carne y el espíritu a partes iguales. Se podría decir que es una torre medio a construir, medio derruida que se halla como escalera entre cielo y tierra, superviviente en ambos lugares, agonizante en ambos al mismo tiempo.Es una obra de arquitectura imposible hija de la voluntad del ser humano de poder dormir una noche en el Paraíso, sostenida por columnas compuestas se fuste salomónico y en cuya celda se hallan todas las divinidades del mundo, pues todas las religiones la ansían conseguir sin éxito, unas creencias de base invertida de cielo a tierra. La paz es el deseo de un futuro (im) posible. La paz es el fin de todas las luchas, y al mismo tiempo es el final de toda existencia. La vida eterna sin conflictos es la muerte, pues la vida es nido de luchas intestinas por naturaleza. Vivir en paz es, pues, un idealismo posible. Y aún así y todo es el fin último deseado de toda guerra natural al mismo nacimiento y que se extiende hasta la tumba. Existe pues, la paz posible o es tan sólo una ensoñación imposible que es pesadilla al no poder llegar a verla hecha realidad? 


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Publicado el 11 de marzo de 2022 por Cristóbal Miró Fernández .

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