El Hombre de la Multitud
Edgar Allan Poe
Cuento
«Esa desgracia de no poder estar solo»
— La Bruyere
Se ha dicho con justo motivo do cierto libro aleman — Est læsst sich nicht lesen,
— «no se deja leer.» Esto significa que hay secretos que no permiten su
revelacion. Hay hombres que mueren en el silencio de la noche,
estremeciéndose entre las manos de espectros que los torturan con solo
mantener fija sobre ellos su implacable mirada; hombres que mueren con
la desesperacion en el alma y un hierro candente en la larinje, á causa
del horror de los misterios que no consienten que se les descubra.
Algunas veces la conciencia humana soporta un peso de tal enormidad que
solo encuentra alivio en el descanso de la tumba. Así es como la esencia
del crimen queda incógnita con harta frecuencia.
Hace poco tiempo que hácia el declive de una tarde de otoño estaba yo sentado delante de la acristalada ventana de un café de Lóndres, Habia estado enfermo algunos meses, y entrado en convalecencia, sentia con el recobro de la salud esa especie de bienestar, antitesis de las nieblas del hastio; esperimentando esas felices disposiciones, en que el espiritu exaltado sobrepuja su potencia ordinaria tan prodigiosamente como la razon vigorosa y sencilla de Leibnitz se eleva sobre la vaga é indecisa retórica de Gorgias. Respirar libremente era para mi un goce indefinible, y de muchos asuntos verdaderamente penosos sacaba mi fantasía sobrescitada extraños manantiales de positivos placeres. Todos los objetos me inspiraban una especie de interés reflexivo, pero fecundo en atractivas curiosidades. Con un cigarro en la boca y un periódico en la mano, habíame entretenido largamente despues de la comida; mirando luego los anuncios, observando despues los grupos de la concurrencia que ocupaba el café, y fijándome en la gente que pasaba, y que parecian sombras á través de los cristales, empañados por el ambiente exterior.
Dominio público
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Publicado el 27 de septiembre de 2020 por Edu Robsy.