El Ladrón
Federico Gana
Cuento
(Cuento de Navidad)
Asistía en aquella tarde de primavera a una fiesta de Pascua
organizada por una dama de mis relaciones en un lugar veraniego vecino a
Santiago. Numerosas personas de mi conocimiento hallábanse allí
reunidas: señoras, hermosas niñas, jóvenes; un pino cargado de juguetes
estaba colocado en medio del gran salón de la casa; servíanse helados,
cerveza, sandwiches, a los invitados. Pero el objeto principal de la
fiesta era la invitación hecha a los huerfanitos del asilo del pueblo, a
los que iban a repartirse refrescos, dulces y juguetes. La banda de
músicos del lugar tocaba a cada instante animados valses, marchas
militares: todo era alegría, entusiasmo y animación. El hermoso y
simpático rostro de la dueña de casa resplandecía de íntima
satisfacción, porque el buen éxito de aquella fiesta de caridad
aumentaba el prestigio social de la distinguida invitante; al día
siguiente el periódico del pueblo diría: “En casa de la caritativa
señora de X, los huerfanitos del asilo tal, han pasado un agradable día
de Navidad”.
Yo observaba con interés desde un rincón de la sala los detalles de aquella hermosa fiesta: los rostros de los pequeños huerfanitos embebidos en el brillante árbol de Pascua, del que pendían tantas cosas maravillosas, farolillos, trompetas, payasos, cajas de música, muñecas, fusiles, esferas de colores; las rápidas miradas de las hermosas niñas y de los jóvenes, que pronto habían de bailar en la animada y rápida matinée con que terminaría la fiesta. El sordo zumbido de las conversaciones me adormecía.
Dominio público
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Publicado el 28 de junio de 2022 por Edu Robsy.