Las Sombras y la Soledad
Francisco A. Baldarena
cuento
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Publicado el 7 de agosto de 2021 por Francisco A. Baldarena .
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Publicado el 26 de octubre de 2021 por Francisco A. Baldarena .
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Publicado el 5 de diciembre de 2021 por Francisco A. Baldarena .
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Publicado el 16 de septiembre de 2021 por Francisco A. Baldarena .
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Publicado el 13 de agosto de 2021 por Francisco A. Baldarena .
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Publicado el 19 de julio de 2021 por Francisco A. Baldarena .
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Publicado el 28 de octubre de 2021 por Francisco A. Baldarena .
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Publicado el 25 de octubre de 2021 por Francisco A. Baldarena .
Vuelve a llamarlo. La verdad es que: Zulema vuelve a intentar comunicarse con él; cosa que lleva haciendo, sin éxito, desde la mañana. Pero nuevamente el silencio…
“¿Con esta van cuántas, diez, quince, veinte veces?” Hace rato que ha perdido la cuenta.
“No está en el trabajo, ni en el club, ni en el bar y, claro, tampoco en el departamento. ¿Dónde está, entonces, ese hijo de mil puta?”
Enciende otro cigarrillo con la colilla del que acaba de consumir, y la humareda de las primeras bocanadas forman una niebla azulada que le cubre la cabeza y tras la cual larga una certeza:
“¡Con otra, seguro! Con una nueva conquista, como hasta el último día de su vida.”
Piensa en el cuello de Ramiro y aprieta los puños con todas sus fuerzas.
“¡Ese va a perder hasta el último pelo, pero no las mañas! Ya lo veo en un hospital, antes del último suspiro, agarrándole la mano a una enfermerita tonta; pero rubia y tetona, como al degenerado le gusta.”
Llena otro vaso con whisky, esta vez sin hielo y sin soda, y evita mirarse en el espejo del aparador, pues al contrario de la enfermera rubia y tetona de su imaginación, ella tiene senos pequeños. Y la sigue:
“¿Cuántas veces me prometió que era la última aventura? ¿Cuántas veces me dijo, mirándome a los ojos, el muy caradura, que yo soy la única? ¿Y cuántas veces me juró de manos juntas que ya no está para esos trotes? Y, sin embargo… cuando no es un cabello pegado al sobretodo, es la tapa de un lápiz labial debajo del asiento del auto, o las malditas tarjetitas perfumadas en la guantera del auto. Si hasta parece que el hijo de puta me las hace de propósito.”
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Publicado el 29 de julio de 2021 por Francisco A. Baldarena .