Las Hijas del Fuego
Gérard de Nerval
Novela epistolar
A Alexandre Dumas
Le dedico este libro, mi querido maestro, como dediqué Lorely a Jules Janin. Le debía un agradecimiento tanto como a usted. Hace algunos años, me creyeron muerto y él escribió mi biografía. Hace algunos días, me creyeron loco y usted consagró algunas de sus líneas más encantadoras al epitafio de mi inteligencia. Es mucha la gloria que se me depara como adelanto de herencia. ¿Cómo me atrevería, en vida mía, a llevar en la frente esas brillantes coronas? Debo ostentar un aire modesto y rogar al público que descuente mucho de tantos elogios otorgados a mis cenizas, o al vago contenido de esa botella que fui a buscar a la luna imitando a Astolfo, y que hice entrar, espero, en la sede habitual del pensamiento.
Pero, ahora que ya no estoy encima del hipogrifo y que a los ojos de los mortales he recobrado eso que llaman vulgarmente la razón, — razonemos.
He aquí un fragmento de lo que escribía usted sobre mí el 10 de diciembre pasado:
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Publicado el 2 de julio de 2018 por Edu Robsy.