Crónicas de Clovis
Hector Hugh Munro "Saki"
Cuento
Esmé
—Todas las historias de caza son iguales —dijo Clovis—. Con ellas ocurre lo mismo que con las historias de carreras de caballos: son todas idénticas. Y todas ellas, además…
—La historia de caza que quiero contarte no se parece en nada a ninguna otra que hayas oído antes —dijo la baronesa—. Ocurrió hace mucho tiempo, cuando yo tenía unos veintitrés años, más o menos. Por aquel entonces yo no vivía sola, sino con mi marido, pues ninguno de los dos podía permitirse el lujo de pagarle al otro una pensión de divorcio. Lo cual viene a demostrar que, a pesar de todo lo que se dice en refranes y proverbios, la pobreza mantiene unidas a más familias de las que separa. No obstante, los dos siempre cazábamos en compañía de partidas diferentes. Pero, en fin, dejemos esto a un lado, pues no tiene absolutamente nada que ver con la historia.
—Aún no hemos llegado a la partida de caza. Porque me imagino que todo comienza con la organización de una partida de caza, ¿no es cierto? —dijo Clovis.
—Naturalmente —dijo la baronesa—. Y en ella se encontraban reunidos todos los habituales, en especial mi amiga Constance Broddle. Constance era una de esas mozas robustas y hermosas que uno no puede evitar asociar con el típico paisaje otoñal o con los adornos que se ponen en las iglesias cuando llega la Navidad.
»—Tengo el presentimiento de que algo terrible está a punto de suceder —me dijo aquel día—. Debo de estar algo pálida, ¿no?
»Estaba tan pálida como un tomate que ha recibido de repente una mala noticia.
»—Estás más guapa que nunca —le respondí—. Claro que eso es algo que para ti no entraña dificultad alguna, querida.
»Y antes incluso de que ella hubiese llegado a comprender mis palabras ya nos habíamos puesto todos en marcha, y los perros habían dado con un zorro que se había escondido entre unos macizos de aulagas.
Dominio público
230 págs. / 6 horas, 42 minutos / 424 visitas.
Publicado el 18 de diciembre de 2017 por Edu Robsy.