Juan en la Prosperidad
Hermanos Grimm
Cuento infantil
Juan, después de haber estado siete años en casa de su maestro, le dijo un día:
—Maestro, ha terminado el tiempo de nuestro contrato; quiero volver a casa de mi madre, dadme, si os place, lo que he ganado.
Su maestro le contestó:
—Me has servido bien y lealmente; tu recompensa será buena.
Y lo dio un saco lleno de oro; tan grande como su cabeza.
Juan sacó el pañuelo de su bolsillo, hizo el mismo uso de él que si fuera una cuerda, y colocando el saco en sus hombros al extremo de un palo, se puso en camino para ir en busca de su madre.
Mientras caminaba así, siempre un pie tras otro, vio un hombre que trotaba alegremente en su vigoroso caballo.
—¡Ah!, se dijo Juan a sí mismo en alta voz; ¡qué cosa tan buena es ir a caballo! Va uno como sentado en una silla, no tropieza en las piedras del camino, ahorra zapatos y anda sabe Dios cuánto.
El jinete, que le había oído, se detuvo y dijo:
—Y entonces, Juan, ¿por qué vas a pie?
—Porque no puedo pasar por otro punto, le contestó; llevo este saco a mi madre; es verdad que va lleno de oro, mas no por eso pesa menos en mis espaldas.
—Si quieres, cambiaremos, le dijo el jinete; te daré mi caballo y tú me darás tu saco.
—Con mucho gusto, contestó Juan; pero iréis muy cargado, os lo advierto.
Bajó el jinete, y después de haber tomado el oro, ayudó a Juan a montar a caballo y le puso la brida en la mano, diciendo:
—Cuando quieras ahora ir de prisa, no tienes más que decir: ¡arre!, ¡arre!
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Publicado el 23 de agosto de 2016 por Edu Robsy.