¿A qué, si no es a una substancia
eléctrica, puede atribuirse la magia con la que la voluntad se entroniza
tan majestuosamente en la mirada para aniquilar los obstáculos de las
disposiciones del genio, o filtra pese a nuestras hipocresías por entre
la apariencia humana?
Historia intelectual de Louis Lambert
En el estado actual de los conocimientos
humanos, esta teoría es, a mi parecer, la ciencia más nueva y, por
consiguiente, la más curiosa que cabe tratar. Es casi virgen. Espero
poder demostrar la razón coeficiente de esta valiosa virginidad
científica mediante observaciones útiles para la historia del intelecto
humano. Encontrarse con alguna que otra curiosidad de este tipo, en
cualquier ámbito, era ya algo muy difícil en los tiempos de Rabelais;
pero quizá sea aún más difícil explicar su existencia hoy: ¿acaso no es
preciso que todo haya dormido alrededor, vicios y virtudes? Con respecto
a esto, sin ser Ballanche, Perrault, inconscientemente, creó un mito en
La Bella Durmiente. ¡Qué admirable privilegio, el de los
hombres cuyo genio es total candidez! Sus obras constituyen diamantes
tallados con facetas que reflejan e irradian las ideas de todas las
épocas. ¿Acaso Latour-Mézeray, un hombre inteligente que sabe sacar la
enjundia del pensamiento mejor que nadie, no descubrió en El Gato con Botas el mito del Anuncio,
el de las potencias modernas, que anticipa lo que tiene un valor
imposible de hallar en el Banco de Francia, es decir, toda la
inteligencia que hay en el público más ingenuo del mundo, toda la
credulidad que hay en la época más incrédula, toda la simpatía que hay
en las entrañas del siglo más egoísta?
Información texto 'Teoría del Andar'