Para Noche de Insomnio
Horacio Quiroga
Cuento
Ningún hombre, lo repito, ha narrado con más magia las excepciones de la vida humana y de la naturaleza, los ardores de la curiosidad de la convalescencia, los fines de estación cargados de esplendores enervantes, los tiempos cálidos, húmedos y brumosos, en que el viento del sud debilita y distiende los nervios como las cuerdas de un instrumento, en que los ojos se llenan de lágrimas que no vienen del corazón. —la alucinación, dejando al principio bien pronto conocida y razonadora como un libro,— el absurdo instalándose en la inteligencia y gobernándola con una espantable lógica, la historia usurpando el sitio de la voluntad, la contradicción establecida entre los nervios y el espíritu, y el hombre desacordado hasta el punto de expresar el dolor por la risa.
Baudelaire (Vida y obras de Edgar Poe)
A todos nos había sorprendido la fatal noticia: y quedamos
aterrados cuando un criado nos trajo —volando— detalles de su muerte.
Aunque hacía mucho tiempo que notábamos en nuestro amigo señales de
desequilibrio, no pensamos que nunca pudiera llegar a ese extremo. Había
llevado a cabo el suicidio más espantoso sin dejarnos un recuerdo para
sus amigos.
Y cuando le tuvimos en nuestra presencia, volvimos el rostro, presos de una compasión horrorizada.
Aquella tarde húmeda y nublada, hacía que nuestra impresión fuera más fuerte. El cielo estaba lívido, y una neblina fosca cruzaba el horizonte.
Condujimos el cadáver en un carruaje, apelotonados por un horror creciente. La noche venía encima, y por la portezuela mal cerrada caía un río de sangre que marcaba en rojo nuestra marcha.
Dominio público
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Publicado el 26 de octubre de 2022 por Edu Robsy.