Maula
Javier de Viana
Cuento
Contaba ño Luz:
Una güelta, la perrada estaba banqueteando con las achuras del novillo vicien carniao, cuando se presientó un perro blanco, lanudo, feo, con las patas llenas de cascarrias de barro que sonaban al andar como los cascabeles de la víbora de ese nombre.
Los perros suspendieron la merienda y se abalanzaron sobre el intruso, revolcándolo y mordiéndolo, hasta que “Calfucurá”, jefe de aquella tribu perruna, se interpuso, imponiendo respeto.
—¿Qué andás haciendo'? —interrogó airadamente “Calfucurá”.
—Tengo hambre, —respondió con humildad el forastero.
—¿Y no tenés amos?
—Tuve; pero m’echaron porque una noche dentraron ladrones en casa y se alzaron con varias cosas.
—¿Y no ladrastes?
—No.
—¿Por qué?
—Tuve miedo; soy maula.
—¿Sos joven?
—Si.
—¿Tenés buenos dientes?
—Sí... ¡Hace cinco días que ando cruzando campo y sin comer!... De tuitos laos m'espantan y tuitos los perros me corren!...
—¡Hacen bien! —sentenció “Calfucurá”.— El trabajo del perro, como el del polecía, es ser guapo; siendo flojo no vale la carne que come, porque sin trabajar naides tiene derecho a comer!... Ahí tenes esas tripas amargas; enllená las tuyas y seguí viaje...
Dominio público
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Publicado el 25 de octubre de 2022 por Edu Robsy.