Isto e uma porquera!
Javier de Viana
Cuento
—¿Saben a quién prendió la policía ’el Payubre?
—¿A quién?
—A Sinforiano Benítez.
—No conozco animal de esa marca...
—¿No conoces a Sinforiano Benítez, el matrero de Montiel, de más menta y más asesino que el finao Manduquiña Mascareñas?...
—¿Y quién te dijo a vos, —interrumpió don Melchor, patriarca del fogón,— qu’el finao Manduquiña fué un asesino?..
—Las malas lenguas, quizá...
—¡Como la tuya!...
—Pero no sería por santo que lo ajusilaron.
—Por santo no, pero sí por zonzo, que viene a ser cuasi lo mesmo.
—Usted conoce l'historia ’e Manduquiña Mascareñas?
—¡No vi’a conocer!... ¿Se han creído que soy ternero mamón, como ustedes?... Lo conocí dende potranco. Él era de Uruguayana, pero supo vivir mucho tiempo aquí en Corrientes, puestero del portugués Sousa Cabrera Pintos, que tuvo una gran estancia en el Batel...
—Que también anduvo enredao en el crimen...
—Que jue el verdadero criminal.
—Sin embargo, la justicia no le dió pena...
Irguióse el viejo y agitando violentamente la diestra, sentenció:
—¡Lo asolvieron los jueces!... ¡Los jueces no son la justicia!... Pónete ese pucho en l’oreja!...
—Güeno yo no porfío; pero a la fin, ¿Manduquiña mató o no mató?
—Mató.
—¿A una mujer?
—Y a la cría.
—¿Y no jué asesino?...
—No. El asesino jué l’otro.
—¿Cuál?
—Sousa Cabrera Pintos.
—Güeno, viejo; pero desenriede, porque ansina est’atando muchos tientos, pero la trenza no se ve!...
Agachó el lomo el viejo hasta casi tocar las cenizas de sus barbas las cenizas del fogón, y dijo con aspereza:
—Al eje ’e las carretas hay qu’engrasarlo pá que no se queme, y al tragadero ’el cristiano hay que remojarlo con caña pa que refalen las palabras...
Dominio público
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Publicado el 3 de octubre de 2022 por Edu Robsy.