Un-a-gnóstic@ jugando con dioS
Joan Carlos Vinent
Relato corto
Un-a-gnóstic@ jugando con dioS
Autoría: Agnes Dog
Cuando decidió seguir el juego que ella creía Dios le ayudaba a seguir, no era consciente de lo peligroso de la situación. De hecho, si sigue viva es gracias a su existencia, al karma, al destino –no sería su hora- o al puro azar y suerte. Me explico. Jugó, sin complejos, a la ruleta rusa conduciendo un viejo Ford Scort. El trayecto fue desde el cruce que da con la carretera que va desde la carretera de Es Mercadal a Fornells (todavía no estaba la rotonda con la escultura “La dança del vent” de Marcel Villier) a Mahón, siguiendo las líneas de puntos o discontinuas y continuas, pero al revés: una quijotada… empezó con miedo, pero en su interior oía las instrucciones de lo divino o de alguien que le alertaba de cuando venía un coche y debía desplazarse a la derecha de la calzada.
Autoría: Agnes Dog
Cuando decidió seguir el juego que ella creía Dios le ayudaba a seguir, no era consciente de lo peligroso de la situación. De hecho, si sigue viva es gracias a su existencia, al karma, al destino –no sería su hora- o al puro azar y suerte. Me explico. Jugó, sin complejos, a la ruleta rusa conduciendo un viejo Ford Scort. El trayecto fue desde el cruce que da con la carretera que va desde la carretera de Es Mercadal a Fornells (todavía no estaba la rotonda con la escultura “La dança del vent” de Marcel Villier) a Mahón, siguiendo las líneas de puntos o discontinuas y continuas, pero al revés: una quijotada… empezó con miedo, pero en su interior oía las instrucciones de lo divino o de alguien que le alertaba de cuando venía un coche y debía desplazarse a la derecha de la calzada.
Licencia limitada
5 págs. / 10 minutos / 38 visitas.
Publicado el 2 de octubre de 2020 por Juan Carlos Vinent Mercadal.