Ánfora
Joan Carlos Vinent
relato
Pandora’s Box (23-II-2003)
Estaba en el lugar indicado. Decidió esperar. Había tiempo para seguir con el plan. No podía tardar demasiado. Podrían sospechar. Arrancó la motocicleta y llegó a casa. Era una cabaña sobria pero refugio suficiente para el duro invierno que intentaba emular lugares de monotonía septentrional. Encendió la lámpara de petróleo y añadió unos troncos a los rescoldos aletargados. De entre el polvo sacó un libro deseoso de revivir en la soledad de la noche heladora. Leyó el último capítulo del libro. No le importaba el final, sino el camino. Así que ya estaba preparado para saborear cada una de las palabras de un todo que culminaba con un desenlace que resultaba absurdo sin contar con cada una de las partes esenciales que creaban armonía en una historia que cobraría valor poco a poco. La noche húmeda seguía su curso y repiqueteaba en el tejado oxidado de la caseta del viejo mastín.
Estaba en el lugar indicado. Decidió esperar. Había tiempo para seguir con el plan. No podía tardar demasiado. Podrían sospechar. Arrancó la motocicleta y llegó a casa. Era una cabaña sobria pero refugio suficiente para el duro invierno que intentaba emular lugares de monotonía septentrional. Encendió la lámpara de petróleo y añadió unos troncos a los rescoldos aletargados. De entre el polvo sacó un libro deseoso de revivir en la soledad de la noche heladora. Leyó el último capítulo del libro. No le importaba el final, sino el camino. Así que ya estaba preparado para saborear cada una de las palabras de un todo que culminaba con un desenlace que resultaba absurdo sin contar con cada una de las partes esenciales que creaban armonía en una historia que cobraría valor poco a poco. La noche húmeda seguía su curso y repiqueteaba en el tejado oxidado de la caseta del viejo mastín.
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Publicado el 2 de octubre de 2020 por Juan Carlos Vinent Mercadal.