El Santo Nuevo
José de la Cuadra
Cuento
Cuento de la propaganda política en el agro montuvio
I
En la vega estaba el arroz espigón amarillecido. Calentaba el sol dorando las cimeras de las matas; refrescaba el pie de los tallos la marisma lodosa, negruzca, que se hinchaba con las mareas crecidas y se desinflaba en las vaciantes. El viento —que seguía el curso fluvial, jugando en dnamorisqueos con las ondas, desde la lejana cabecera, y que nacía con el agua, como ella cristalino, en el mismo hontanar lejano de la sierra— agitaba las hojas largas, ásperas. Los coletazos de los bagres hediondos y los trampolines maromeros de los camarones, sacudían desde abajo el armazón vegetal. Pronto se pondría reventón el grano, madurado por la obra del lodo y del sol.
—Va a embolsicarse buena plata, don Franco.
—Según: depende de que haya precio. Me creo de que el arroz está en Guayaquil por los suelos. ¡Claro, sudor de pobre!... Hasta apesta...
—No remolque, don Franco. Ya verá los sucres que le entran. Más que mosquitos salen de tembladera.
—Tal vez.
Dominio público
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Publicado el 24 de enero de 2022 por Edu Robsy.