Mis Víctimas
José Fernández Bremón
Cuento
Había muerto yo.
El tribunal que debía juzgarme estaba constituido: yo temblaba en el banquillo de los reos, cuando me dijo el presidente:
—Declare las muertes que ha hecho voluntaria o involuntariamente, o las que han hecho otros en provecho de usted.
—A nadie he muerto —respondí sin vacilar.
—Pido —dijo el fiscal, que era un demonio—, pido que desfilen sus víctimas por delante del tribunal.
Oyéronse a lo lejos mugidos, cacareos, relinchos, maullidos y gritos de toda clase de animales, y vi el desfile más extraño que vio ningún nacido.
Un ejército interminable de hormigas y toda clase de insectos, con un tropel alado de mariposas, moscas, cínifes y abejas pasaron ante mí zumbando furiosamente y mirándome con sus ojillos verdes, azules, negros y encarnados. Hasta las inofensivas mariposas agitaban sus alas de colores, demostrando indignación en sus movimientos al mirarme, y me llamaban asesino en sus idiomas.
—Son los vivientes que has aplastado al andar o has quitado la vida en tus juegos de muchacho —dijo el demonio.
Pasó después otro ejército: las chinches marchaban con pesadez, y sus cuerpecillos rojos hacían el efecto de un arroyuelo de sangre; trotaban delante de ellas una partida de pulgas finas y charoladas; las arañas seguían, dando zancadas descomunales; algunos alacranes agitaban con furor sus garfios venenosos; los sapos parecían señorones barrigudos; las curianas y escarabajos iban de luto riguroso; pasaban atropellando a todos y luciendo sus serruchos los ligeros saltamontes; revoloteaban dando tropezones los murciélagos; víboras, lagartijas, culebras y otras alimañas, en número extraordinario, me llamaban asesino.
—Son los que mataste en defensa propia, o por antipatía y repugnancia —prosiguió el diablo—. Prepárate a ver el desfile de los que te sirvieron de alimento.
Dominio público
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Publicado el 13 de julio de 2024 por Edu Robsy.