Textos más vistos de José Tomás de Cuéllar disponibles | pág. 2

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autor: José Tomás de Cuéllar textos disponibles


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El Aguador

José Tomás de Cuéllar


Crónica


A ti, oh resto mueble de la incuria de tres siglos, representante impávido del statu quo, acémila parlante, hongo viviente de la dignidad humana; a ti, vehículo vejado, ludibrio de la civilización; a ti, aguador nacional, dirijo hoy mis homilías.

Pero antes de fijar una mirada escudriñadora en este tipo eminentemente nuestro, en este perfil idiosincrásico de nuestras costumbres, en este sambenito de nuestra pretendida cultura, hablaremos del agua.

Las tribus errantes dejaban huellas de su paso a orillas de los arroyos donde paraban para tomar el agua con la mano, como las bestias feroces dejan huella de sus patas en los abrevaderos. Casi todos los pueblos de la tierra han nacido a orillas de un río, y casi todas las ciudades del mundo se han erigido allí donde se ha resuelto la vital cuestión de beber agua con comodidad y abundancia.

Las primeras obras hidráulicas tendieron sólo a hacer correr el agua en caños; después hubo acueductos y fuentes. Las obras hidráulicas de los romanos, las de los moros en España, y las de los españoles en México, llenaron cumplidamente la misión de proveer de agua a las ciudades respectivas.

Las últimas obras de este género que hemos visto, son las de los Estados Unidos de América; obras en las que las grandes máquinas de vapor, los réservés y la entubación perfecta, en el uso del agua potable, de hacerla motora de sí misma, como la sangre en el sistema arterial y venoso del cuerpo humano, recorre en infinitos tubos las partes bajas y elevadas de la ciudad, en virtud de la conveniente presión.


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Dominio público
7 págs. / 13 minutos / 112 visitas.

Publicado el 19 de septiembre de 2020 por Edu Robsy.

El Comerciante en Perlas

José Tomás de Cuéllar


Novela


Prólogo

En la época del descubrimiento de las minas de oro de California, uno de los buques de vela que hacían el servicio entre Panamá y San Francisco, se encontraba frente a las playas de Costa Rica siguiendo majestuosamente su ruta con un tiempo magnífico y una mar tranquila.

Los pasajeros estaban reunidos a la mesa; ya se habían vaciado algunos vasos de champaña y de jerez, y por consiguiente, la conversación era animadísima.

Un inglés, de unos cuarenta años que había hecho fortuna en California y que se dirigía hacia Centro América para establecer nuevas factorías y extender sus relaciones comerciales, hablaba con violencia y despecho de la influencia francesa, que tendía en aquella época a reemplazar la preponderancia exclusiva de Inglaterra, preponderancia que perdió un poco más tarde por faltas que no nos incumbe mencionar.

El negociante inglés, contrariamente a la calma y reserva habituales a sus compatriotas, se dejaba arrastrar, ayudado por el champaña y el jerez, a apreciaciones de tal modo injustas que ya varias veces habían llamado la atención de un joven francés de unos veintidós a veintitrés años, que estaba sentado a uno de los extremos de la mesa.

—Los franceses —respondió el inglés a un español que le hizo una objeción—, no nos perdonarán nunca Waterloo y Santa Elena.

—Señor mío —dijo el joven francés—, los franceses no tienen nada que perdonaros, si no es las faltas que cometisteis durante la batalla, pues todo el mundo sabe que el duque de Wellington cometió tales errores, que harían subir los colores a la cara de un simple subteniente. En cuanto a la catástrofe de Waterloo, tampoco fueron los ingleses, sino la Europa coaligada y sus ejércitos quienes triunfaron de la Francia. Por lo tanto, pueden ustedes guardar el orgullo para cuando sean capaces de sostener, con fuerzas iguales, dos horas de combate en campo raso.


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Dominio público
304 págs. / 8 horas, 52 minutos / 202 visitas.

Publicado el 25 de diciembre de 2018 por Edu Robsy.

Gabriel el Cerrajero o las Hijas de mi Papá

José Tomás de Cuéllar


Novela


A los obreros de México

Á vosotros, apóstoles del trabajo, veneros legítimos de la riqueza pública, á vosotros que cumplís con Dios regando el pan con el sudor de vuestro rostro, á vosotros dedico este libro.

El trabajo y la educación son las bases de la regeneración social.

El trabajo y la educación son el origen de la mas sublime de las emancipaciones.

Trabajando sois la riqueza.

Instruyéndoos seréis la patria.

Tal vez encontrareis alguna enseñanza provechosa en este libro: leedlo, y cuando descanséis de vuestro trabajo, acordaos de que tenéis un amigo que está trabajando por vosotros.

Parte I

I. Una visita de confianza

A eso de las cuatro, la mujer de un comerciante rico recibía á su visita de confianza las más tardes. Era ésta una costumbre inveterada que estaba muy lejos de inspirar la menor sospecha al mas malicioso observador, y mucho menos al comerciante.

En efecto, aquella señora y su visita cuotidiana hablaban siempre de cosas indiferentes; y á la sazón en que empezamos á ocuparnos de sus recomendables personas, están tratando amigablemente de esta materia.

Los parientes.

—¡No me hable usted de parentescos, criatura! decía el señor, porque en esa materia tengo también hecha mi composición de lugar...

—Como en todo, dijo la señora.

—Ya sabe usted criatura, que yo soy hombre de principios fijos.

—Ya lo sé: la prueba es que me dice usted «criatura» hace....

—Hará cinco años largos.

—Es cierto. Conque decía usted de los parientes....


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Dominio público
195 págs. / 5 horas, 42 minutos / 118 visitas.

Publicado el 18 de septiembre de 2021 por Edu Robsy.

Los Mariditos

José Tomás de Cuéllar


Novela


Introducción

Indispensable para el conocimiento de la casta de los mariditos


La temperatura media del aíre en el Valle de México es de 18º 29 centígrado.

Las heladas, respetuosamente, no llegan á impedir el desarrollo perenne de la vegetación que provée al mercado de toda clase de leguminosas los 365 días del año.

Hay clotes desde Marzo hasta Diciembre, melones en Enero, fresas todo el año y semillas tempraneras que desde el semillero hasta el almuerzo no hacen más que una evolución de veinte días, como la de los rabanitos.

Las calabazas que se sirven tiernas en Marzo, toman proporciones colosales en Noviembre para el chacualole de los muertos.

Se dan tambien en este Valle, merced á la temperatura, profesoras de instrucción primaria, y sábios de todas dimensiones, críticos tempraneros, periodistas con chichonera, mamás de quince abriles, abuelitas de treinta y sobre todo mariditos.

Los derechos del Registro Civil son cómodos apropiados á las circunstancias y á la temperatura. Hay además gro blanco de á peso, y una barata permanente de azahares de badana en el Portal de Mercaderes.

El peso medio de la raza humana en el distrito federal fluctùa en los varones entre 75 y 150 libras peso bruto. Las novias teniendo 12 años cumplidos y tacones de palo, están expuestas á los mariditos y no se pesan.

El maridito es un sér precoz que le juega una mala pasada al tiempo, á la naturaleza, y á la aritmética; quiere decir: que en un avío hace tres mandados. Le juega una mala pasada al tiempo porque llega á viejo sin haber sido nunca joven.

A la naturaleza, porque es una semilla embrionaria que se empeña en sembrarse para reproducirse, sin esperar á que madure la pulpa de la fruta que la contiene.

Y á la aritmética, porque aprende logaritmos y se olvida de sumar y restar.


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Dominio público
85 págs. / 2 horas, 30 minutos / 117 visitas.

Publicado el 22 de septiembre de 2021 por Edu Robsy.

Vistazos

José Tomás de Cuéllar


Artículo, crónica


Educación social y política en las escuelas

No nos cansaremos de encarecer en nuestra tarea incesante de abogar por el bien del pueblo, la importancia de la educación moral y social, como el único medio posible de corregir costumbres inveteradas que han de ejercer todavía influencia muy decisiva y tal vez funesta en nuestro modo de ser político.

Uno de los males que más salta á la vista en la presente situación de México es el indiferentismo político; y por más que militen causas poderosas para determinarlo, como consecuencia precisa de los acontecimientos, hay que reconocer que este mal tiene por origen moral una deficiencia en la educación.

Viene en corroboración de este aserto la especie de reacción que empieza á operarse, en la juventud respecto á nuestra historia política. Hace sólo un año la juventud de los colegios tomó una parte activa en la celebración de las fiestas de nuestra independencia; y esta idea ha partido naturalmente de los grupos de alumnos mas recientemente impresionados con el aprendizaje de la historia de México; y el haberlos alentado y protegido en su loable pensamiento de conmemorar los hechos gloriosos de nuestra historia, no ha sido otra cosa que darles una lección práctica de buena educación civil...


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Dominio público
90 págs. / 2 horas, 39 minutos / 58 visitas.

Publicado el 23 de octubre de 2021 por Edu Robsy.

Artículos Ligeros sobre Asuntos Trascendentales

José Tomás de Cuéllar


Artículo, crónica


La imprenta

Por más que hayamos de resignarnos á sufrir las consecuencias de inflexible ley de las evoluciones sociales, y á no ser nosotros quienes recojamos el fruto de las ideas que humildemente emitimos para remediar ciertos males, nos creemos en el deber de insistir en nuestros propósitos, siquiera para preparar el campo de las discusiones que se suscitarán mas tarde, cuando la sociedad nuestra, aburrida de este período de inanición, se encamine con paso seguro á su progreso y mejoramiento.

Inútil será insistir una vez más en la ineludible necesidad de propagar la instrucción pública, cuando puede asegurarse que esta tendencia está ya elevada entre nosotros á la categoría de sentimiento verdaderamente nacional; pero por lo mismo que de este gran principio depende nuestra completa regeneración social, debemos consagrar una atención muy preferente á las cuestiones que se relacionan con el desenvolvimiento de este gran plan civilizador, considerando que, así como el progreso material de un pueblo está hoy representado especialmente por sus ferrocarriles, el progreso moral é intelectual está representado por la imprenta.


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Dominio público
203 págs. / 5 horas, 55 minutos / 63 visitas.

Publicado el 23 de octubre de 2021 por Edu Robsy.

Estampas del Siglo XIX

José Tomás de Cuéllar


Cuento


La Linterna Mágica

—¿Qué linterna es ésa? —me preguntó el cajista al recibir el original para las primeras páginas de esta obra—. ¿Qué va a alumbrar esa linterna; a quién y para qué?

Este título, que bien puede servirle a una tienda mestiza, ¿es una palabra de programa altisonante y llamativa para anunciar el parto de los montes, o encierra algo provechoso para el lector?

—Confieso a usted, estimable cajista —le dije—, que en cuanto al título de LINTERNA MÁGICA lo he visto antes en la pulquería de un pueblo; pero que con respecto al fondo de mi obra, debo decirle que hace mucho tiempo ando por el mundo con mi linterna, buscando no un hombre como Diógenes, sino alumbrando el suelo como los guardas nocturnos, para ver lo que me encuentro; y en el círculo luminoso que describe el pequeño vidrio de mi lámpara, he visto multitud de figuritas que me han sugerido la idea de retratarlas a la pluma.

Creyendo encontrarme algo bueno, no he dado por mi desgracia sino con que mi aparato hace más perceptibles los vicios y los defectos de mis figuritas, quienes por un efecto óptico se achican aunque sean tan grandes como un grande hombre, y puedo abarcarlas juntas, en grupos, en familia, constituidas en público, en congreso, en ejército y en población. La reverberación concentra en ellas los rayos luminosos, y sin necesidad del procedimiento médico que ha logrado iluminar el interior del cuerpo humano, puedo ver por dentro a mis personajes.

Como éstos viven en movimiento continuo como las hormigas, he necesitado ser taquígrafo y armarme de un carnet y una pluma, no diré bien tajada, porque eso lo hacen en Londres, pero sí mojada en tinta simpática, y en poco tiempo me he encontrado con un volumen.

—¿Y este volumen es la linterna mágica?


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Dominio público
88 págs. / 2 horas, 35 minutos / 118 visitas.

Publicado el 18 de septiembre de 2020 por Edu Robsy.

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