Baile y Cochino...
José Tomás de Cuéllar
Novela
I. Preparativos del baile y del cochino
Se trata de celebrar el cumpleaños de Matilde, la niña de la casa, y su papá, que la quiere mucho, y además acaba de hacer un negocio gordo, va a echar la casa por el balcón.
Matilde, ante todas cosas, quiere bailar, a pesar de las objeciones de su mamá, una buena señora, muy sencillota y muy ranchera. Es preciso darle gusto a Matilde y esta idea triunfa de todos los escrúpulos.
—¡Baile! —decía la mamá—. ¿Cómo vamos a hacer baile cuando casi no tenemos relaciones en México? ¿Quiénes vienen a bailar?
—En cuanto a eso, mamá, no te apures, yo convidaré a las Machucas.
—¿Quiénes son las Machucas?
—Las muchachas de allá enfrente. Ya nos saludamos, y estoy segura de que si las convido en forma, vendrán.
—Yo, por mi parte —agregó el papá— haré por ahí mi colecta de amigos.
—¿Y de amigas también? —preguntó la señora a su marido.
—Mira, en cuanto a amigas, yo no tengo aquí todavía conocimientos; pero creo no faltarán.
—Bueno, pues si ustedes se encargan de la concurrencia ¿qué vamos a hacer? haremos baile.
Nótese que la señora de la casa había dicho «haremos baile», a propósito de lo cual se hace necesaria aquí una digresión.
Son dos cosas enteramente distintas «dar un baile» y «hacer baile», como son distintas también dar una comida o hacer comida.
Da un baile la persona que con cualquier pretexto de solemnidad invita a sus amigos a pasar unas cuantas horas en su compañía. El pretexto es lo de menos, el objeto principal del baile es estrechar los vínculos de amistad y los lazos sociales por medio de la amena distracción que proporciona a sus amigos.
Dominio público
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Publicado el 24 de diciembre de 2018 por Edu Robsy.