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autor: Joseph Sheridan Le Fanu


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El Huésped Misterioso

Joseph Sheridan Le Fanu


Cuento


Parte I

Hacia el año 1822 residía en una casa confortable y espaciosa en una población cuya localización exacta no particularizaré, diciendo tan sólo que no estaba lejos de Old Brompton, en la vecindad inmediata, o más bien en la continuidad (como saben incluso mis lectores de Connemara) de la famosa ciudad de Londres.

Aunque la casa era, tal como he dicho, espaciosa y confortable, en modo alguno podría afirmase que era hermosa. Estaba construida con ladrillos de color rojo oscuro, ventanas pequeñas de gruesos marcos blancos; el recibidor lo oscurecía permanentemente un porche, pero no del habitual enrejado fino, sino una proyección sólida del mismo ladrillo bermellón, sobre el que había una balconada plomiza, con barandillas gruesas y medio podridas. La mansión se levantaba en un recinto cercado por un muro que se había dedicado a flores y matorrales quizá desde la fecha misma en que se había construido. Algunos matorrales habían crecido casi tanto como si fuesen árboles; dos tejos pequeños y oscuros se levantaban a cada lado del porche, como dos enanos morenos y desfavorables que defendieran la entrada de un castillo encantado. Y no es que mi domicilio mereciera por alguna causa la comparación: no tenía fama de ser una casa encantada, y si alguna vez había tenido fantasmas, nadie los recordaba.


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68 págs. / 2 horas / 219 visitas.

Publicado el 26 de octubre de 2017 por Edu Robsy.

Carmilla

Joseph Sheridan Le Fanu


Novela corta


Prólogo

En un papel adjunto al relato que sigue, el doctor Hesselius ha escrito una nota bastante elaborada que acompaña con una referencia a su ensayo acerca del extraño tema sobre el que el manuscrito arroja luz.

Este misterioso tema lo trata, en ese ensayo, con su habitual erudición y agudeza, y de un modo notablemente directo y condensado. Constituirá un volumen en la publicación de los escritos completos de este hombre extraordinario.

Dado que en este volumen publico el caso tan sólo para interesar a los «legos», no voy a anticiparme en nada a la inteligente dama que lo relata; y, tras debida reflexión, me he decidido, consecuentemente, a abstenerme de presentar ningún précis del razonamiento del sabio doctor, o extracto alguno de su exposición sobre un tema que, según él describe, «no es improbable que tenga que ver con algunos de los más profundos secretos de nuestra existencia dual y sus intervenciones».

Me sentí ansioso, al descubrir ese papel, por volver a abrir la correspondencia iniciada por el doctor Hesselius, muchos años antes, con una persona tan inteligente y escrupulosa como parece haber sido su informante. Con gran sentimiento mío, sin embargo, averigüé que la dama había muerto en el intervalo.

Es probable que ella no hubiera podido añadir gran cosa al relato que da a conocer en las páginas siguientes de un modo, hasta donde puedo juzgar, tan concienzudamente circunstanciado.


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89 págs. / 2 horas, 35 minutos / 326 visitas.

Publicado el 3 de junio de 2017 por Edu Robsy.

El Familiar

Joseph Sheridan Le Fanu


Cuento


Prólogo

Entre alrededor de doscientos treinta casos más o menos estrechamente emparentados con el qué he titulado «Té verde» elijo el siguiente, al que llamaré «El familiar».

Según su costumbre, el doctor Hesselius ha añadido a este manuscrito algunas hojas de papel de carta en los cuales viene, con esa escritura suya tan apretada como los caracteres de imprenta, las observaciones que él hiciera sobre el caso.

»Entre los que tienen conciencia —dice—, no hubiera podido escoger narrador más irreprochable que el venerable eclesiástico irlandés que me ha dado esta nota sobre el caso de Mr. Barton. Esta exposición, sin embargo, es imperfecta desde el punto de vista médico. El informe de un médico inteligente, que hubiera observado el desarrollo de este caso y prodigado sus cuidados al enfermo, en las primeras fases de la afección o al final de ésta, me hubiera provisto de lo que me faltaba para permitirme pronunciarme con seguridad. Si hubiese estado instruido en las probables disposiciones hereditarias de Mr. Barton, hubiera sabido, sin duda, por las manifestaciones antiguas, alguna cosa sobre el origen del mal, ese origen más lejano que ahora no se puede decir.


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50 págs. / 1 hora, 27 minutos / 179 visitas.

Publicado el 24 de octubre de 2017 por Edu Robsy.

El Tío Silas

Joseph Sheridan Le Fanu


Novela


Nota preliminar

El autor de la presente narración, en persona, se aventura a dirigir a sus lectores unas brevísimas palabras de índole principalmente explicativa. En esta Historia de Bartram-Haugh se repite, con una ligera variante, una destacada situación contenida en un relato corto, de unas quince páginas, escrito por él y que, hace mucho, apareció en una publicación periódica bajo el título Pasaje de la historia secreta de una condesa irlandesa, y luego, todavía anónimamente, en un pequeño volumen con un título alterado. Es harto improbable que ninguno de sus lectores se haya topado con semejante fruslería, y más aún que la recuerde. Sin embargo, y por medio de esta explicación, el autor se ha aventurado a anticipar la mera posibilidad de que tal cosa hubiera sucedido, a fin de no ser tachado de plagiario, lo que siempre constituye una falta de respeto hacia el lector.

¿Le serán también permitidas unas palabras de protesta contra la promiscua aplicación del término «tremendismo» a esa vasta escuela de obras de ficción que no transgrede ninguno de los cánones de construcción y moralidad que a sí mismo se impusiera el gran autor de las Novelas de Waverly al producir tan inaproximable obra? Cabe suponer que nadie calificaría de «tremendistas» las novelas de sir Walter Scott, y, sin embargo, en tan prodigiosa serie no hay una sola historia donde la muerte, el crimen y, de una u otra forma, el misterio no tengan cabida.


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576 págs. / 16 horas, 49 minutos / 418 visitas.

Publicado el 3 de junio de 2017 por Edu Robsy.

La Habitación del Dragón Volador

Joseph Sheridan Le Fanu


Novela


Prólogo

El curioso caso que voy a exponerles lo trata el doctor Hesselius de manera penetrante, y más de una vez, en su extraordinario ensayo sobre las drogas en la oscura Edad Media.

En este ensayo, que el autor titula Mortis Imago, se trata acerca del Vinum laetiferum, la Beatifica, el Somnus Angelorum, el Hypnus Segarum, el Agua Thessalliae y otras veinte infusiones y destilaciones, conocidas de los sabios que vivieron hace ochocientos años, dos de las cuales, según él, aún son utilizadas por la cofradía de los ladrones, según revelan a veces investigaciones policiales.

El ensayo en cuestión, Mortis Imago, ocupará, si no me equivoco, dos volúmenes, el noveno y el décimo, de las obras completas del doctor Martin Hesselius.

Debo señalar, para concluir, que dicho ensayo está curiosamente enriquecido con abundantes citas de poemas y textos medievales, las más interesantes de las cuales, por extraño que pueda parecer, son egipcias.

He seleccionado este caso particular entre muchos otros igualmente sorprendentes, pero, a mi entender, menos interesantes desde el punto de vista narrativo; he escogido esta forma de relato particular simplemente porque me parece más entretenida.

I. En ruta

En el año de gracia de 1815 yo acababa de heredar, con veintitrés años de edad, una sustanciosa cantidad en fondos consolidados y otros valores bursátiles. La primera caída de Napoleón había abierto el continente europeo a los viajeros ingleses, presuntamente deseosos de instruirse a través del conocimiento directo de otros países; y yo —superado definitivamente el ligero «jaque de los cien días» por el genio de Wellington en el campo de Waterloo— me sumé a aquella riada humana en busca de enseñanzas.


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143 págs. / 4 horas, 11 minutos / 252 visitas.

Publicado el 24 de octubre de 2017 por Edu Robsy.

Relato de Ciertos Sucesos Extraños en la Calle Aungier

Joseph Sheridan Le Fanu


Cuento


Esta historia mía no es para escribirse. Si se cuenta, como a veces he hecho a petición general, junto a la lumbre después de una buena cena una noche de invierno con el viento frío rugiendo fuera y todos bien calentitos y confortablemente instalados, puede resultar bastante bien si yo no me alabo a mí mismo quién lo va a hacer en mi lugar. Pero es un riesgo hacerlo como me piden que lo haga. La pluma, la tinta y el papel son vehículos muy fríos para lo maravilloso, y el «lector» es decididamente un animal más crítico que el «oyente». Pero si logran convencer a sus amigos para que la lean una vez caída la noche, después de que la charla junto a la lumbre lleve un buen rato versando sobre emocionantes relatos llenos de terror y misterio, en una palabra, si me aseguran los mollia tempora fandi, me pondré a trabajar enseguida para contarles con la mejor disposición lo que tenga que contar. Pues bien, presupuestas estas condiciones, no voy a desperdiciar más palabras y paso ya a contarles la historia en cuestión.

Mi primo (Tom Ludlow) y yo estudiábamos medicina juntos. Creo que él habría tenido bastante éxito de haberse dedicado a esta profesión; pero el pobre chico prefirió la iglesia y murió joven, víctima de un contagio contraído en el noble desempeño de su labor sacerdotal. Por lo que aquí interesa, baste con saber que era de carácter tranquilo, pero franco y alegre, y muy escrupuloso en la observancia de la verdad; por cierto, bastante distinto a mí, que soy de un temperamento excitable y nervioso.


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27 págs. / 48 minutos / 1.187 visitas.

Publicado el 24 de octubre de 2017 por Edu Robsy.

Dickon el Diablo

Joseph Sheridan Le Fanu


Cuento


Hace unos treinta años dos solteronas ricas y viejas me eligieron para que visitara una propiedad en esa parte de Lancashire que está cerca del famoso bosque de Pendle, con el que tan agradablemente nos hemos familiarizado gracias a la obra del señor Ainsworth, Las brujas de Lancashire. Tenía yo que hacer la partición de una pequeña propiedad, formada por una casa con la tierra solariega, que mucho tiempo antes habían recibido como coherederas.

Los últimos sesenta kilómetros del viaje me vi obligado a realizarlos en posta, principalmente por atajos poco conocidos, y todavía menos frecuentados, que presentaban paisajes extremadamente interesantes y hermosos. La estación en la que viajaba, principios de septiembre, mejoraba el pintoresquismo del paisaje.

Nunca había estado en esa parte del mundo; me han dicho que ahora es mucho menos salvaje, y en consecuencia menos hermosa.

En la posada en la que me detuve para cambiar los caballos y cenar algo, pues pasaban ya de las cinco, encontré que el hospedero, un tipo robusto que tenía, según me dijo, sesenta y cinco años, era de una benevolencia fácil y charlatana, que deseaba distraer a sus huéspedes con cualquier charla y para el que la menor excusa bastaba para que se pusiera a fluir su conversación sobre cualquier tema que a uno le complaciera.

Tenía yo curiosidad por saber algo sobre Barwyke, nombre de la casa y las tierras a las que me dirigía. Como no había ninguna posada a algunos kilómetros de ella, había escrito al administrador para que me alojara allí, lo mejor que pudiera, por una noche.

El hospedero de «Three Nuns», que tal era el cartel bajo el que entretenía a los viajeros, no tenía mucho que contar. Hacía ya veinte años o más desde que había muerto el viejo Squire Bowes, y nadie había vivido allí desde entonces salvo el jardinero y su esposa.


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13 págs. / 23 minutos / 201 visitas.

Publicado el 24 de octubre de 2017 por Edu Robsy.

El Convenio de Sir Dominick

Joseph Sheridan Le Fanu


Cuento


En los primeros días del otoño de 1838 un asunto de negocios me llevó al sur de Irlanda. El tiempo era agradable, el lugar y la gente me eran nuevos. Alquilé un caballo en una taberna y envié mi equipaje con un sirviente a bordo de una diligencia de correo y luego, con la curiosidad de un explorador, inicié un recorrido de 25 millas a caballo, por caminos inhóspitos, hasta llegar a mi destino. Atravesé pantanos, colinas, planicies y castillos en ruinas, siempre bajo un consistente viento.

Inicié la marcha tarde, y habiendo hecho poco menos de la mitad del camino, ya estaba pensando en hacer un alto en el próximo lugar conveniente, para que descansase el caballo y se alimentase, y también para hacerme de algunas provisiones.

Eran cerca de las cuatro cuando el camino, que ascendía gradualmente, se desvió a través de un desfiladero entre la abrupta terminación de unas montañas a mi izquierda, y una colina que se elevaba a mi derecha. Abajo se erguía una precaria villa bajo una larga línea de gigantescos árboles de hayas, cuyas ramas cobijaban a pequeñas chimeneas que emitían sus respectivas columnas de humo. A mi izquierda, separadas por millas, ascendiendo el cordón montañoso antes nombrado, había un bosque salvaje, cuyos follajes y helechos terminaban en las rocas.

A medida que descendía, el camino daba algunas curvas, siempre teniendo a mi izquierda el paredón de piedra gris, cubierto aquí y allá con hiedra. Y al acercarme a la villa, a través de sendas en el bosque, pude ver el largo murallón de una vieja y ruinosa casa ubicada entre los árboles, a medio camino entre el pintoresco paisaje montañoso.


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16 págs. / 28 minutos / 102 visitas.

Publicado el 29 de septiembre de 2016 por Edu Robsy.

El Fantasma y el Ensalmador

Joseph Sheridan Le Fanu


Cuento


Al revisar los papeles de mi respetado y apreciado amigo Francis Purcell, que hasta el día de su muerte y por espacio de casi cincuenta años desempeñó las arduas tareas propias de un párroco en el sur de Irlanda, encontré el documento que presento a continuación. Como éste había muchos, pues era coleccionista curioso y paciente de antiguas tradiciones locales, materia muy abundante en la región en la que habitaba. Recuerdo que recoger y clasificar estas leyendas constituía un pasatiempo para él; pero no tuve noticia de que su afición por lo maravilloso y lo fantástico llegara al extremo de incitarle a dejar constancia escrita de los resultados de sus investigaciones hasta que, bajo la forma de legado universal, su testamento puso en mis manos todos sus manuscritos. Para quienes piensen que el estudio de tales temas no concuerda con el carácter y la costumbres de un cura rural, es conveniente resaltar que existía una clase de sacerdotes, los de la vieja escuela, clase casi extinta en la actualidad, de costumbres más refinadas y de gustos más literarios que los de los discípulos de Maynooth.


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10 págs. / 18 minutos / 228 visitas.

Publicado el 29 de septiembre de 2016 por Edu Robsy.

El Gato Blanco de Drumgunniol

Joseph Sheridan Le Fanu


Cuento


¡Quién no ha oído contar de niño la famosa historia de la gata blanca! Pero yo voy a contar aquí la historia de un gato blanco muy distinta a la de la amable y encantada princesa que tomó este disfraz durante una temporada. El gato blanco del que voy a hablar es un animal mucho más siniestro.

El que viaja de Limerick a Dublín, tras dejar atrás las colinas de Killaloe a la izquierda, cuando el monte Keeper se yergue a su vista, se va viendo gradualmente rodeado, a la derecha, por una cadena de colinas más bajas. En medio se extiende una llanura ondulada que se va hundiendo paulatinamente hasta un nivel inferior al del camino, cuyo carácter agreste y melancólico alivia algún que otro seto desparramado.

Uno de los pocos habitáculos humanos que proyectan hacia lo alto sus columnas de humo de turba en medio de esta llanura solitaria es el construido con tierra y de techumbre malamente cubierta de paja de un «granjero duro», como llaman en Munster a los más prósperos de los labriegos. Se asienta en medio de un racimo de árboles junto al borde de un riachuelo serpenteante, a medio camino entre las montañas y la carretera de Dublín, y durante muchas generaciones ha dado cobijo a una familia de apellido Donovan.

Lejos de allí, deseoso de estudiar varios legajos irlandeses que habían caído en mis manos, y tras preguntar por algún profesor capaz de instruirme en la lengua irlandesa, me recomendaron a un tal Mr. Donovan, personaje soñador, inofensivo y muy instruido.

Descubrí que había estudiado con una beca en el Trinity College de Dublín. Ahora se ganaba la vida dando clases, y supongo que la índole especial de mi estudio debió de estimular su amor patrio, pues me confió muchos pensamientos suyos largo tiempo callados y muchos recuerdos de su terruño y de sus primeros años. Fue él quien me contó esta historia, que intentaré repetir aquí, de la manera más fiel posible, con sus mismas palabras.


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14 págs. / 26 minutos / 158 visitas.

Publicado el 24 de octubre de 2017 por Edu Robsy.

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