Prólogo
El curioso caso
que voy a exponerles lo trata el doctor Hesselius de manera penetrante, y
más de una vez, en su extraordinario ensayo sobre las drogas en la
oscura Edad Media.
En este ensayo, que el autor titula Mortis Imago, se trata acerca del Vinum laetiferum, la Beatifica, el Somnus Angelorum, el Hypnus Segarum, el Agua Thessalliae y
otras veinte infusiones y destilaciones, conocidas de los sabios que
vivieron hace ochocientos años, dos de las cuales, según él, aún son
utilizadas por la cofradía de los ladrones, según revelan a veces
investigaciones policiales.
El ensayo en cuestión, Mortis Imago, ocupará, si no me equivoco, dos volúmenes, el noveno y el décimo, de las obras completas del doctor Martin Hesselius.
Debo señalar, para concluir, que dicho ensayo está curiosamente
enriquecido con abundantes citas de poemas y textos medievales, las más
interesantes de las cuales, por extraño que pueda parecer, son egipcias.
He seleccionado este caso particular entre muchos otros igualmente
sorprendentes, pero, a mi entender, menos interesantes desde el punto de
vista narrativo; he escogido esta forma de relato particular
simplemente porque me parece más entretenida.
I. En ruta
En el año de gracia
de 1815 yo acababa de heredar, con veintitrés años de edad, una
sustanciosa cantidad en fondos consolidados y otros valores bursátiles.
La primera caída de Napoleón había abierto el continente europeo a los
viajeros ingleses, presuntamente deseosos de instruirse a través del
conocimiento directo de otros países; y yo —superado definitivamente el
ligero «jaque de los cien días» por el genio de Wellington en el campo
de Waterloo— me sumé a aquella riada humana en busca de enseñanzas.
Información texto 'La Habitación del Dragón Volador'