Pedro y Perico
Julia de Asensi
Cuento infantil
Ocho años hacía que el príncipe Pedro había contraído matrimonio con la princesa Rosalía, la mujer más buena y más hermosa de su época, sin que Dios hubiese bendecido su unión dándoles un hijo. Los sobrinos, presuntos herederos de aquellos vastos dominios, se regocijaban interiormente al pensar que uno de ellos sería el sucesor de sus inmensas riquezas y podría disponer un día de sus pueblos y de sus vasallos. Tenían ya toda una corte de aduladores que se creían seguros de ser los futuros ministros, generales y títulos de la nación.
Pero he aquí que cuando estaban más confiados corrió por el país, en voz baja primero, públicamente después, la nueva de que la princesa iba a ser madre, por lo que había encargado que se celebrasen funciones en acción de gracias en todas las iglesias del principado.
Los sobrinos viéndose despojados súbitamente por aquel heredero importuno, empezaron a conspirar contra él antes de que naciese.
—Le haremos incapaz de reinar —dijeron—, será un imbécil, la adulación matará el germen de todo lo bueno y cuando falte su padre le derribaremos sin dificultad del trono.
—Para eso —aconsejaron otros—, le apartaremos de sus padres, dándole preceptores sin ilustración primero, y malos consejeros después.
Estas palabras fueron repetidas a la princesa por un fiel servidor, que las escuchó casualmente, llenando de dolor y de terrores el alma de la bondadosa Rosalía.
Se prepararon grandes fiestas para cuando se verificase el nacimiento; bailes, iluminaciones, banquetes y conciertos en diferentes puntos de la capital para que pudiesen disfrutarlas todas las clases sociales.
Dominio público
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Publicado el 7 de enero de 2021 por Edu Robsy.