En una Estación de Ferrocarril
Lafcadio Hearn
Cuento
Séptimo día del sexto mes veintiséis de Meiji
Ayer un telegrama de Fukuoka anunció que un desesperado criminal capturado allí sería traído hoy a Kumamoto para su juicio, en el tren pasado el mediodía. Un policía de Kumamoto había ido a Fukuoka para hacerse cargo del prisionero.
Cuatro años antes un fuerte ladrón había ingresado a algunas casas por la noche en la Calle de los Luchadores, aterrorizando y atando a los ocupantes, llevándose una cantidad de cosas valiosas. Rastreado hábilmente por la policía, fue capturado dentro de las veinticuatro horas, aún antes de que pudiera disponer de su botín. Pero cuando fue llevado a la estación de policía rompió sus ataduras, le arrebató la espada a su captor, lo mató y escapó. No se había oído nada más de él hasta la semana pasada.
Entonces sucedió que un detective de Kumamoto, que se encontraba visitando la prisión de Fukuoka, vio entre los trabajadores una cara que había estado grabada durante cuatro años en su cerebro.
—¿Quién es ese hombre? —le preguntó al guardia.
—Un ladrón —fue la respuesta— registrado aquí como Kusabe.
El detective se acercó al prisionero y dijo:
—Tu nombre no es Kusabe. Nomura Teiichi, se te reclama en Kumamoto por asesinato.
El criminal confesó todo.
Fui con una gran horda de gente a ver la llegada a la estación. Esperaba escuchar y ver ira, temí aún que hubiera violencia. El oficial asesinado había sido muy querido; sus parientes ciertamente estarían entre los espectadores, y una multitud de Kumamoto no es muy amable. También pensé que encontraría muchos policías en servicio. Mis presentimientos estaban errados.
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Publicado el 20 de septiembre de 2016 por Edu Robsy.