1. Nuestra vida se extiende mucho para quien sabe administrarla bien.
2. ¿Se atreve alguien a quejarse de la soberbia del otro cuando él mismo nunca tiene tiempo libre para sí?
3. Nada puede ejercitarse bien por un hombre
ocupado, ni la elocuencia, ni las artes liberales, pues cuando
un espíritu es distraído, no cobija nada muy elevado, sino que todo lo
rechaza como si fuese inculcado a la fuerza.
4. A los hombres más poderosos, los que
están situados en altos cargos, se les escapan palabras en las
que anhelan el descanso, lo alaban, lo prefieren antes que a todos sus
bienes.
5. Hay que suavizar todas las cosas y hay que sobrellevar todas con buen ánimo.
6. Aquel que dedica todo el tiempo a su
propia utilidad, el que dirige cada día como si fuese el
último, ni suspira por el mañana, no lo teme.
7. Debe conservarse con sumo cuidado lo que no se sabe cuando va a faltar.
8. El mayor impedimento para vivir es la espera, porque dependiendo del mañana se pierde el hoy.
9. Este camino de la vida, continuo y
apresuradísimo, que, en vela o dormidos, recorremos al mismo
paso, no es visible a los hombres ocupados sino hasta que han llegado al
final.
10. Es propio de una mente segura y
tranquila el recorrer todas las partes de su vida. Los
espíritus de las personas ocupadas, como si estuviesen bajo un yugo, no
pueden volver, ni mirar hacia atrás.
11. El tiempo presente sólo pertenece a los
hombres ocupados, el cual es tan breve que no puede atraparse, y
este mismo se les sustrae, turbados como están en sus muchas
ocupaciones.
Información texto 'Consejos para una Vida Plena'