Filípicas
Marco Tulio Cicerón
Discurso
Primera filípica
Pronunciada el 2 de setiembre del 44 ante el Senado en el templo de la Concordia.
A principios de julio, Cicerón había iniciado, en parte para quitarse de en medio, un viaje a Grecia con la excusa de visitar a su hijo. Alcanzado por unos emisarios en Siracusa, decidió regresar a Roma, donde entró el 31 de agosto. Para el día siguiente, 1 de setiembre, Marco Antonio tenía convocada una reunión del Senado en la que pensaba proponer que se decretaran honores para Julio César. Cicerón, previendo la situación embarazosa en la que se encontraría, pues no quería sumarse a esta moción, al tiempo que temía desairar a los soldados veteranos con una afrenta a César, excusó su asistencia arguyendo el cansancio del viaje, pese a los requerimientos de Marco Antonio, que consideraba muy importante la aprobación, siquiera tácita y temerosa, de Cicerón a sus pretensiones.
Al día siguiente, 2 de setiembre, Cicerón, en ausencia de
Marco Antonio, pronuncia esta primera Filípica. En ella justifica su
viaje, su actitud del día anterior, recrimina las presiones recibidas de
Antonio y pasa revista a los hechos acaecidos a partir del asesinato de
César (15 de marzo), insistiendo en la actitud hipócrita de Antonio,
que mantenía las actas de César (con frecuencia falsificadas) y derogaba
las leyes legalmente promulgadas.
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Publicado el 19 de marzo de 2018 por Edu Robsy.