1. Tom busca nuevas aventuras
¿Creéis
que Tom Sawyer estaba contento después de todas aquellas aventuras?
Quiero decir, las aventuras que corrimos por el río, en los tiempos en
que liberamos a nuestro negro Jim, y Tom fue herido en la pierna de un
disparo). No, no estaba satisfecho. Eso sólo le hacía desear más. Tal
fue el efecto que tuvieron aquellas aventuras. Veréis: cuando los tres
descendíamos por el río cubiertos de gloria, como podría decirse,
después de aquel largo viaje, y el pueblo nos recibió con una procesión
de antorchas y discursos, con toda la gente vitoreando y aplaudiendo,
algunos hasta se emborracharon, y nos convirtieron en héroes…, aquello
era lo que Tom Sawyer había ansiado ser desde siempre.
Durante cierto tiempo estuvo satisfecho. Todo el mundo hablaba bien
de él, y Tom levantaba orgulloso la nariz, y se paseaba por todo el
pueblo como si le perteneciera. Algunos le llamaban Tom Sawyer, el
viajero, y eso le hacía hincharse tanto que parecía a punto de reventar.
Se mofaba bastante de mí y de Jim, pues nosotros habíamos bajado el río
sólo con una balsa, y volvíamos en un barco de vapor, mientras que Tom
había ido y vuelto en vapor. Los muchachos nos tenían mucha envidia a
Jim y a mí, pero ¡demonios!, ante Tom sucumbían.
Bueno, yo no lo sé; tal vez habría estado contento si no hubiera
sido por el viejo Nat Parsons, el jefe de correos, enormemente largo y
delgado; parecía un tipo de buen corazón, tonto y calvo debido a su
edad. Tal vez el animal viejo más parlanchín que yo haya visto jamás.
Información texto 'Tom Sawyer en el Extranjero'