El Derecho del Primer Ocupante
Miguel de Unamuno
Cuento infantil
Cuento para niños
Cuando nacisteis, os encontrasteis con padres que os daban todo
lo que os hacía falta: comida, vestido, casa y todas las demás cosas
necesarias, y hasta las no necesarias, como juguetes y diversiones de
pago. No habéis tenido que ganaros nada por vosotros mismos y con
vuestro trabajo, y por esto no sabéis lo que es ganaros la vida. Os
habéis encontrado con que unas cosas son de unos y otras cosas son de
otros, y no sabéis por qué son las cosas de uno y no son de otro. Todo
lo que tenéis os lo han dado hecho, o vuestros padres, o vuestros
amigos, o se lo habéis trocado a estos amigos por otras cosas, y si algo
habéis hecho vosotros con vuestras manos, es con materiales que os
dieron. Y lo que compráis es con dinero que os han dado, y no con dinero
que hayáis ganado.
Me figuro que al leer esto alguno de vosotros me saltará diciendo: «No, yo tengo una cosa que es mía y no me la ha dado nadie, sino que yo me la encontré en la calle, la cogí y como no era de nadie, ahora es mía.» Claro está que lo que uno encuentra y no era de nadie, o lo tiró su dueño, es del que lo encuentra. De esas cosas se dice que no son de nadie, y del que las encuentra se dice que se hace dueño de ellas por el derecho del primer ocupante.
Cuando yo era niño, como vosotros, siempre que encontrábamos algún juguete u otra cosa que podía habérsele perdido a algún chico, la cogíamos y cantábamos esto:
Una cosa me he encontrado.
Cuatro veces lo diré.
Si su dueño no parece
con ella me quedaré.
Y si no parecía el dueño, nos quedábamos con ella. Otros, ni
siquiera cantaban eso ni hacían nada porque pareciese el dueño, sino que
se callaban, algunos sabiendo a quién se le había perdido lo que ellos
encontraron. Y esto, claro está, es un robo.
Dominio público
6 págs. / 10 minutos / 97 visitas.
Publicado el 7 de diciembre de 2020 por Edu Robsy.