Ethan Brand
Nathaniel Hawthorne
Cuento
Capítulo de una novela malograda. Texto completo
Bartram el calero, un hombre rudo, corpulento y tiznado de carbón, vigilaba el horno a la caída de la noche y su pequeño hijo jugaba a hacer casas con trozos sueltos de mármol, cuando escucharon falda abajo una risa estentórea, no jubilosa sino lenta e inclusive solemne, como si el viento sacudiera las ramas del bosque.
—¿Qué es eso, padre? —preguntó el niño, dejando el fuego para buscar refugio en las rodillas de su progenitor.
—Oh, algún borracho, me figuro —respondió el calero—. Algún achispado que no se atrevió a reírse bien duro dentro de la taberna por miedo de ir a volar el techo. De modo que ahí está, feliz desternillándose al pie del Graylock.
—Pero, padre —insistió el niño, más sensible que el obtuso y no tan joven bromista—, él no se ríe como alguien contento. Ese ruido me asusta.
—¡No seas tonto, niño! —gritó con aspereza el padre—. Nunca serás un hombre, ya lo creo. Has salido a tu madre en muchas cosas; he visto cómo te hace dar un bote el roce de una hoja. ¡Escucha! Ahí viene el borrachín. Ya vas a ver que no hace daño.
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20 págs. / 35 minutos / 55 visitas.
Publicado el 16 de mayo de 2017 por Edu Robsy.