Textos más populares este mes de Nathaniel Hawthorne | pág. 2

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autor: Nathaniel Hawthorne


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El Anciano Campeón

Nathaniel Hawthorne


Cuento


HUBO una vez un tiempo en que la Nueva Inglaterra gemía bajo el peso de injusticias más graves que todas las que amenazara traer la revolución. Jaime II, el hipócrita sucesor de Carlos el Voluptuoso, había abolido los privilegios de todas las colonias y enviado un soldado grosero y sin principios para arrebatarnos nuestros derechos y poner en peligro nuestra religión. La administración de Sir Édmund Andros tenía todos los rasgos característicos de la tiranía: un gobernador y un consejo que recibían su poder del rey con absoluta independencia de la nación; leyes que se fabricaban y tributos que se imponían sin intervención inmediata del pueblo o de sus representantes; los derechos de los ciudadanos violados, y los títulos de propiedad anulados; las quejas amordazadas por la censura de la prensa; y finalmente, el descontento sojuzgado por una banda de tropas mercenarias que por primera vez hollaba nuestro suelo. Durante dos años continuaron nuestros antecesores en taciturna sumisión, debido al amor filial que garantizó siempre su lealtad a la madre patria, representada ya por el parlamento, ya por un protector o por algún monarca papista. Hasta aquellos aciagos tiempos, sin embargo, nuestro pleito homenaje había sido nominal, pues las colonias se gobernaban por sí mismas, gozando mucho mayor libertad de la que disfrutan ordinariamente los vasallos naturales de la Gran Bretaña.


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Dominio público
9 págs. / 17 minutos / 334 visitas.

Publicado el 26 de abril de 2016 por Edu Robsy.

El May-Pole de Merry Mount

Nathaniel Hawthorne


Cuento


Tema admirable para una novela filosófica es la historia de los primeros colonos en Mount Wóllarton o Merry Mount. En el ligero bosquejo a continuación, los hechos consignados en las severas páginas de nuestros cronistas de la Nueva Inglaterra hanse cambiado casi espontáneamente en una especie de alegoría. Las mascaradas, mojigangas y costumbres festivas descritas en el texto, están de acuerdo con los usos de aquel tiempo. Puede tomarse como autoridad en esta materia el Book of English Sports and Pastimes de Strutt.

HERMOSOS días los de Merry Mount, cuando el May-pole era el estandarte de aquella alegre colonia! Los que lo erigían como triunfante bandera hacían brotar claridad y alegría sobre las agrestes colinas de la Nueva Inglaterra, y esparcían semillas de flores en todo el país circunvecino. El regocijo y la melancolía se disputaban entonces el imperio. La víspera de San Juan había llegado, aportando a los bosques verdor más intenso y llevando en su regazo rosas de color más vivido que los tiernos pimpollos de la primavera. Pero Mayo, o su espíritu gozoso, habitaba el año entero en Merry Mount, divirtiéndose en los meses de verano, alborotando en el otoño y calentándose en torno del fuego durante las brumas del invierno. Revoloteaba con sonrisa soñadora a través del mundo lleno de pesares y preocupaciones hasta que vino a establecer sus lares entre los espíritus risueños de Merry Mount.


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Dominio público
14 págs. / 25 minutos / 162 visitas.

Publicado el 26 de abril de 2016 por Edu Robsy.

La Casa de los Siete Tejados

Nathaniel Hawthorne


Novela


Prólogo del autor

Cuando un escritor llama a su obra romance, no es muy necesario añadir que desea señalar un enfoque determinado, tanto en lo referente a la forma como al contenido, lo que no se habría sentido obligado a especificar de haber decidido escribir una novela. Se supone que esta última modalidad de composición presenta los hechos con una fidelidad descrita al minuto, no solamente en lo relativo a la experiencia posible del ser humano, sino al transcurso probable y habitual de la misma. El romance, en cambio —que, aunque como pieza artística debe ceñirse con rigidez a las normas, y aunque transgreda las mismas al apartarse de la verdad del sentimiento albergado por el corazón humano—, permite al autor presentar cierta realidad en circunstancias que sean de su propia elección o creación. Además, si el creador lo considera apropiado, puede manipular el medio para intensificar o atenuar las luces de la obra, así como profundizar y enriquecer sus sombras.

El autor será capaz, sin duda, de hacer un uso en extremo moderado de los privilegios aquí mencionados, con especial atención a la proporción del elemento fantástico, que añadirá para dar a su obra un toque ligero, delicado y evanescente, más que como ingrediente básico del plato que ofrece a su público. Difícilmente se le puede acusar, no obstante, de cometer un crimen literario aun cuando descuide dicha moderación.


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356 págs. / 10 horas, 23 minutos / 275 visitas.

Publicado el 19 de mayo de 2017 por Edu Robsy.

Libro de Maravillas para Niñas y Niños

Nathaniel Hawthorne


Cuento infantil


Prefacio

Desde hace mucho tiempo el autor considera que gran número de mitos clásicos podrían reescribirse como lectura fundamental para los niños. A partir de esta idea, el breve volumen que aquí se ofrece al público reelabora media docena de estos mitos. El plan demandaba una gran libertad, pero cualquiera que intente adaptar estas historias en su forja intelectual observará que son prodigiosamente independientes de modos y circunstancias históricas. En esencia, siguen siendo las mismas después de haber pasado por cambios que afectarían la identidad de casi cualquier otra cosa.

El autor, por lo tanto, no se declara culpable de sacrilegio si a veces ha modelado de nuevo unas formas santificadas por una antigüedad de dos o tres mil años. Ninguna época puede reclamar derechos de autor sobre estas fábulas inmortales. Parece que no tuvieran origen y, sin duda, mientras exista el hombre es imposible que perezcan, pero, por esta misma indestructibilidad, son legítimamente susceptibles de que cada época las vista con su propio atuendo de modos y sentimientos y les infunda su propia moral. En la versión presente quizá han perdido mucho de su aspecto clásico (o bien el autor no tuvo el cuidado de conservarlo), y tal vez han adoptado un aspecto gótico o romántico.

Al llevar a cabo esta placentera tarea —pues realmente ha sido una labor idónea para el tiempo caluroso, y una de las más placenteras literariamente que hayamos emprendido—, el autor no siempre consideró necesario rebajar el nivel para facilitar la compresión de los niños. En general ha permitido que el tema se elevara, cada vez que a eso tendía y cuando él mismo tenía el suficiente aliento para seguirlo sin esfuerzo. En imaginación y sentimiento, los niños tienen una enorme sensibilidad para todo lo propfundo o lo elevado, mientras también sea sencillo. Lo único que les desconcierta es lo artificioso y lo complejo.


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148 págs. / 4 horas, 19 minutos / 231 visitas.

Publicado el 24 de mayo de 2017 por Edu Robsy.

Wakefield

Nathaniel Hawthorne


Cuento


Recuerdo haber leído en alguna revista o periódico viejo la historia, relatada como verdadera, de un hombre —llamémoslo Wakefield— que abandonó a su mujer durante un largo tiempo. El hecho, expuesto así en abstracto, no es muy infrecuente, ni tampoco —sin una adecuada discriminación de las circunstancias— debe ser censurado por díscolo o absurdo. Sea como fuere, este, aunque lejos de ser el más grave, es tal vez el caso más extraño de delincuencia marital de que haya noticia. Y es, además, la más notable extravagancia de las que puedan encontrarse en la lista completa de las rarezas de los hombres. La pareja en cuestión vivía en Londres. El marido, bajo el pretexto de un viaje, dejó su casa, alquiló habitaciones en la calle siguiente y allí, sin que supieran de él la esposa o los amigos y sin que hubiera ni sombra de razón para semejante autodestierro, vivió durante más de veinte años. En el transcurso de este tiempo todos los días contempló la casa y con frecuencia atisbó a la desamparada esposa. Y después de tan largo paréntesis en su felicidad matrimonial cuando su muerte era dada ya por cierta, su herencia había sido repartida y su nombre borrado de todas las memorias; cuando hacía tantísimo tiempo que su mujer se había resignado a una viudez otoñal —una noche él entró tranquilamente por la puerta, como si hubiera estado afuera sólo durante el día, y fue un amante esposo hasta la muerte.


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11 págs. / 20 minutos / 157 visitas.

Publicado el 16 de mayo de 2017 por Edu Robsy.

El Joven Goodman Brown

Nathaniel Hawthorne


Cuento


El joven Goodman Brown salió a la calle de la aldea de Salem cuando el sol se ponía. Pero después de cruzar el umbral introdujo de nuevo la cabeza para cambiar besos de despedida con su reciente esposa. Y Fe, como tan apropiadamente se llamaba, sacó a su vez su linda cabecita, permitiendo que el viento jugara con las cintas rosadas de la cofia mientras llamaba a Goodman Brown.

—Corazón mío —susurró suavemente y con un dejo de tristeza cuando sus labios le rozaron la oreja—, te suplico que postergues el viaje hasta la madrugada y que esta noche duermas en tu cama. A una mujer cuando se queda sola la perturban tales sueños y tales pensamientos, que a veces tiene miedo de sí misma. Te lo ruego, quédate conmigo esta noche, entre todas las noches del año.

—Mi amor y mi Fe —replicó el joven Goodman Brown—, entre todas las noches del año, tengo que pasar esta única noche lejos de ti. Mi viaje, como tú lo llamas, sin falta debe hacerse de ida y vuelta de aquí al amanecer. ¡Cómo! Mi dulce, bella esposa, ¿dudas tú ya de mí, cuando apenas llevamos tres meses de casados?

—Siendo así, que Dios te bendiga —dijo Fe, la de las cintas rosas—; y ojalá encuentres todo bien a tu regreso.

—Amén —respondió Goodman Brown—. Reza tus oraciones, querida Fe, acuéstate temprano y nada malo va a ocurrirte.

Así se despidieron. Y el joven prosiguió su camino hasta que, a punto de doblar la esquina del templo, miró hacia atrás y vio la cabeza de Fe toda vía asomada, contemplándolo con aire melancólico a pesar de las cintas rosadas.


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17 págs. / 30 minutos / 90 visitas.

Publicado el 16 de mayo de 2017 por Edu Robsy.

Ethan Brand

Nathaniel Hawthorne


Cuento


Capítulo de una novela malograda. Texto completo

Bartram el calero, un hombre rudo, corpulento y tiznado de carbón, vigilaba el horno a la caída de la noche y su pequeño hijo jugaba a hacer casas con trozos sueltos de mármol, cuando escucharon falda abajo una risa estentórea, no jubilosa sino lenta e inclusive solemne, como si el viento sacudiera las ramas del bosque.

—¿Qué es eso, padre? —preguntó el niño, dejando el fuego para buscar refugio en las rodillas de su progenitor.

—Oh, algún borracho, me figuro —respondió el calero—. Algún achispado que no se atrevió a reírse bien duro dentro de la taberna por miedo de ir a volar el techo. De modo que ahí está, feliz desternillándose al pie del Graylock.

—Pero, padre —insistió el niño, más sensible que el obtuso y no tan joven bromista—, él no se ríe como alguien contento. Ese ruido me asusta.

—¡No seas tonto, niño! —gritó con aspereza el padre—. Nunca serás un hombre, ya lo creo. Has salido a tu madre en muchas cosas; he visto cómo te hace dar un bote el roce de una hoja. ¡Escucha! Ahí viene el borrachín. Ya vas a ver que no hace daño.


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20 págs. / 35 minutos / 55 visitas.

Publicado el 16 de mayo de 2017 por Edu Robsy.

La Ambición del Forastero

Nathaniel Hawthorne


Cuento


Este suceso se inició al caer la tarde de un día de septiembre. En aquel momento se hallaba la familia congregada alrededor de la lumbre del hogar, mantenido con piñas secas, maderos robados por las torrenteras de las montañas y troncos de los árboles tronchados por el viento. Los padres de aquella familia reflejaban en sus rostros una alegría serena; los niños reían; la hija mayor, a los diecisiete años, era una imagen viva de la felicidad, y la abuela, acomodada en el mejor lugar, y aplicada a su calceta, era, como la hija mayor, una imagen repetida de la felicidad, sólo que en el invierno de la vida. Todos los allí reunidos habían llegado a puerto de reposo en el lugar más horrible de Nueva Inglaterra. La familia vivía en el Tajo de las Montañas Blancas, donde el viento corría con violencia los 365 días del año y llevaban en su entraña, en el invierno, un frío de acero que descargaba despiadado sobre la casa de madera en su paso al valle del Saco. El lugar donde la familia había construido su hogar era frío, y, además de frío, amenazado por un constante peligro. Por encima de sus cabezas se alzaba, en efecto, una enorme montaña tan escarpada y agreste, que las piedras se desprendían con frecuencia, y rodando con estrépito desde lo alto, los sobresaltaban en la noche.

La muchacha acababa de decir algo chistoso, que había provocado la risa de toda la familia, cuando el viento que corría a través del Tajo pareció detenerse ante la casa, sacudiendo la puerta con un lamento infinito antes de continuar hacia el valle. Aunque nada extraordinario representaba aquella violencia, la familia se sintió un momento sobrecogida. Ya volvía a resurgir la alegría en sus rostros, cuando pudieron oír que el picaporte de la puerta de entrada era alzado desde fuera, tal vez por algún transeúnte, cuyos pasos hubieran sido ahogados por el bramido del viento coincidente con su llegada.


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11 págs. / 20 minutos / 142 visitas.

Publicado el 16 de mayo de 2017 por Edu Robsy.

Musgos de una Vieja Casa Parroquial

Nathaniel Hawthorne


Cuento


Prefacio. La vieja casa parroquial

LA VIEJA CASA PARROQUIAL

EL AUTOR FAMILIARIZA AL LECTOR CON SU MORADA

Entre dos altas jambas de piedra toscamente tallada (el portón había caído de los goznes en tiempos ignotos) mirábamos la fachada gris de la antigua casa parroquial, que remataba la perspectiva de una avenida de fresnos. Hacía un año ya que el cortejo fúnebre del venerable párroco, su último habitante, había salido por allí camino al cementerio del pueblo. Tanto el sendero de carros que llevaba a la puerta como todo el ancho de la avenida estaban casi cubiertos de hierba, oferta de suculentos bocados para dos o tres vacas errantes y para un viejo caballo blanco que recolectaba su ración a lo largo de la vereda. Las sombras reverberantes que dormitaban entre la puerta de la casa y el camino público eran una especie de medio espiritual, visto a través del cual el edificio no parecía pertenecer del todo al mundo de la materia. Sin duda poco tenía en común con esas viviendas corrientes que se alzan junto al camino con tal inmediatez que el paseante puede, por así decir, meter la cabeza en el círculo doméstico. Desde aquellas ventanas tranquilas, las siluetas de los paseantes eran demasiado tenues y remotas para perturbar la privacidad. En su casi retiro y en su intimidad accesible, era el lugar ideal para la residencia de un clérigo; un hombre no apartado de la vida humana, pero envuelto, en medio de ella, en un velo tejido con hilos de sombra y de claridad. Dignamente habría podido ser una de esas casas parroquiales de Inglaterra honradas por el tiempo, en las cuales, a lo largo de muchas generaciones, una sucesión de santos ocupantes pasan de la juventud a la vejez y se transmiten uno a otro tal legado de santidad que impregna la casa y la puebla como una atmósfera.


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477 págs. / 13 horas, 55 minutos / 112 visitas.

Publicado el 22 de mayo de 2017 por Edu Robsy.

Cuentos de Tanglewood

Nathaniel Hawthorne


Cuento infantil


Introducción: The Wayside

No hace mucho tiempo, tuve el placer de recibir una rápida visita de mi amigo Eustace Bright, al que no había vuelto a ver desde que abandoné las montañas de Berkshire, siempre tan azotadas por el viento. Aprovechando las vacaciones invernales de su universidad, Eustace había cogido unos días de descanso, pues, según me comunicó, su salud se había resentido de tantas horas de estudio. Al comprobar su excelente estado físico, llegué a la feliz conclusión de que el remedio había constituido todo un éxito. Eustace había salido de Boston hacia el norte en el tren del mediodía, no solo empujado por la amistad con que me honra, sino también, como pronto pude comprobar, por un asunto literario.


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192 págs. / 5 horas, 37 minutos / 194 visitas.

Publicado el 24 de mayo de 2017 por Edu Robsy.

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