Textos más populares esta semana de Nilo Fabra etiquetados como Cuento

Mostrando 1 a 10 de 17 textos encontrados.


Buscador de títulos

autor: Nilo Fabra etiqueta: Cuento


12

La Verdad Desnuda

Nilo Fabra


Cuento


Relación de un trapero

Primero fui bachiller, lo cual basta y sobra para ser hombre político, empleado después, que es lo mismo que decir español; pero le salió un sobrino a un subsecretario amante de su familia, y entonces la mano despiadada del destino me privó del mío.

Aburrido y cansado de pretender; con el hambre de media España, es decir, hambre de cesante; perdida por completo la esperanza de recoger una nueva credencial, vine a parar al bajo y humilde oficio de trapero: al fin todo es recoger.

Discurría por mi barrio noches pasadas, tartamudo en el andar, como quien va a pie por las enguijarradas calles de Madrid, fija la vista en el suelo como doncella de antaño, con más pensamientos y cavilaciones que un Ministro de Hacienda al preparar los presupuestos, con un gancho en la mano a guisa de fundador de sociedades de crédito, y con una carga al hombro más pesada que la de un marido con hijos muchos, esperanzas pocas y un empleo pretérito.

—¿Será posible —decía para mí— que la suerte no me depare algún venturoso hallazgo como el que tanto alegró el corazón de Sancho Panza en el de Sierra Morena? ¿Acaso ya no hay quien pierda el seso por mal de amores, hasta el punto de abandonar una maleta con un buen montoncillo de escudos de oro? ¡Oh felicísimo Sancho, que tras repetidos palos y aporreamientos, viniste a dar, si no con el verdadero fin de tus esperanzas, con algo que las hacía más llevaderas!

Pero ya que lo limitado de mis pensamientos no despierta en mí el deseo del gobierno de una ínsula, pretensión, por otra parte, fácil y hacedera en los benditos tiempos que corremos, otórgame al menos, ¡oh destino!, si es que tengo alguno, cosa que alivie la escasez que estoy sufriendo.


Leer / Descargar texto

Dominio público
3 págs. / 6 minutos / 71 visitas.

Publicado el 20 de febrero de 2023 por Edu Robsy.

El Dragón de Montesa

Nilo Fabra


Cuento


O los rectos juicios de la posteridad

Al caer de una crudísima y ventosa tarde de enero, un dragón de Montesa, puesto sobre un caballo tordillo, calado el reluciente casco, el cuello del capote hasta las sienes, pendiente del cinto el largo sable y afianzada la tercerola, hacía centinela en la Plaza de Oriente de Madrid, junto a la estatua de don Sancho el Bravo, cuando de pronto jinete y cabalgadura quedaron muertos de frío.

En esto comenzó a nevar copiosamente y a descender el termómetro, hasta el punto de que, algunas horas después, señalaba 55 grados centígrados bajo cero.

Y sobrevino una noche horrorosa, que se prolongó por espacio de tres meses.

Europa, el Norte de África, la Australia y una parte de Asia y América fueron sepultadas bajo un sudario de nieve de muchos metros de espesor; el Atlántico, el Pacífico, el Océano Índico y el mar de la China se precipitaron furiosos sobre islas y continentes, dejando solo al descubierto las cumbres del Himalaya, y los 1.400 millones de seres humanos que poblaban la Tierra quedaron reducidos a unas cuantas tribus nómadas semisalvajes e ignorantes de la civilización europea, que habitaban las elevadas mesetas de la gran cordillera asiática.

La aproximación de un cometa perturbando el movimiento rotativo de la Tierra había variado de súbito su eje.

La Península ibérica pasó a ser una región del polo boreal.

Madrid se encontraba a los 85 grados y 27 minutos de latitud Norte.


* * *


Transcurren años y años y siglos y siglos; los mares se retiran a sus antiguos límites; las tierras anegadas reaparecen y los polos vuelven a su primer estado.

La acción solar recobra su perdido imperio en la desierta España, y comienzan a liquidarse las enormes masas de nieve helada aglomeradas en los valles.


Leer / Descargar texto

Dominio público
6 págs. / 11 minutos / 34 visitas.

Publicado el 20 de febrero de 2023 por Edu Robsy.

Cuatro Siglos de Buen Gobierno

Nilo Fabra


Cuento


Cuento de la Edad Moderna

I

El príncipe don Juan, único hijo varón de los Reyes Católicos, bajó al sepulcro el 4 de octubre de 1497, y su hermana mayor, Doña Isabel, reina de Portugal, sucediole en el derecho de heredar el trono de Castilla, según las leyes de este reino; lo cual no impidió que Felipe el Hermoso, casado con Doña Juana, hija segunda de aquellos monarcas, reclamara para sí y para su esposa el título de Príncipes de Asturias.

Los soberanos españoles apresuráronse a protestar contra tan injustificada pretensión, y resueltos a destruirla por completo, llamaron a sus hijos, los de Portugal, y en 29 de abril de 1498 hicieron reconocer y jurar por las Cortes, reunidas en Toledo, a Doña Isabel, esposa del rey don Manuel, por sucesora legítima de la corona de Castilla; mientras don Fernando convocaba, para el 2 de junio del mismo año, las Cortes aragonesas, a fin de que estas, por la parte referente a aquel reino, tomaran el mismo acuerdo.

Graves dificultades opusieron las de Zaragoza a los deseos de la familia Real, que de propósito había ido a dicha ciudad, pues la mayor parte de los representantes, invocando las leyes de Aragón, a pesar de ejemplos contrarios, profesaban el principio de que las hembras eran excluidas en la sucesión del trono. Después de prolija controversia, decidiose diferir la resolución hasta que ocurriese el alumbramiento de la hija mayor de los Reyes, que se hallaba encinta; con objeto, en el caso de nacer un niño, de proclamar a este por heredero de la corona, en virtud de la disposición testamentaria de don Juan II, según la cual a falta de hijos varones se reconocía el derecho de sucesión a los descendientes varones de las hijas del monarca.


Leer / Descargar texto

Dominio público
17 págs. / 30 minutos / 128 visitas.

Publicado el 19 de febrero de 2023 por Edu Robsy.

El Fin de Barcelona

Nilo Fabra


Cuento


Gozaba el Dr. Puff fama universal por sus profundos conocimientos geológicos, meteorológicos y astronómicos, y nadie le aventajó en la ciencia de predecir los trastornos de la naturaleza. Era el verdadero Zaragozano de la lluvia y del buen tiempo, y el único Zaragozano para profetizar los fenómenos sísmicos y las erupciones volcánicas.

El terremoto de Krakatoa, que sepultó en el mar una parte de aquella isla, causa de tantas muertes, males y ruinas y objeto general de conmiseración y espanto, era considerado por el eminente sabio como el primero de sus triunfos, pues él y solo él, a despecho de la incredulidad de las academias y de la indiferencia del público, pronosticó y hasta consiguió fijar con precisión matemática el día, la hora, el minuto y el lugar de la catástrofe.

Desde entonces, la autoridad y el prestigio del Dr. Puff fueron indiscutibles: había descubierto el secreto de las sacudidas geogénicas, las leyes a que obedecen y las causas que en determinadas circunstancias las producen.

Consagrado única y exclusivamente a la ciencia por él creada, ajeno a las pompas y vanidades del mundo, recluido en su observatorio, en medio de las asperezas y soledades de Monte Gray en los Estados Unidos, atento solo al bien de sus semejantes, no se daba punto de reposo en sus difíciles e intrincados cálculos para anunciar con exactitud los terremotos y poner así a cubierto de todo riesgo las vidas de innumerables seres humanos.

Una noche, después de largo y laborioso estudio, invertido principalmente en una serie inacabable de operaciones aritméticas y algebraicas, extendió sobre la mesa de su despacho una gran carta de la cuenca del Mediterráneo, midió con el compás algunas distancias, y fijándose de pronto en un punto que correspondía al meridiano de Barcelona, a tres millas al Sur de aquel puerto, exclamó dándose una palmada en la frente:


Leer / Descargar texto

Dominio público
4 págs. / 7 minutos / 43 visitas.

Publicado el 20 de febrero de 2023 por Edu Robsy.

En el Planeta Marte

Nilo Fabra


Cuento


Periódicos parlantes. — Supresión por inútil de la enseñanza del arte de leer y escribir. — Medios de locomoción. — Unidad política, lingüistica y religiosa. — Artículo de un periódico. — Noticias de la Tierra. — Parangón entre esta y Marte. — Prodigios de las ciencias. — Oración de los martícolas.


Resonancia Universal es el nombre del periódico más oído del planeta Marte.

Para los suscriptores hay fonógrafos a casa hita, que, sin más trabajo que oprimir un botoncito, repiten los telefonemas impresos o grabados en el peregrino confidente.

Al público en general, para enterarse de las diarias noticias, le basta depositar una moneda en aparatos que abundan en calles, plazas y caminos. Apenas cae la moneda dentro del ingenioso fonógrafo, habla este en voz baja, a través de reducida abertura, de modo que solo pueda valerse de él una persona, y no resulten defraudados los intereses de la empresa.

Los decretos, órdenes, reglamentos y bandos de las autoridades son pregonados en todas partes por megáfonos, que sustituyen las campanas en las torres de los templos, y los relojes dan la hora imitando la voz humana.

Tanta perfección han alcanzado allí el fonógrafo y el teléfono, que el arte de leer y escribir está en desuso. El Supremo Consejo de Instrucción Pública acaba de suprimirlo de las escuelas, limitando su enseñanza a la Diplomática.

Compónense las calles, las carreteras, y aun los caminos vecinales, de dos series de plataformas que se deslizan en opuesto sentido; cada una de las últimas tiene velocidad diferente; de modo que cuando los martícolas quieren trasladarse de un punto a otro, se colocan sobre la más lenta, y si desean acelerar la marcha, pueden pasar sucesivamente a la más rápida, que tiene un movimiento de 250 kilómetros por hora.


Leer / Descargar texto

Dominio público
8 págs. / 14 minutos / 33 visitas.

Publicado el 20 de febrero de 2023 por Edu Robsy.

La Taza de Leche

Nilo Fabra


Cuento


Asturias es una de las comarcas de la Península ibérica más dignas de ser visitadas.

El viajero que recorra aquella privilegiada provincia, admirará por todas partes soberbios monumentos y venerandas ruinas, brillantes páginas de la gloriosa historia de la Reconquista; risueños valles circundados por elevadas y caprichosas montañas, en cuyas laderas la Naturaleza, pródiga y liberal, ha derramado sus variados y magníficos dones; bullidoras cascadas que se precipitan de las quiebras de las rocas, formando cristalinos arroyos y pausados ríos que culebrean por las verdes hondonadas; blancas y extendidas playas que en suave declive penetran en el mar, casi siempre agitado, flanqueadas por una costa, ya acantilada, ya compuesta de hacinados y cavernosos peñascos, contra los cuales se estrellan furiosas las olas; y, salpicados sobre tan hermoso panorama, ricos pueblos, risueñas aldeas, y pintorescos caseríos que habitan gente de cariñoso trato, alegre carácter y dulce lenguaje. Y mientras suspende los sentidos la contemplación de tantas bellezas, el aire puro del Océano, saturado de las emanaciones de una flora exuberante, renueva suave la escondida llama de la existencia, y un cielo rara vez despejado, con sus opacas nubes que se ciernen en el espacio, y sus flotantes nieblas que cortan el horizonte, convida blandamente a la concentración del espíritu y a ese apacible bienestar, a esa vaga transición que separa la vigilia del sueño; reflejo acaso de la eterna dicha que espera el alma, libre de sus carnales lazos.


Leer / Descargar texto

Dominio público
7 págs. / 13 minutos / 31 visitas.

Publicado el 19 de febrero de 2023 por Edu Robsy.

Del Cielo a España

Nilo Fabra


Cuento


Primera parte

I

Dios, Nuestro Señor, daba un día audiencia a los santos que iban a interceder por sus devotos, por los pueblos que patrocinaban y por todos los pecadores. La Santísima Virgen, sentada al lado de su querido y Hijo, recomendaba los múltiples memoriales de los visitantes, a los cuales acogía el Ser Supremo con la bondad del que es fuente de todas las misericordias. Fueron entrando en el salón del trono del Altísimo santos y más santos, basta que le tocó el turno a Santiago el Mayor.

—¡Hola, Jaime! —le dijo el Todopoderoso—: ¿qué te trae por aquí? ¡Cosas de España, tal vez! ¿Qué pasa por aquella tierra? ¿Están en paz tus clientes?

—Bien sabe Vuestra Divina Majestad, —contestó el Apóstol, haciendo tan profunda reverencia que el sombrero lleno de conchas y reliquias que tenía en la mano barrió el suelo—, que aquello anda malillo, y que, si Dios no pone remedio, yo no sé lo que va a ser de España, de los españoles y de sus descendientes, que se han establecido en el Nuevo Mundo, a todos los cuales protejo y amparo en sus cuitas; porque, eso sí, ni unos ni otros nos han perdido la afición, y si no, aquí está la excelsa Madre de Vuestra Divina Majestad, patrona de las Españas y de las Indias, que no me dejará decir una cosa por otra.

—Cierto es —dijo Nuestra Señora—, que en pocas partes del mundo se me venera tanto como en las tierras de que habla Santiago, y, a decir verdad, yo quisiera hacer hasta los imposibles a favor de aquellos para mí muy amados hijos.

—¡Vamos, di lo que solicitas, Diego —exclamó el Eterno dando una cariñosa palmada en la mejilla del santo—; basta que mi amantísima Madre sea intercesora, para que yo te conceda cuanto desees, con tal que no me pidas gollerías.


Leer / Descargar texto

Dominio público
21 págs. / 37 minutos / 30 visitas.

Publicado el 19 de febrero de 2023 por Edu Robsy.

El Monstruo

Nilo Fabra


Cuento


Don Santiago, el tendero de ultramarinos de la calle del Lobo, a fuerza de economías, sin defraudar en el peso ni en la calidad de los artículos, porque era hombre muy de bien, logró, al cabo de veinticinco años de trabajo y perseverancia, retirarse por completo de los negocios, reuniendo un caudal de cien mil pesetas.

¿En qué iba a emplear el laborioso fruto de sus afanes? — ¿En qué colocaré mi dinero? —se preguntaba todas las noches al acostarse, y esta idea fija en su imaginación no le permitía conciliar el sueño—. ¿En acciones del Banco de España? — ¡Se cotizan ya tan altas! — ¿En papel del Estado? — ¡Si todo se lo ha de llevar la trampa! — ¿En empresas particulares? — ¡Buenos están el comercio y la industria! —¿En acciones u obligaciones de ferrocarriles? — ¡Quién viaja en este desdichado país! — Cuando las transacciones mercantiles vienen a menos, ¡cómo ha de haber tráfico!

Por fin tomó una resolución y fue apelar al consejo de su amigo don Frutos, concejal, diputado a Cortes y hombre ducho en los negocios.

—Si no fueses tan caviloso y pusilánime —le contestó don Frutos—, mi opinión sería que adquirieses papel del Estado, y hasta que doblases la renta por medio del sistema de las pignoraciones o haciendo alguna jugadita de Bolsa; pero para esto se necesita corazón, o por lo menos, desconocimiento del peligro. Como careces de estas circunstancias, y además deseas ante todo la tranquilidad y no te ciega la ambición, creo que lo menos malo que puedes hacer es fincarte en Madrid. Los terrenos del Ensanche ganan de día en día; compra un solar, labra una casita económica y resérvate un cuartito a tu gusto, y así tú y la familia tendréis albergue y una renta, aunque modestísima, suficiente a vuestras limitadas necesidades, sin veros obligados a acudir al préstamo o a mermar el capital, para atender a las exigencias de la vida.


Leer / Descargar texto

Dominio público
4 págs. / 8 minutos / 30 visitas.

Publicado el 20 de febrero de 2023 por Edu Robsy.

La Locura del Anarquismo

Nilo Fabra


Cuento


Cartas del doctor Occipucio al abogado Verboso


Manila, 28 de Mayo de 18...

Al dar fondo en este puerto, tomo la pluma, mi querido amigo, para reiterarle el testimonio de la gratitud más sincera y de la admiración más entusiasta por el grande y nunca, como se debe, bastante alabado servicio que la elocuencia arrebatadora de usted prestó a la noble causa de la ciencia y de la humanidad doliente.


Leer / Descargar texto

Dominio público
8 págs. / 14 minutos / 29 visitas.

Publicado el 20 de febrero de 2023 por Edu Robsy.

Un Diálogo en el Espacio

Nilo Fabra


Cuento


¡Espíritu extraño a mi familia planetaria, que, como yo, vagas por la inmensidad buscando el término del pavoroso viaje de las almas, detén un momento el raudo vuelo y fija tu penetrante vista, ajena a las imperfecciones de los carnales sentidos, en aquel astro que frontero a nosotros se presenta, girando pausado al rededor de uno de los innumerables soles de la Vía Láctea!

—¡Sombra a la par que yo desvanecida de la materia, cuya cósmica unidad descubro claramente!, di, ¿por qué apartas mi atención, absorta ante las grandiosas maravillas del Universo, fijándola en cuerpo celeste tan raquítico, pobre y diminuto, sol extinguido, esqueleto de una estrella, pigmeo que pasea su mortaja por los insondables abismos del espacio?

—¡Ah! Aquel planeta fue mi patria.

—¿Tu patria? ¿Patria del espíritu un átomo?

—¡La patria del cuerpo que animé!

—Di mejor tu destierro.

—Treinta años vi correr en ella, ¡un instante apenas!, y siento el dolor de la partida.

—¡Cuán apacible deslizarase la vida del polvo animado en esa esfera, anónima para mí, cuando de tal suerte lloras su ausencia!

—La dicha, el placer, la bienandanza son allí risueñas ficciones: nombres, como la oscuridad, que afirman una negación.

—¿Que te aqueja, pues?

—El grato recuerdo de un ser amado.

—¿Luego existe la dicha?

—Existe el más dulce y cruel de los dolores.

—Me asalta el deseo de conocer mundo semejante. ¿Qué hiciste en tu sepulcro carnal? ¿A qué frívolos pasatiempos se entregaron tus iguales? ¿Cómo vive la materia en acción?

—¿Quieres saberlo? Sígueme y tus ojos te darán testimonio de ello. Trasladémonos sin tiempo alguno a la estrella Polar, y, merced a la lentitud de la luz, verás los reflejos de mi mundo, la Tierra, durante los treinta años que di vida a deleznable arcilla.

—Sea.


Leer / Descargar texto

Dominio público
4 págs. / 7 minutos / 27 visitas.

Publicado el 19 de febrero de 2023 por Edu Robsy.

12