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autor: Ramón María del Valle-Inclán editor: Edu Robsy textos disponibles


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Águila de Blasón

Ramón María del Valle-Inclán


Teatro


Dramatis personae

EL CABALLERO DON JUAN MANUEL MONTENEGRO.
FRAY JERÓNIMO.
UNA VIEJA.
UNA MOZA.
UN MONAGO.
UNA VOZ EN LA SOMBRA.
SABELITA.
DOÑA ROSITA.
ROSITA MARÍA.
OTRA VIEJA.
LA ROJA.
EL ZAGAL DE LAS OVEJAS.
DON GALÁN.
EL CAPITÁN DE LOS LADRONES.
UN VECINO.
UN LADRÓN.
OTRO LADRÓN.
EL ENMASCARADO.
VOCES DE LOS LADRONES y VOCES DE LOS CRIADOS.
PEDRO REY.
LIBERATA.
DON PEDRITO.
LA CURANDERA.
UN MOZO.
UNA VIEJA.
UN VIEJO.
UNA MOZA.
UN MARINERO.
EL PATRÓN.
OTRO MARINERO.
MANUEL TOVÍO.
PEDRO ABUÍN.
MANUEL FONSECA.
UN LAÑADOR.
UNA CRIBERA.
UNA CINTERA.
EL MENDICANTE.
DOÑA MARÍA.
EL CAPELLÁN.
LA MANCHADA.
ROSALVA.
BIEITO.
ANDREÍÑA.
EL ALGUACIL y EL ESCRIBANO.
DON GONZALITO.
DON MAURO.
DON FARRUQUIÑO.
DON ROSENDO.
CARA DE PLATA.
EL SEÑOR GINERO.
LA VOZ DE UN BORRACHO.
DOS SEÑORAS CON UN CRIADO.
EL CHANTRE y EL DEÁN.
EL ABUELO y EL RAPAZ.
LA PREÑADA.
EL MARIDO.
LA SUEGRA.
EL NIÑO JESÚS.
LA PICHONA.
LA GAZULA y LA VISOJA.
EL BARQUERO.
EL PEREGRINO.
EL ESPOLIQUE.
UNA VIEJA CIEGA.


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Dominio público
98 págs. / 2 horas, 51 minutos / 617 visitas.

Publicado el 26 de marzo de 2018 por Edu Robsy.

Viva mi Dueño

Ramón María del Valle-Inclán


Novela


Libro primero. Almanaque revolucionario

I

Chismosos anuncios difundían el mensaje revolucionario por la redondez del Ruedo Ibérico. Y en las ciudades viejas, bajo los porches de la plaza y en los atrios solaneros de los villorrios, y en el colmado andaluz, y en la tasca madrileña, y en el chigre y en el frontón, entre grises mares y prados verdes, el periquito gacetillero abre los días con el anuncio de que viene la Niña. ¡Y la Niña, todas las noches quedándose a dormir por las afueras!…

II

¡Alea jacta est!

Así terminaba su homilía beatona en un Consejo de Ministros el Ministro de Gracia y Justicia, Señor Coronado. Echada la suerte, sobrevino, como en tiempo de romanos, juramentarse para la guerra sin cuartel a las huestes púnicas de los revolucionarios. Don Carlos Marfori, Ministro de Ultramar, para celebrarlo encendió un veguero de la Vuelta de Abajo: Su jácara matona propuso que saliesen en cuerda aquella noche los conspicuos de la conjura progresista que aún andaban emigrados. La cuadrilla ministerial, con elocuentes murmullos, loaba el cante del Señor Marfori:

—¡A Chafarinas con todos y un barreno en el barco que los lleve!


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Dominio público
291 págs. / 8 horas, 30 minutos / 549 visitas.

Publicado el 30 de abril de 2017 por Edu Robsy.

Un Ejemplo

Ramón María del Valle-Inclán


Cuento


Amaro era mi santo ermitaño que por aquel tiempo vivía en el monte vida penitente. Cierta tarde, hallándose en oración, vio pasar a lo lejos por el camino real a un hombre todo cubierto de polvo. El santo ermitaño, como era viejo, tenía la vista cansada y no pudo reconocerle, pero su corazón le advirtió quién era aquel caminante que iba por el mundo envuelto en los oros de la puesta solar, y alzándose de la tierra corrió hacia él implorando:

—¡Maestro, deja que llegue un triste pecador!

El caminante, aun cuando iba lejos, escuchó aquellas voces y se detuvo esperando. Amaro llegó falto de aliento, y llegando, arrodillóse y le besó la orla del manto, porque su corazón le había dicho que aquel caminante era Nuestro Señor Jesucristo.

—¡Maestro, déjame ir en tu compañía!

El Señor Jesucristo sonrió:

—Amaro, una vez has venido conmigo y me abandonaste.

El santo ermitaño, sintiéndose culpable, inclinó la frente:

—¡Maestro, perdóname!

El Señor Jesucristo alzó la diestra traspasada por el clavo de la cruz:

—Perdonado estás. Sígueme.

Y continuó su ruta por el camino que parecía alargarse hasta donde el sol se ponía, y en el mismo instante sintió desfallecer su ánimo aquel santo ermitaño:

—¿Está muy lejos el lugar adonde caminas, Maestro?

—El lugar adonde camino, tanto está cerca, tanto lejos…

—¡No comprendo, Maestro!

—¿Y cómo decirte que todas las cosas, o están allí donde nunca se llega o están en el corazón?


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Dominio público
4 págs. / 7 minutos / 83 visitas.

Publicado el 4 de noviembre de 2020 por Edu Robsy.

Cuento de Abril

Ramón María del Valle-Inclán


Cuento


Queremos, lector, que sepas, que nos tienen hartos y aburridos los rígidos moralistas que pululan ahora por donde quiera.

Aunque no nos jactamos de virtuosos, respetamos la virtud; pero no la creemos tan vocinglera y tan espantadiza como la de estos censores de la India. Si hubiéramos de escribir a gusto de algunos; si hubiéramos de tomar su rigidez por valedera y no fingida, y si hubiéramos de ajustar a ella nuestros escritos, tal vez ni las Agonías del tránsito de la muerte de Venegas, ni Los gritos del infierno, del padre Boneta, serían edificantes modelos que imitar.

Por desgracia, esa rigidez es sólo aparente. Esa rigidez no tiene otro resultado que la de exaltar los ánimos, haciéndoles dudar y burlarse, aunque sólo sea en sueños, de la hipocresía farisaica que ahora se usa.

Véase, si no, el sueño que ha tenido un amigo nuestro, y que trasladamos aquí íntegro, cuando no para recreo, para instrucción de los lectores.

Nuestro amigo soñó lo que sigue:


«Más de 2600 años ha que era yo en Susa un sátrapa muy querido del gran rey Arteo, y el más rígido, grave y moral de todos los sátrapas. El santo varón Parsondes había sido mi maestro, y me había comunicado todo lo comunicable de la ciencia y de la virtud del primer Zoroastro.


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Dominio público
6 págs. / 11 minutos / 115 visitas.

Publicado el 23 de octubre de 2021 por Edu Robsy.

Gerifaltes de Antaño

Ramón María del Valle-Inclán


Novela


I

Santa Cruz volvió á caer sobre Otaín. Desde los hayedos del monte, bajó como los lobos al ponerse el sol, y corriendo en silencio toda la noche llegó á las puertas de la villa, cuando cantaban los gallos del alba. Llevaba consigo cerca de mil hombres, vendimiadores y pastores, leñadores que van pregonando por los caminos y serradores que trabajan en la orilla de los ríos, carboneros que encienden hogueras en los montes y alfareros que cuecen teja en los pinares, gente sencilla y fiera como una tribu primitiva, cruel con los enemigos y devota del jefe. Aldeanos que sonreían con los ojos llenos de lágrimas oyendo cuentos pueriles de princesas emparedadas, y que degollaban á los enemigos con la alegría santa y bárbara, llena de bailes y de cantos, que tenían los sacrificios sangrientos, ante los altares de piedra, en los cultos antiguos.

Quinientos infantes habían quedado guarneciendo la villa, cuando con un revuelo de gerifaltes, cayó sobre ella la partida del Cura. Dos escuadras de cien hombres entraron delante dando gritos, una por el camino del río, y otra por la Calle del Mercado. Quemaban las puertas de las casas, apaleaban á los viejos y hacían correr á las mujeres con los niños en brazos. Los soldados republicanos, sorprendidos en los alojamientos, salían despavoridos, restregándose los ojos. Sostuvieron algún tiroteo en las calles inmediatas á un convento, convertido en fuerte cuando ganó la villa á los carlistas Don Enrique España. Retrocedían sin orden, revueltos con los voluntarios, que cargaban á la bayoneta. El Cura, con el resto de su gente, guardaba todas las salidas de Otaín. Pero como las cornetas republicanas tocaban retirada en lo alto del fuerte, comprendió que la guarnición se encerraba entre aquellos muros, y entró por la villa á sangre y fuego. Sobre su cabeza se abrían las ventanas y clamaban muchas voces:


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Dominio público
79 págs. / 2 horas, 18 minutos / 485 visitas.

Publicado el 30 de abril de 2017 por Edu Robsy.

Divinas Palabras

Ramón María del Valle-Inclán


Teatro


Dramatis personae

LUCERO, QUE OTRAS VECES SE LLAMA SÉPTIMO MIAU Y COMPADRE MIAU.
POCA PENA, SU MANCEBA.
JUANA LA REINA Y EL HIJO IDIOTA.
PEDRO GAILO, SACRISTÁN DE SAN CLEMENTE; MARI-GAILA, SU MUJER, Y SIMONIÑA, NACIDA DE LOS DOS.
ROSA LA TATULA, VIEJA MENDIGA.
MIGUELÍN EL PADRONÉS, MOZO LEÑADOR.
UN CHALÁN.
MUJERUCAS QUE LLENAN LOS CÁNTAROS EN LA FUENTE.
MARICA DEL REINO CON OTRAS MUJERUCAS.
UN ALCALDE PEDÁNEO.
UNA RAPAZA.
EL CIEGO DE GONDAR.
EL VENDEDOR DE AGUA DE LIMÓN.
UN PEREGRINO.
LA PAREJA DE CIVILES.
UN MATRIMONIO DE LABRIEGOS CON UNA HIJA ENFERMA.
LA VENTERA.
SERENÍN DE BRETAL.
UNA VIEJA EN UN VENTANO.
UNA MUJER EN PREÑEZ.
OTRA VECINA.
UN SOLDADO CON EL CANUTO DE LA LICENCIA.
LUDOVINA LA TABERNERA.
TROPAS DE RAPACES CON BURLAS Y CANCIONES.
BEATERÍO DE VIEJAS Y MOZAS.
BENITA LA COSTURERA.
QUINTÍN PINTADO.
MILON DE LA ARNOYA.
COIMBRA, PERRO SABIO.
COLORÍN, PÁJARO ADIVINO.
EL TRASGO CABRÍO.
UN SAPO ANÓNIMO QUE CANTA EN LA NOCHE.
FINAL DE GRITOS Y ATURUJOS MOCERILES.

Jornada primera

Escena primera

San Clemente, anejo de Viana del Prior. Iglesia de aldea sobre la cruz de dos caminos, en medio de una quintana con sepulturas y cipreses. PEDRO GAILO, el sacristán, apaga los cirios bajo el pórtico románico. Es un viejo fúnebre, amarillo de cara y manos, barbas mal rapadas, sotana y roquete. Sacude los dedos, sopla sobre las yemas renegridas, las rasca en las columnas del pórtico. Y es siempre a conversar consigo mismo, huraño el gesto, las oraciones deshilvanadas.

PEDRO GAILO:


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Dominio público
62 págs. / 1 hora, 49 minutos / 1.476 visitas.

Publicado el 26 de marzo de 2018 por Edu Robsy.

Beatriz

Ramón María del Valle-Inclán


Cuento


I

Cercaba el palacio un jardín señorial, lleno de noble recogimiento. Entre mirtos seculares blanqueaban estatuas de dioses. ¡Pobres estatuas mutiladas! Los cedros y los laureles cimbreaban con augusta melancolía sobre las fuentes abandonadas. Algún tritón, cubierto de hojas, borboteaba a intervalos su risa quimérica, y el agua temblaba en la sombra, con latido de vida misteriosa y encantada.

La Condesa casi nunca salía del palacio. Contemplaba el jardín desde el balcón plateresco de su alcoba, y con la sonrisa amable de las devotas linajudas, le pedía a Fray Ángel, su capellán, que cortase las rosas para el altar de la capilla. Era muy piadosa la Condesa. Vivía como una priora noble retirada en las estancias tristes y silenciosas de su palacio, con los ojos vueltos hacia el pasado. ¡Ese pasado que los reyes de armas poblaron de leyendas heráldicas! Carlota Elena Aguiar y Bolaño, Condesa de Porta-Dei, las aprendiera cuando niña deletreando los rancios nobiliarios. Descendía de la casa de Barbanzón, una de las más antiguas y esclarecidas, según afirman ejecutorias de nobleza y cartas de hidalguía signadas por el Señor Rey Don Carlos I. La Condesa guardaba como reliquias aquellas páginas infanzonas aforradas en velludo carmesí, que de los siglos pasados hacían gallarda remembranza con sus grandes letras floridas, sus orlas historiadas, sus grifos heráldicos, sus emblemas caballerescos, sus cimeras empenachadas y sus escudos de diez y seis cuarteles, miniados con paciencia monástica, de gules y de azur, de oro y de plata, de sable y de sinople.


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Dominio público
12 págs. / 22 minutos / 253 visitas.

Publicado el 4 de noviembre de 2020 por Edu Robsy.

Tirano Banderas

Ramón María del Valle-Inclán


Novela


Prólogo

I

Filomeno Cuevas, criollo ranchero, había dispuesto para aquella noche armar a sus peonadas con los fusiles ocultos en un manigual, y las glebas de indios, en difusas líneas, avanzaban por los esteros de Ticomaipú. Luna clara, nocturnos horizontes profundos de susurros y ecos.

II

Saliendo a Jarote Quemado con una tropilla de mayorales, arrendó su montura el patrón, y a la luz de una linterna pasó lista:

—Manuel Romero.

—¡Presente!

—Acércate. No más que recomendarte precaución con ponerte briago. La primera campanada de las doce será la señal. Llevas sobre ti la responsabilidad de muchas vidas, y no te digo más. Dame la mano.

—Mi jefesito, en estas bolucas somos baqueanos.

El patrón repasó el listín:

—Benito San Juan.

—¡Presente!

—¿Chino Viejo te habrá puesto al tanto de tu consigna?

—Chino Viejo no más me ha significado meterme con alguna caballada por los rumbos de la feria y tirarlo todo patas al aire. Soltar algún balazo y no dejar títere sano. La consigna no aparenta mayores dificultades.

—¡A las doce!

—Con la primera campanada. Me acantonaré bajo el reloj de Catedral.

—Hay que proceder de matute y hasta lo último aparentar ser pacíficos feriantes.

—Eso seremos.

—A cumplir bien. Dame la mano.

Y puesto el papel en el cono luminoso de la linterna, aplicó los ojos el patrón:

—Atilio Palmieri.

—¡Presente!

Atilio Palmieri era primo de la niña ranchera: Rubio, chaparro, petulante. El ranchero se tiraba de las barbas caprinas:

—Atilio, tengo para ti una misión muy comprometida.

—Te lo agradezco, pariente.


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Dominio público
159 págs. / 4 horas, 39 minutos / 1.422 visitas.

Publicado el 30 de abril de 2017 por Edu Robsy.

Cara de Plata

Ramón María del Valle-Inclán


Teatro


Dramatis personae

EL CABALLERO DON JUAN MANUEL MONTENEGRO
SUS HIJOS CARA DE PLATA, DON PEDRITO, DON ROSENDO, DON MAURO, DON GONZALITO Y DON FARRUQUIÑO
SABELITA, AHIJADA DEL CABALLERO
EL ABAD DE LANTAÑÓN Y SU HERMANA DOÑA JEROMITA
EL SACRISTAN
LA SACRISTANA
LA HIJA BIGARDONA Y EL CORO DE CRIANZAS
FUSO NEGRO, LOCO
DON GALAN, CRIADO DEL CABALLERO
UNA TROPA DE CINCO CHALANES: PEDRO ABUIN, RAMIRO DE BEALO, MANUEL TOVIO, MANUEL FONSECA Y SEBASTIAN DE XOGAS
EL VIEJO DE CURES Y UN PASTOR
PICHONA LA BISBISERA
LUDOVINA LA BENTORRILLERA Y LA COIMA DE OTRO MESÓN
UN MARAGATO
UN PENITENTE
EL CIEGO DE GONDAR
UN INDIANO
EL DIACONO DE LESÓN
UNA VIEJA COTILLONA
VOZ EN UNA CHIMENEA
OTRAS VIEJAS
GRITOS Y DENUESTOS
PREGONES
CLAMOR DE MUJERUCAS
SALMODIA DE BEATAS
RENIEGOS Y ESPANTOS
LAS LUCES DEL SANTO VIATICO

Jornada primera

Escena primera

(Alegres albores, luengas brañas comunales, en los montes de Lantaño. Sobre el roquedo la ruina de un castillo, y en el verde regazo, las Arcas de Bradomín. Acampa una tropa de chalanes, al abrigo de aquellas piedras insignes —Manuel Tovio, Manuel Fonseca, Pedro Abuin, Ramiro de Bealo y Sebastián de Xogas—. A la redonda, los caballos se esparcen mordiendo la yerba sagrada de las célticas mámoas. En la altura una vaca montesa embravecida, muge por el vítelo que se lleva a la feria un rabadán.)

PEDRO ABUIN.— Ganados de Lantaño, siempre tuvieron paso por Lantañón.

RAMIRO DE BEALO.— Hoy se lo niegan. Perdieron el pleito los alcaldes y no vale contraponerse.

PEDRO ABUIN.— Eso aún hemos de ventilarlo.

RAMIRO DE BEALO.— No te metas a pleito, con hombre de almenas.


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62 págs. / 1 hora, 49 minutos / 512 visitas.

Publicado el 17 de septiembre de 2018 por Edu Robsy.

Sonata de Estío

Ramón María del Valle-Inclán


Novela


Quería olvidar unos amores desgraciados, y pensé recorrer el mundo en romántica peregrinacion. ¡Aún suspiro al recordarlo! Aquella mujer tiene en la historia de mi vida un recuerdo galante, cruel y glorioso, como lo tienen en la historia de los pueblos Thais la de Grecia, y Ninon la de Francia, esas dos cortesanas menos bellas que su destino. ¡Acaso el único destino que merece ser envidiado! Yo hubiérale tenido igual, y quizá más grande, de haber nacido mujer: Entonces lograría lo que jamás pude lograr. Á las mujeres para ser felices les basta con no tener escrúpulos, y probablemente, no los hubiera tenido esa quimérica Marquesa de Bradomín. Dios mediante, haría como las gentiles marquesas de mi tiempo que ahora se confiesan todos los viernes, después de haber pecado todos los días. Por cierto que algunas se han arrepentido todavía bellas y tentadoras, olvidando que basta un punto de contrición al sentir cercana la vejez.

Por aquellos días de peregrinación sentimental era yo joven y algo poeta, con ninguna experiencia y harta novelería en la cabeza. Creía de buena fe en muchas cosas que ahora pongo en duda, y libre de escepticismos, dábame buena prisa á gozar de la existencia. Aunque no lo confesase, y acaso sin saberlo, era feliz, con esa felicidad indefinible que da el poder amar á todas las mujeres. Sin ser un donjuanista, he vivido una juventud amorosa y apasionada, pero de amor juvenil y bullente, de pasión equilibrada y sanguínea. Los decadentismos de la generación nueva no los he sentido jamás, Todavía hoy, después de haber pecado tanto, tengo las mañanas triunfantes, y no puedo menos de sonreir recordando que hubo una época lejana donde lloré por muerto á mi corazón: Muerto de celos, de rabia y de amor.


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Dominio público
71 págs. / 2 horas, 4 minutos / 1.307 visitas.

Publicado el 29 de abril de 2017 por Edu Robsy.

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