Textos de Ramón María del Valle-Inclán etiquetados como Teatro disponibles

Mostrando 1 a 10 de 14 textos encontrados.


Buscador de títulos

autor: Ramón María del Valle-Inclán etiqueta: Teatro textos disponibles


12

La Hueste

Ramón María del Valle-Inclán


Teatro


(Un camino. A lo lejos, el verde y oloroso cementerio de una aldea. Es de noche y la luna naciente brilla entre los cipreses. Don Juan Manuel Montenegro, que vuelve borracho de la feria, cruza por el camino jinete en un potro que se muestra inquieto y no acostumbrado a la silla. El hidalgo, que se tambalea de borrén a borrén, le gobierno sin cordura, y tan pronto le castiga con la espuela como le recoge las riendas. Cuando el caballo se encabrita, luce una gran destreza y reniega como un condenado.)


EL CABALLERO.—¡Maldecido animal...! ¡Tiene todos los demonios en el cuerpo...! ¡Un rayo me parta y me confunda!

UNA VOZ.—¡No maldigas, pecador!

OTRA VOZ.—¡Tu alma es negra como un tizón del infierno, pecador!

OTRA VOZ.—¡Piensa en la hora de la muerte, pecador!

OTRA VOZ.—¡Siete diablos hierven aceite en una gran caldera para achicharrar tu cuerpo mortal, pecador!

EL CABALLERO.—¿Quién me habla? ¿Sois voces del otro mundo? ¿Sois almas en pena o sois hijos de...


(Un gran trueno retiembla en el aire, y el potro se encabrita con amenaza de desarzonar al jinete. Entre los maizales brillan las luces de la Santa Compaña. El caballero siente erizarse los cabellos de su frente, y disipados los vapores del mosto. Se oyen gemidos de agonía y herrumbroso son de cadenas que arrastran en la noche oscura las ánimas en pena que vienen al mundo para cumplir penitencias. La blanca procesión pasa como una niebla sobre los maizales.)


UNA VOZ.—¡Sigue con nosotros, pecador!

OTRA VOZ.—¡Toma un cirio encendido, pecador!

OTRA VOZ.—¡Alumbra el camino de la muerte, pecador!


Leer / Descargar texto

Dominio público
2 págs. / 4 minutos / 113 visitas.

Publicado el 4 de julio de 2021 por Edu Robsy.

Comedia de Ensueño

Ramón María del Valle-Inclán


Teatro, Diálogo


Una cueva en el monte, sobre la encrucijada de dos caminos de herradura. Algunos hombres, a caballo, llegan en tropel, y una vieja asoma en la boca de la cueva. Su figura se destaca por oscuro sobre el fondo rojizo donde llamea el fuego del hogar. Es la hora del anochecer, y las águilas que tienen su nido en los peñascales, se ciernen con un vuelo pesado que deja oír el golpe de las alas.

LA VIEJA.—¡Con cuánto afán os esperaba, hijos míos! Desde ayer tengo encendido un buen fuego para que podáis calentaros. ¿Vendréis desfallecidos?

La vieja éntrase en la cueva, y los hombres descabalgan. Tienen los rostros cetrinos, y sus pupilas destellan en el blanco de los ojos con extraña ferocidad. Uno de ellos queda al cuidado de los caballos, y los otros, con las alforjas al hombro, penetran en la cueva y se sientan al amor del fuego. Son doce ladrones y el Capitán.

LA VIEJA.—¿Habéis tenido suerte, mis hijos?

EL CAPITÁN.—¡Ahora lo veréis, Madre Silvia! Muchachos, juntad el botín para que puedan hacerse las particiones.

LA VIEJA.—Nunca habéis hecho tan larga ausencia.

EL CAPITÁN.—No requería menos el lance, Madre Silvia.

La Madre Silvia tiende un paño sobre el hogar, y sus ojos acechan avarientos cómo las manos de aquellos doce hombres desaparecen en lo hondo de las alforjas y sacan enredadas las joyas de oro, que destellan al temblor de las llamas.

LA VIEJA.—¡Jamás he visto tan rica pedrería!

EL CAPITÁN.—¿No queda nada en tus alforjas, Ferragut?

FERRAGUT.—¡Nada, Capitán!

EL CAPITÁN.—¿Y en las tuyas, Galaor?

GALAOR.—¡Nada, Capitán!

EL CAPITÁN.—¿Y en las tuyas, Fierabrás?

FIERABRÁS.—¡Nada!…

EL CAPITÁN.—Está bien. Tened por cierto, hijos míos, que pagaréis con la vida cualquier engaño. Alumbrad aquí, Madre Silvia.


Leer / Descargar texto

Dominio público
5 págs. / 9 minutos / 154 visitas.

Publicado el 4 de noviembre de 2020 por Edu Robsy.

Tragedia de Ensueño

Ramón María del Valle-Inclán


Teatro, Diálogo


Han dejado abierta la casa y parece abandonada… El niño duerme fuera, en la paz de la tarde que agoniza, bajo el emparrado de la vid. Sentada en el umbral, una vieja mueve la cuna con el pie, mientras sus dedos arrugados hacen girar el huso de la rueca. Hila la vieja, copo tras copo, el lino moreno de su campo. Tiene cien años, el cabello plateado, los ojos faltos de vista, la barbeta temblorosa.

LA ABUELA.—¡Cuantos trabajos nos aguardan en este mundo! Siete hijos tuve, y mis manos tuvieron que coser siete mortajas… Los hijos me fueron dados para que conociese las penas de criarlos, y luego, uno a uno, me los quitó la muerte cuando podían ser ayuda de mis años. Estos tristes ojos aún no se cansan de llorarlos. ¡Eran siete reyes, mozos y gentiles!… Sus viudas volvieron a casarse, y por delante de mi puerta vi pasar el cortejo de sus segundas bodas, y por delante de mi puerta vi pasar después los alegres bautizos… ¡Ah! Solamente el corro de mis nietos se deshojó como una rosa de Mayo… ¡Y eran tantos, que mis dedos se cansaban hilando día y noche sus pañales!… A todos los llevaron por ese camino donde cantan los sapos y el ruiseñor. ¡Cuánto han llorado mis ojos! Quedé ciega viendo pasar sus blancas cajas de ángeles. ¡Cuánto han llorado mis ojos y cuánto tienen todavía que llorar! Hace tres noches que aúllan los perros a mi puerta. Yo esperaba que la muerte me dejase este nieto pequeño, y también llega por él… ¡Era, entre todos, el que más quería!… Cuando enterraron a su padre aún no era nacido. Cuando enterraron a su madre aún no era bautizado… ¡Por eso era, entre todos, el que más quería!… íbale criando con cientos de trabajos. Tuve una oveja blanca que le servía de nodriza, pero la comieron los lobos en el monte… ¡Y el nieto mío se marchita como una flor! ¡Y el nieto mío se muere lenta, lentamente, como las pobres estrellas, que no pueden contemplar el amanecer!


Leer / Descargar texto

Dominio público
5 págs. / 9 minutos / 120 visitas.

Publicado el 4 de noviembre de 2020 por Edu Robsy.

Tablado de Marionetas para Educación de Príncipes

Ramón María del Valle-Inclán


Teatro


FARSA ITALIANA DE LA ENAMORADA DEL REY

PERSONAJES

MARI-JUSTINA
LA VENTERA
MAESE LOTARIO
EL CABALLERO DEL VERDE GABÁN
EL CABALLERO DE SEINGALT
Y MUSARELO, SU ESCUDERO
NUESTRO SEÑOR EL REY
DON FACUNDO, MINISTRO Y GUARDASELLOS
OTRO ESCUDERO
ALTISIDORA, MENINA
DON BARTOLO, CAPELLAN REAL
EL DUQUE DE NEBREDA
LA DAMA DEL MANTO
PASTORELA DE DAMAS Y GALANES
RONDA DE CORCHETES
TROPA DE CUADRILLEROS
UNA CORTE DEL SIGLO XVIII, CON LUCES
Y COMPARSAS DE OPERETA

JORNADA PRIMERA

DECORACIÓN

(SOBRE LA CRUZ DE DOS CAMINOS LLANOS Y AMARILLENTOS, UNA VENTA CLÁSICA: COSARIOS, LABRADORES, ESTUDIANTES SESTEAN POR LAS CUADRAS Y PAJARES. ENTRE LOS SAYOS DE ESTAMEÑA PARDA CANTAN VERDES Y GRANAS PASTORILES. EL PATIO DE LA VENTA ES HUMANISTA Y PICARESCO, CON SABOR DE AULAS Y SABOR POPULAR DE LOS CAMINOS: TIENE UN VAHO DE LETRAS DEL QUIJOTE. EL CIELO AZUL, LAS BARDAS AMARILLAS, Y EL HABLAR REFRANERO. LAS CASTILLAS.)

(LA COPLA DE UNA MOZA SALTA DENTRO y EN EL ZAGUAN SE MUEVE LA VENTERA, CODICIOSA, CELOSA. MUY CETRINA. UNA RANCIA FIGURA DE TABACO, Y EL MOÑO DE CASTAÑA CON LAZADAS. LOS AZULES ESTAMBRES DE SUS MEDIAS Y EL GAYO LLAMEAR DE SU JUSTILLO,TRAEN UNA VISION DE SERRANÍA A LA SED DE LOS PAGOS CASTELLANOS. Y DESGRANAN LOS RITMOS PASTORILES DE UN ALEGRE TRENZAR DE TAMBORILES.)

CANTAR DE MARI-JUSTINA:
¡Quiero ir sobre tu huella,
Rey-Serafín!
¡Ser una lucecita de estrella
en tu jardín!

LA VENTERA:
¡Deja las canciones, sal de esas escuras!
¿Qué cantar es ése?

MARI-JUSTINA:
¡Un cantar, abuela!

LA VENTERA:
A los tus cantares llamo yo pinturas
de aquel mal deseo que te desconsuela.


Leer / Descargar texto

Dominio público
99 págs. / 2 horas, 54 minutos / 335 visitas.

Publicado el 19 de diciembre de 2018 por Edu Robsy.

Retablo de la Avaricia, la Lujuria y la Muerte

Ramón María del Valle-Inclán


Teatro


LIGAZÓN

AUTO PARA SILUETAS

DRAMATIS PERSONAE

LA VENTERA
LA RAPOSA
LA MOZUELA
EL AFILADOR
UN BULTO DE MANTA Y RETACO

ACTO ÚNICO

(CLARO de luna. El ventorrillo calca el recuadro luminoso de su puerta, en la tiniebla de un emparrado. A la vera del tapial la luna se espeja en las aguas del dornil donde abrevan las yuntas. Sobre la puerta iluminada se perfila la sombra de una mozuela. Mira al campillo de céspedes, radiados con una estrella de senderos. Pegada al tapiado, por el hilo que proyectan las tejas, una sombra -báculo y manto- discierne con trencos compases, su tenue relieve. La sombra raposa conquiere a la mozuela:)

LA RAPOSA.— ¡Para todos derramas tu sal! Tú me dirás que para todos tienes.

LA MOZUELA.— ¡Qué ventolera!

LA RAPOSA.— Si por miramiento te lo callas, yo me asigno el texto, que con la verdad no condeno mi alma.

LA MOZUELA.— ¡Tía, deje esos belenes!

LA RAPOSA.— Podías ser más orgullosa. ¿Tú no te miras al espejo?

LA MOZUELA.— Cuando voy a la fuente.

LA RAPOSA.— ¿Y el espejillo de tu alcoba, nada te dice cuando de noche te acuestas?

LA MOZUELA.— No me veo con el sueño.

LA RAPOSA.— ¡Qué pico tienes! Mira, sácame una copa de resolio.

LA MOZUELA.— ¿Grande o pequeña?

LA RAPOSA.— Si me la mides a conciencia, dámela mediana. ¿Por dónde pára tu madre?

LA MOZUELA.— Dentro se halla.


Leer / Descargar texto

Dominio público
90 págs. / 2 horas, 39 minutos / 1.370 visitas.

Publicado el 18 de diciembre de 2018 por Edu Robsy.

Martes de Carnaval

Ramón María del Valle-Inclán


Teatro, Esperpento


ESPERPENTO DE LAS GALAS DEL DIFUNTO

DRAMATIS PERSONAE

LA BRUJA DE LOS MANDADOS EN LA CASA LLANA
UNA DAIFA Y JUANITO VENTOLERA, PISTOLO REPATRIADO
UN GALOPIN MANCEBO DE BOTICA
EL BOTICARIO DON SÓCRATES GALINDO Y DOÑA TERITA LA BOTICARIA
TRES SOLDADOS DE RAYADILLO: PEDRO MASIDE, FRANCO RICOTE Y EL BIZCO MALUENDA
UN SACRISTAN Y UN RAPISTA
LA MADRE CELESTINA Y LAS NIÑAS DEL PECADO

ESCENA PRIMERA

(LA CASA DEL PECADO, EN UN ENREDO DE CALLEJONES, CERCA DEL MUELLE VIEJO PRIMA NOCHE. LUCES DE LA MARINA. CANTOS REMOTOS EN UN CAFETIN. Guiños de las estrellas. Pisadas de zuecos. Brilla la luna en las losas mojadas de la acera: Tapadillo de la Carmelitana: Sala baja con papel floreado: Dos puertas azules, entornadas sobre dos alcobas: En el fondo, las camas tendidas con majas colchas portuguesas: En el reflejo del quinqué, la daifa pelinegra, con un lazo detonante en el moño, cierra el sobre de una carta: Luce en la mejilla el rizo de un lunar. A la bruja que se recose el zancajo en el fondo mal alumbrado de una escalerilla, hizo seña mostrando la carta. La coima muerde la hebra, y se prende la aguja en el pecho)

LA BRUJA.— ¡Vamos a ese fin del mundo! ¡Si siquiera de tantas idas se sacase algún provecho!...

LA DAIFA.— La carta va puesta como para conmover una peña.

LA BRUJA.— ¡Ay, qué viejo renegado! ¡Cuándo se lo llevará Satanás!...

LA DAIFA.— Es muy contraria mi suerte.

LA BRUJA.— ¡Sí que lo es! ¡El padre acaudalado y la hija arrastrada!

LA DAIFA.— ¡Y tener que desearle la muerte para mejorar de conducta!

LA BRUJA.— ¡Si te vieras con capitales, era el ponerte de ama y dorarte de monedas, que el negocio lo puede! ¡Y no ser ingrata con una vida que te dió refugio en tu desgracia!


Leer / Descargar texto

Dominio público
110 págs. / 3 horas, 13 minutos / 2.859 visitas.

Publicado el 18 de diciembre de 2018 por Edu Robsy.

El Marqués de Bradomín

Ramón María del Valle-Inclán


Diálogo, Teatro


Dedicatoria

Estos diálogos tuvieron hace tiempo vida en el teatro. Es un recuerdo que me sonríe al releer estas páginas: Con ellas envío á Matilde Moreno y á Francisco García Ortega mi saludo de reconocimiento, de admiración y de amistad.

Jornada primera

Un jardín y en el fondo un palacio: El jardín y el palacio tienen esa vejez señorial y melancólica de los lugares por donde en otro tiempo pasó la vida amable de la galantería y del amor. Sentado en la escalinata, donde verdea el musgo, un zagal de pocos años amaestra con los sones de su flauta, una nidada de mirlos prisionera en rústica jaula de cañas. Aquel niño de fabla casi visigótica y ojos de cabra triscadora, con su sayo de estameña y sus guedejas trasquiladas sobre la frente por tonsura casi monacal, parece el hijo de un antiguo siervo de la gleba. La dama pálida y triste, que vive retirada en el palacio, le llama con lánguido capricho Florisel. Por la húmeda avenida de cipreses aparece una vieja de aldea: Tiene los cabellos blancos, los ojos conqueridores y la color bermeja. El manteo, de paño sedán, que sólo luce en las fiestas, lo trae doblado con primor y puesto como una birreta sobre la cofia blanca: Se llama Madre Cruces.

LA MADRE CRUCES:
¿Estás adeprendiéndole la lección á los mirlos?

FLORISEL:
Ya la tienen adeprendida.

LA MADRE CRUCES:
¿Cuántos son?

FLORISEL:
Agora son tres. La señora mi ama echó á volar el que mejor cantaba. Gusto que tiene de verlos libres por los aires.

LA MADRE CRUCES:
¡Para eso es la señora! ¿Y cómo está de sus males?

FLORISEL:
¡Siempre suspirando! ¡Agora la he visto pasar por aquella vereda cogiendo rosas!


Leer / Descargar texto

Dominio público
51 págs. / 1 hora, 30 minutos / 501 visitas.

Publicado el 29 de octubre de 2018 por Edu Robsy.

Comedias Bárbaras

Ramón María del Valle-Inclán


Teatro


Cara de Plata

Dramatis personae

EL CABALLERO DON JUAN MANUEL MONTENEGRO
SUS HIJOS CARA DE PLATA, DON PEDRITO, DON ROSENDO, DON MAURO, DON GONZALITO Y DON FARRUQUIÑO
SABELITA, AHIJADA DEL CABALLERO
EL ABAD DE LANTAÑÓN Y SU HERMANA DOÑA JEROMITA
EL SACRISTAN
LA SACRISTANA
LA HIJA BIGARDONA Y EL CORO DE CRIANZAS
FUSO NEGRO, LOCO
DON GALAN, CRIADO DEL CABALLERO
UNA TROPA DE CINCO CHALANES: PEDRO ABUIN, RAMIRO DE BEALO, MANUEL TOVIO, MANUEL FONSECA Y SEBASTIAN DE XOGAS
EL VIEJO DE CURES Y UN PASTOR
PICHONA LA BISBISERA
LUDOVINA LA BENTORRILLERA Y LA COIMA DE OTRO MESÓN
UN MARAGATO
UN PENITENTE
EL CIEGO DE GONDAR
UN INDIANO
EL DIACONO DE LESÓN
UNA VIEJA COTILLONA
VOZ EN UNA CHIMENEA
OTRAS VIEJAS
GRITOS Y DENUESTOS
PREGONES
CLAMOR DE MUJERUCAS
SALMODIA DE BEATAS
RENIEGOS Y ESPANTOS
LAS LUCES DEL SANTO VIATICO

Jornada primera

Escena primera

(Alegres albores, luengas brañas comunales, en los montes de Lantaño. Sobre el roquedo la ruina de un castillo, y en el verde regazo, las Arcas de Bradomín. Acampa una tropa de chalanes, al abrigo de aquellas piedras insignes —Manuel Tovio, Manuel Fonseca, Pedro Abuin, Ramiro de Bealo y Sebastián de Xogas—. A la redonda, los caballos se esparcen mordiendo la yerba sagrada de las célticas mámoas. En la altura una vaca montesa embravecida, muge por el vítelo que se lleva a la feria un rabadán.)

PEDRO ABUIN.— Ganados de Lantaño, siempre tuvieron paso por Lantañón.

RAMIRO DE BEALO.— Hoy se lo niegan. Perdieron el pleito los alcaldes y no vale contraponerse.

PEDRO ABUIN.— Eso aún hemos de ventilarlo.

RAMIRO DE BEALO.— No te metas a pleito, con hombre de almenas.


Leer / Descargar texto

Dominio público
236 págs. / 6 horas, 53 minutos / 1.119 visitas.

Publicado el 18 de septiembre de 2018 por Edu Robsy.

Cara de Plata

Ramón María del Valle-Inclán


Teatro


Dramatis personae

EL CABALLERO DON JUAN MANUEL MONTENEGRO
SUS HIJOS CARA DE PLATA, DON PEDRITO, DON ROSENDO, DON MAURO, DON GONZALITO Y DON FARRUQUIÑO
SABELITA, AHIJADA DEL CABALLERO
EL ABAD DE LANTAÑÓN Y SU HERMANA DOÑA JEROMITA
EL SACRISTAN
LA SACRISTANA
LA HIJA BIGARDONA Y EL CORO DE CRIANZAS
FUSO NEGRO, LOCO
DON GALAN, CRIADO DEL CABALLERO
UNA TROPA DE CINCO CHALANES: PEDRO ABUIN, RAMIRO DE BEALO, MANUEL TOVIO, MANUEL FONSECA Y SEBASTIAN DE XOGAS
EL VIEJO DE CURES Y UN PASTOR
PICHONA LA BISBISERA
LUDOVINA LA BENTORRILLERA Y LA COIMA DE OTRO MESÓN
UN MARAGATO
UN PENITENTE
EL CIEGO DE GONDAR
UN INDIANO
EL DIACONO DE LESÓN
UNA VIEJA COTILLONA
VOZ EN UNA CHIMENEA
OTRAS VIEJAS
GRITOS Y DENUESTOS
PREGONES
CLAMOR DE MUJERUCAS
SALMODIA DE BEATAS
RENIEGOS Y ESPANTOS
LAS LUCES DEL SANTO VIATICO

Jornada primera

Escena primera

(Alegres albores, luengas brañas comunales, en los montes de Lantaño. Sobre el roquedo la ruina de un castillo, y en el verde regazo, las Arcas de Bradomín. Acampa una tropa de chalanes, al abrigo de aquellas piedras insignes —Manuel Tovio, Manuel Fonseca, Pedro Abuin, Ramiro de Bealo y Sebastián de Xogas—. A la redonda, los caballos se esparcen mordiendo la yerba sagrada de las célticas mámoas. En la altura una vaca montesa embravecida, muge por el vítelo que se lleva a la feria un rabadán.)

PEDRO ABUIN.— Ganados de Lantaño, siempre tuvieron paso por Lantañón.

RAMIRO DE BEALO.— Hoy se lo niegan. Perdieron el pleito los alcaldes y no vale contraponerse.

PEDRO ABUIN.— Eso aún hemos de ventilarlo.

RAMIRO DE BEALO.— No te metas a pleito, con hombre de almenas.


Leer / Descargar texto

Dominio público
62 págs. / 1 hora, 49 minutos / 516 visitas.

Publicado el 17 de septiembre de 2018 por Edu Robsy.

12