Tradiciones Peruanas II
Ricardo Palma
Cuentos, Leyendas, Colección
Carta tónico-biliosa a una amiga
Espíritu de otros días,
en nuevas ropas envuelto,
más que la imagen de un vivo
soy la realidad de un muerto.
Antonio Hurtado
Leyendo mis tradiciones
me dicen que te complaces.
¡Gracias! ¡Gracias! Pues tal haces
a ti van estos renglones.
Charlemos en puridad
un momento:—oye con calma—
dar quiero expansión al alma
en tu sincera amistad.
¿Temes que exhale en sombrías
endechas el alma toda?
¡No! Ya pasaron de moda
los trhenos de Jeremías.
Eso quede a los poetas
sandios, entecos, noveles,
que andan poniendo en carteles
sus angustias más secretas;
Y todo ello en realidad
es como el zumbar de un tábano,
y de sus ayes un rábano
se lo da a la humanidad.
¡Pues fuera grano de anís
que ostentando duelo y llanto,
en imitar diese a tanto
poeta chisgarabís!
Arca santa el corazón
sea de los sufrimientos:
darlos a los cuatro vientos
es una profanación.
Tú sabes bien que el dolor,
si es verdadero y profundo,
ha de esconderse ante el mundo
con cierto noble rubor.
¡Tú que la cruz arrastrando
vas de un padecer tremendo,
con los labios sonriendo,
con el corazón llorando!
¿Por qué escribo estas leyendas?
¿Por qué de siglos difuntos
dan a mi péñola asuntos
las consejas estupendas?
La razón voite a decir.
Es mi libro, bien mirado,
lecciones que da el pasado
al presente y porvenir.
Vanidoso desahogo
encontrará un zoilo en esto
y murmurará indigesto:
—¿quién lo ha hecho a usted pedagogo?
No se queme las pestañas
descifrando mamotretos
sobre tiempos y sujetos
que alcanzó Mari-Castañas.
Deje usted seguir la gresca,
que la humanidad bendita
ya es bastante talludita
y sabe lo que se pesca.
Dominio público
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Publicado el 21 de diciembre de 2020 por Edu Robsy.