Los que Siembran el Trueno
Robert E. Howard
Cuento
Capítulo 1
Vientos acerados, fuego y ruina
Y un jinete agitándose con enorme alegría
Sobre los cadáveres esparcidos, tierra ennegrecida
Acechando desnuda, viene la Muerte
Como una nube de tormenta aplastando los barcos
Todavía permanece erguido el jinete.
Pálido con la sonrisa de un rey muerto en los labios.
Como el alto caballo blanco que montaba.
La Balada de Baibars
Los holgazanes de la taberna observaban la figura apostada en el marco de la puerta. Allí se alzaba un hombre alto y robusto, con las sombras de las antorchas y el clamor del bazar a sus espaldas. Sus vestiduras eran una simple túnica y unos cortos calzones de cuero; un manto de pelo de camello colgaba de sus anchos hombros y sus pies estaban calzados con sandalias. Desentonando con su atuendo de pacífico viajero, una corta y afilada espada recta colgaba de su faja. Un gigantesco brazo, muy musculoso, se extendió, con la fornida mano sujetando un bastón de peregrino, mientras permanecía con sus poderosas piernas tensas en la entrada.
Sus piernas desnudas eran peludas, nudosas como árboles talados. Su fosco pelo rojizo estaba recogido por una sencilla tela azulada, y desde su cuadrado rostro moreno, sus extraños ojos azules brillaban con una alegría imprevisible y temeraria, reflejada por la media sonrisa que curvaba sus finos labios.
Protegido por copyright
51 págs. / 1 hora, 30 minutos / 47 visitas.
Publicado el 26 de julio de 2018 por Edu Robsy.