La Dentellada del Oso Negro
Robert E. Howard
Cuento
La noche caía sobre el río como una sombría amenaza, preñada de condenación. Me agazapé tras los arbustos y me estremecí en silencio. En algún lugar, en el interior de la gran casa oscura que había frente a mí, un gong sonó débilmente… una vez. Aquel gong había sonado hasta ocho veces desde me ocultara allí, al caer la noche. Había ido contando las notas, de un modo mecánico. Observé sombrío la gran masa oscura de la mansión. Se trataba de la Casa del misterio… la morada del misterioso Yotai Yun, el príncipe mercader chino… y qué siniestros negocios se cocían entre aquellos muros, era algo que ningún hombre blanco sabía. Bill Lannon se lo había preguntado —antaño había pertenecido al Servicio Secreto Británico, y, al resultarle fácil volver a sus antiguos hábitos, había realizado investigaciones por su cuenta—. Me había hablado vagamente acerca de los turbios sucesos que tenían lugar tras las paredes de la casa de Yotai Yun… nos había confiado sus descubrimientos a Eric Brand y a mí, hablándonos de misteriosos movimientos, planes insidiosos, y de un terrible Monje Encapuchado perteneciente a algún oscuro culto, que prometía un imperio amarillo…
Eric Brand, un aventurero delgado y de ojos vivarachos, se había reído de Lannon, pero yo no. Sabía que mi amigo era como un sabueso que se hallara tras la pista de algo siniestro y misterioso. Una noche, mientras los tres nos sentábamos en el salón del European Club, trasegando unos whiskys con soda, nos anunció que pretendía deslizarse, esa misma noche, en el interior de la casa de Yotai Yun, para descubrir de una vez por todas qué se cocía allí dentro. Encontraron su cadáver a la mañana siguiente, flotando en las aguas sucias y amarillentas del río Yangtze… con una daga delgada clavada hasta el fondo entre sus omóplatos.
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18 págs. / 32 minutos / 50 visitas.
Publicado el 4 de agosto de 2018 por Edu Robsy.