Textos más populares esta semana de Robert Louis Stevenson | pág. 3

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autor: Robert Louis Stevenson


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Historia de una Mentira

Robert Louis Stevenson


Cuento


1. En el que se presenta al almirante

En el tiempo que pasó en París, Dick Naseby hizo extrañas amistades, pues era de los que tienen oídos para oír y saben emplear los ojos tanto como la inteligencia. Tenía tantas ideas como Stuart Mill, pero su filosofía tenía que ver con los seres de carne y hueso y era tan experimental como su método. Era un cazador prototípico. Despreciaba las piezas menores y las personalidades insignificantes, ya fuese en la forma de duques o viajantes comerciales, y los dejaba pasar de largo como las algas junto al costado de un barco, pero, si veía un rostro enérgico o refinado, si oía una voz penetrante o llorosa, si reparaba en una mirada viva, un gesto apasionado o una sonrisa ambigua y significativa, su imaginación despertaba en el acto. «Érase una vez un hombre y una mujer», parecía decir, y se dedicaba a interpretarlo con el placer de un artista al consagrarse a su arte.


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62 págs. / 1 hora, 48 minutos / 173 visitas.

Publicado el 1 de marzo de 2017 por Edu Robsy.

Bajamar

Robert Louis Stevenson


Novela


Primera parte. El trío

Noche en la playa

En las islas del Pacífico, aquí y allá, hombres de diferentes pueblos europeos, de varia clase y condición social, desempeñan actividades de toda índole, y contagian enfermedades. Unos prosperan, otros vegetan. Los hay que han ascendido por las gradas de los tronos, que han llegado a poseer islas y compañías de navegación. Sin embargo, otros se casan para sobrevivir. Hay damas bien parecidas, de buen carácter y del color del chocolate, que los toman a su cargo y los mantienen en completa ociosidad. Vestidos como nativos, reposan bajo tejadillos de hoja de palma, apenas conservan algún elemento extranjero en los andares, en los gestos, tal vez incluso no se hayan desprendido de algún recuerdo del pasado (quizá un monóculo), de cuando fueran oficiales o caballeros; se dedican en general a entretener a un público de aborígenes con recuerdos de los music-halls. Los hay menos dóciles, con menos talento, con peor fortuna, acaso menos degradados, que incluso en estas islas de la abundancia siguen careciendo de pan que llevarse a la boca.

En las afueras de Papeete, en la playa, sentados bajo un purao, se hallaban tres hombres pertenecientes a esta última categoría.


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Publicado el 26 de febrero de 2017 por Edu Robsy.

Las Desventuras de John Nicholson

Robert Louis Stevenson


Cuento


1. En el que John siembra vientos

John Varey Nicholson era un estúpido, aunque otros que lo son más que él están hoy repantigados en el Parlamento y se jactan de ser los autores de su propia distinción. Ya desde la niñez había tenido tendencia a la obesidad y se inclinaba a ver la vida de forma alegre y superficial, y es posible que esa actitud fuese la causa original de todas sus desdichas. Aparte de esa pista, la filosofía nada nos dice sobre su carrera, y la superstición adelanta la más fácil explicación de que los dioses lo detestaban.


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Publicado el 1 de marzo de 2017 por Edu Robsy.

El Tesoro de Blanchard

Robert Louis Stevenson


Cuento


1. Junto al saltimbanqui moribundo

Habían mandado llamar al médico de Bourron poco antes de las seis. Hacia las ocho llegaron los primeros lugareños para asistir a la función y se les explicó lo que ocurría. A muchos les pareció una falta de consideración que un saltimbanqui se pusiera enfermo como hacía la gente normal y se marcharon refunfuñando. A las diez, madame Tentaillon estaba tan preocupada que había enviado a buscar al doctor Desprez al otro lado de la calle.

El médico estaba repasando sus manuscritos en un rincón del minúsculo comedor y su mujer dormitaba junto al fuego cuando llegó el mensajero.

—¡Caramba! —dijo el médico—, deberían haberme llamado antes, si se trata de un caso tan urgente.

Y siguió al mensajero tal como estaba, en zapatillas y con gorro de dormir.


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67 págs. / 1 hora, 58 minutos / 78 visitas.

Publicado el 28 de febrero de 2017 por Edu Robsy.

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