El Roque y el Bronquis
Serafín Estébanez Calderón
Cuento
Y apagando las luces, comenzaron con los asientos y con las muletas y bordones a zamarrearle a él y a sus corchetes, a oscuras, tocándoles los ciegos la gaita zamorana y los demás instrumentos, a cuyo son no se oían los unos a los otros, acabando la culebra con el día y con desaparecer los apaleados.
(El diablo Cojuelo.—Tranco V.)
Vuesas mercedes no saben lo que es un Roque, porque ignoran qué cosa es un Bronquis;
no se pescan lo que es un Bronquis y un Roque, porque no han viajado
por Andalucía, y si por allá han andado, no han visitado ciertos
pueblos, y si los han visitado, no han asistido a ciertas y ciertas
festividades, escenas, bureos, bailes, triscas y saraos de candil. Hoy
me propongo llevaros, benévolos lectores, aunque sea sólo en fantasía a
uno de estos entretenimientos recreativos, que así pudiera yo con igual
facilidad a tales escenas positivamente, realmente, corporalmente,
llevar y trasportar, ofrecer y presentar los lomos y espaldas de algunos
amigos (seis fueron y seis quedaron) que yo me sé; y cuidado que no
hablo en política. Mas porque vuestra fantasía no tenga que viajar,
hender los aires y el espacio, y fatigarse por cosa de nonada y
fruslería, me parece mejor, aquí mismo y galanamente relatando, poneros
delante de los ojos cuadro tal, que bien os represente lo que saber
queréis y yo mostraros quiero; cuadro en cuyos grupos ocupo yo lugar de
privilegio, formando pareja con cierto inglés, mi camarada en la
aventura, osado como pocos y curioso como ninguno.
Dominio público
17 págs. / 30 minutos / 45 visitas.
Publicado el 20 de noviembre de 2020 por Edu Robsy.