Un Baile en Triana
Serafín Estébanez Calderón
Cuento
¡Ay, señor mío! (respondió la Rufina María): si son de Nigromancia me pierdo por ellas, que nací en TRIANA, y sé echar las habas, y andar el cedazo, y tengo otros primores mejores.
(El Diablo Cojuelo, Tranco 8)
En Andalucía no hay baile sin el movimiento de los brazos, sin el
donaire y provocaciones picantes de todo el cuerpo, sin la ágil soltura
del talle, sin los quiebros de cintura, y sin lo vivo y ardiente del
compás, haciendo contraste con los dormidos y remansos de los cernidos,
desmayos y suspensiones. El batir de los pies, sus primores, sus
campanelas, sus juegos, giros y demás menudencias, es como accesorio al
baile andaluz, y no forman, como en la danza, la parte principal. La Gallarda, el Bran de Inglaterra, la Pavana, la Haya,
y otras danzas antiguas españolas, fundaban sólo su vistosidad y realce
en la primera soltura y batir de los pies, y en el aire y galanía del
pasear la persona.
Dominio público
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Publicado el 20 de noviembre de 2020 por Edu Robsy.