Los Grandes Señores Efectivos
Silverio Lanza
Cuento
El rey de las limitadas
Donde termina la curva, que hay después del puente, hizo clac.
El chauffeur aseguro que la avería no era importante; no hacia falta quien ayudase: dos horas de tiempo, y nada mas.
En la pequeña loma que domina el valle está Valdezotes de Arriba; en la vertiente Sur, y próximo al río, está Valdezotes de Abajo.
El general y su yerno tomaron á broma lo ocurrido, y consiguieron que Mariana soportase con paciencia una marcha de quince minutos sobre un camino lleno de polvo y de guijarros.
Cuando entraron en la plaza del pueblo, que ya curioseaba á los recién venidos, pidió el duque á un muchacho que les llevase á la Administración de Correos. Hallábase está instalada en la casa del tío Pajitas, cacique de segundo orden, quien, al establecerse el telégrafo en el pueblo, arreglo un cuadra, dos gallineros y una cochiquera con tal arte, que el nuevo local pudo ser la oficina de Correos y Telégrafos, sin que dejase de ser una pocilga. Claro es que Bajitas cobraba del Ayuntamiento y de la Dirección hasta la suma de catorce duros mensuales, alquiler fabuloso que se repartía así:
Para el señor Ventura, cacique máximo, 25 pesetas.
Para el secretario, 3.
Para el tío Pelma, concejal eternamente descontentadizo, 3
Para el sacristán, 5,25
Para el medico, como delegado de Sanidad, 5.
Para el veterinario, en igual concepto, 4,75.
Para el tío Pocapena, inamovible juez municipal, 3.
Para la cofradía de San Blas, patrón del pueblo, 9.
A Pajitas le quedaban doce pesetas al mes, y hacia un negocio
hermoso, porque toda la casa de Pajitas no hubiera valido en arriendo
veinticinco duros anuales.
Dominio público
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Publicado el 28 de noviembre de 2021 por Edu Robsy.