La Flor del Matutero
Silverio Lanza
Cuento
—Serrana, ponte el pañuelo,
que está la espiga de trigo
envidiosa de tu pelo.
—Miente, miente, pa jaserte de querer.
Si hubiera el mentir condena,
ya estaría en un presidio
el gachó que me camela.
—La jonjana pa el campo y jaz mutis, que te saco las cinco cuerdas.
—Pues si tu no cantas ni miquis; como no cante la agüela.
—Agüela, saque osté argo, asín que sean los posos.
—¡Ay, hijo, ni pa acompañar al grillo!
—Pues venga un pasito.
—Jamugas que me pusieran en la borrica y no levantaba yo los pies del suelo.
—Canta tú, pelmaso.
—Le voy á despavilar el insómnico á tu madre.
—Si no me duermo.
—Don Insónico lo ha mentao.
—Don Insónico es un bruto, mejorándote á ti.
—Vaya unos términos que te traes.
—Yo he dicho insómnico.
—¡Ay! si paese que te da hipo.
—¿Quién?
—Ese.
—Lo que tu buscas son dos gofetás.
—El Cid matando mujeres.
El Cid con tanto valor.
Pero ¿acompañas ó no acompañas?
—Si paeces un reuma que tan pronto da en un lao como en otro.
—Pues ya ves que salgo por jaleo.
—Pa la jorca debías de salir.
—No me quites la mirada.
—Y ahora por solea.
—Pues sígueme, hombre, que detrás del coche van los perros.
—Adiós, carretela.
—No me quites la mirada,
mira que me estás poniendo
como una cueva cerrada.
—Agüela, tápese usted la visión pa que no vea usted lo que va á pasar.
—¡Bah! La intensión no ha perdió á ninguna mujer.
—Pues por la intensión se condena.
—Por la intensión se condena,
yo me condeno al quererte,
porque mi intensión no es güena.
—La mía como er agua bendita.
Dominio público
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Publicado el 28 de noviembre de 2021 por Edu Robsy.