Textos más populares esta semana de Silverio Lanza publicados por Edu Robsy | pág. 2

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autor: Silverio Lanza editor: Edu Robsy


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Apunte de Economía Política

Silverio Lanza


Cuento


—Y usted, Jesús, ¿qué espera de este Gobierno?

—Yo, nada.

—Ni yo. Entre paréntesis, ¿ha bajado el cuatro?

—Hoy, no.

—¿Y el cinco?

—Bajo ayer.

—Hoy subirá.

—o no: según se presente la cuestión de Africa.

—Pero yo creía, Jesús, que eso no tenía importancia de cierta especie.

—Pues hay algo.

—¡Si yo fuese dueño de Africa...!

—¿Qué haría usted?

—Lo primero allanar...

—Perdone usted que le interrumpa, Don Ignacio. ¿El Banco le merece á usted confianza?

—Completa.

—Pues yo no la tendría.

—¿Qué teme usted?

—¡Quién lo sabe!


* * *


Calle del Bastero, numero 303; casa vieja, anterior á la venida del caciquismo; portal muy grande que termina en un patio, por cuyas paredes trepa la escalera y se extienden los corredores.

Jesús, zapatero remendón, trabaja en su oficio y conversa con Don Ignacio quien, sentado en un banco que oscila, mueve las manos para sostener un cigarro de la Tabacalera, y las descansa sobre el abultado vientre.

Africa llega de la calle. En la acera se ve al 5, Tostón, que venía tras la moza; y en el corredor aparece el 4, Rubiales, que la estaba esperando.

—Buenos días, señor Jesús.

—¡Hola, vecinal

Don Ignacio se pone erguido, señala al busto de la barbiana, y dice:

—Tiene usted un punto en el jersey.

—Haga usted otro.

—¿Qué?

—Que haga usted punto.

—Sabe usted más que Merlín.

—Y más que usted: como que usted no sabe lo antipático que se cría.

—Por ser cosa de usted, me quedo con ella.

—Póngala usted donde la vergüenza para que no se la vea nadie. Conque, adiós Jesús.

—Adiós, vecina.

—Y para la compañía, que soy yo, na.


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1 pág. / 2 minutos / 241 visitas.

Publicado el 28 de noviembre de 2021 por Edu Robsy.

Contabilidad Rusticana

Silverio Lanza


Cuento


Pedro presta á Juan diez duros sin interés. Llega la recolección y...

—Ya sabes que me debes diez duros.

—No lo niego.

—¿A cómo está la cebada?

—A diez reales.

—Pues me debes veinte fanegas, y me harás un papelito.

—Lo haré.

Llega Enero y sigue el tiempo seco.

—¿A cómo está la cebada?

—A cuarenta reales.

—Pues me debes cuarenta duros.

—Es verdad.

—Me harás un papel.

Llega la recolección; la cebada está á diez reales, y Juan debe ochenta fanegas. Llega Enero; la cebada está á diez pesetas, y Juan debe ciento sesenta duros.

Al año siguiente, Pedro embarga á Juan la casa, las mulas y la tierra, y se queda con todo ello.


* * *


Otro caso: Varios amigos nos reunimos á merendar; yo me encargo de todo el gasto, y Pedro de facilitar el vino. El día siguiente nos reunimos para ajustar cuentas, y digo:

—Se han gastado diez duros, y somos diez; conque tocamos á cinco pesetas.

Todos me van entregando su cuota, y Pedro me dice:

—Bueno. Yo tengo que dar veinte reales; pero como he pagado catorce de vino, toma seis, y en paz.

Así, yo pago el vino.


* * *


Otro caso: Compro en un pueblo una instalación de luz eléctrica con la rebaja del 10 por 100.

—Mira, Pedro, que aquí faltan las bombillas.

—Bien, las desquitaremos al ajustar la cuenta: son diez luces que me costaron á diez pesetas, que hacen cien pesetas; te rebajo diez, y quedan en noventa.

—¿Y las bombillas?

—Eran diez. A peseta cada una, son diez pesetas. Rebaja el 10 por 100, y quedan en nueve pesetas. Desquita de noventa, y me das ochenta y una, y en paz.


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Dominio público
1 pág. / 2 minutos / 179 visitas.

Publicado el 28 de noviembre de 2021 por Edu Robsy.

Astronomía Legal

Silverio Lanza


Cuento


El alcalde de Villaruín está satisfechísimo con su nueva casa, que es la única mejora del pueblo.

Llega el mes de Noviembre, y la señora alcaldesa traslada el lecho conyugal al dormitorio de invierno.

A la mañana siguiente se levanta Don Máximo, y se dispone á contemplar desde la ventana el pueblo que gobierna.

Se asoma, y...

—Es estraño; desde que vivo en esta casa siempre ha salido el sol por mi derecha, y ahora sale por mi izquierda. Ordenemos un bando de buen gobierno.


* * *


El maestro de escuela queda encargado de explicar el fenómeno científicamente y gratis.

—Una de dos: ó el sol ha empezado á caminar rápidamente y en la dirección que rota la tierra, lo cual no es posible, ó ésta ha girado en el sentido de un meridiano, lo cual tampoco es posible.

—Lo que no creo posible es que haya un maestro más bruto que usted. ¡A la carcel!


* * *


Así se creo en Villaruín la costumbre de celebrar dos fiestas anuales: cuando Don Máximo cambiaba de dormitorio.


* * *


Murió el maestro extenuado por el ayuno y por la prisión; y antes de morir, dispuso que le enterrasen con la cabeza hacia levante; pero, como no es fácil mover cada seis meses el cadáver, continua sin sepultar.


* * *


Yo, temeroso de estar sepultado en vida é insepulto en muerte, como el maestro de Villaruín, me reduzco á consignar que, mientras los hombres no se acostumbren á vivir sin amo, les saldrá el sol á los pueblos por donde le salga al alcalde.


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Dominio público
1 pág. / 1 minuto / 171 visitas.

Publicado el 28 de noviembre de 2021 por Edu Robsy.

Cuentos Escogidos

Silverio Lanza


Cuentos, colección


Advertencia

Agotadas las varias ediciones de El año triste, Cuentecitos sin importancia, Cuentos políticos y Cuentos para mis amigos, y no conviniéndome hacer nuevas ediciones, porque tengo mucho original inédito, formo este tomo con cuentos de las colecciones dichas, con algunos que no se han publicado y con otros de las colecciones ¡Pestes!, Cuentos de locos, Los grandes señores, Cuentos económicos y Leyendas del timo.

Quisiera acertar en ello.


El editor,

J. B. A.

Nota preliminar

Algunas personas nos han dicho de varias maneras, y con sana intención, que les agradecemos, lo siguiente: Si continúan ustedes indisponiéndose con los críticos, no citaran sus obras de ustedes, y éstas no se venderán.

La cuestión es de transcendencia grave, y merece que de ella opinemos; pero de ningún modo porque se refiera á nosotros, pues las personas que nos conocen saben que en nuestros libritos, llenos, al parecer, de un subjetivismo extravagante, no hay absolutamente nada de subjetivismo cierto.

Y como la cuestión tiene carácter moral y carácter económico, hablaremos de ella separadamente.


El autor. El editor.

Opinión del autor.

En un libro mío, que no cito, porque la cita no parezca auto-bombo, digo: Si desea usted censurarme, convénzame de que es superior á mí en cultura, y yo me someteré gustosísimo á su autoridad de usted.

He rechazado la crítica grosera que todavía tiene inocentes que la paguen, que la teman y que la escuchen.

La crítica grosera es una procacidad ó es una cobardía.

Es una procacidad, si el crítico porque no le agrado un libro insulta al autor y le provoca á duelo, contando con la inocencia de unos padrinos que, si estiman su honor propio, no deben consentir practicas caballerescas á madrugadores presidiables.


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Dominio público
102 págs. / 2 horas, 59 minutos / 155 visitas.

Publicado el 29 de diciembre de 2021 por Edu Robsy.

Para Mis Amigos

Silverio Lanza


Cuentos, colección


Prólogo

Si male loentus sum, testimonium perhibe de malo; si autem bene, cur me cedis?

(Palabras que N. S. Jesucristo dijo al sayón en casa de Anas.)


Hace más de un año fui procesado por la publicación de la novelita que lleva título de Ni en la vida ni en la muerte y es original de Silverio Lanza.

Pasé diez y seis días en la cárcel, y durante éstos recibí de mis amigos tantas atenciones y tan cariñosas que mi orgullo aún no las ha podido justificar.

Me atrevo á poner á Dios por testigo de que ya no me acuerdo de los malos tratamientos que sufrí y de las personas que me molestaron; ni olvidé porque despreciase con fatuidad necia, ni porque me fuese doloroso el recuerdo, sino, en suma, porque si el proceso se incoó con justicia, bien incoado está; y si no se hizo así —circunstancia que expongo, no porque la crea posible, y sí para completar el pensamiento—, en tal caso no es mía la culpa, y no he de recordar lo que no me produce ni placer ni remordimiento.

Se sobreseyó en aquel proceso con motivo del indulto que para los delitos de imprenta otorgó S. M. la Reina con motivo del cumpleaños de S. M. el Rey. No debo discutir la existencia de mi delito y la conducta de S. M., pero me creo con perfecto derecho para decir que el que perdona obra bien.

Hoy publico estos CUENTOS PARA MIS AMIGOS, cuyos cuentos son de Lanza, y de éllos uso dedicándolos á las personas que me honran con sus afectos, porque bueno es que Silverio me ayude á pagar, ya que por su causa quedé obligado a agradecer.

Saben quienes bien me quieren que les he dedicado mi corazón, y no ignoran que son muchos más mis amigos que los cuentos que dejó escritos Silverio Lanza. Y éstos no son pocos.

Entiéndase que no pretendo saldar mis deudas de gratitud, sino demostrar que estoy agradeciendo y me propongo hacerlo mientras viva.


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Dominio público
106 págs. / 3 horas, 6 minutos / 150 visitas.

Publicado el 27 de diciembre de 2021 por Edu Robsy.

Ni en la Vida ni en la Muerte

Silverio Lanza


Novela corta


Convencidos de que Dios se hizo hombre, pretenden los hombres hacerse dioses. Mal oficio

Personajes

(Retratos del natural)

Licurgo Redondo, juez de delitos.
Pío de la Cruz, cura párroco.
Bienvenido González, (el inocente).
La familia Prada.
Un sepulturero que no habla.
Un tabernero, un polizonte, gentes del pueblo, y otros personajes que ni son del pueblo ni son gentes.

Se figura la acción en Villaruin, población próxima a Granburgo (capital de la Atargea), en el siglo XX del cristianismo, durante la dominación de las llamadas razas cultas.

Don Ligurco Redondo

(Juez de delitos)


Se le llama también juez de preparación o, como decía el presidente de un tribunal de apelación, «el juez de los primeros pasos», y en una procesión de Semana Santa envió al nominado detrás del Cristo amarrado a la columna, porque «usted me va inztruyendo este procezo y yo iré a la cola con él cabirdo para zentenciar con arreglo a justicia».

Cuando algún comerciante es presumido se dice que el tal se ha tragado la vara de medir: pues bien, el juez de delitos de Villaruin se ha tragado la vara de la justicia. Se la ha tragado porque anda más estirado que un pino. Se la ha tragado y le ha producido una indigestión.

Afortunadamente sólo se ha tragado la vara; otros se comen la justicia y engordan. El juez de Villaruin está para cebar; y el descaro con que asoman los huesos por debajo de la piel hace honor a la probidad de tan digno sacristán de Themis.

¡Pobre iluso!

Antes de tomar posesión de la plaza, se presentó al jefe del negociado de Derecho del Interior, y el alto funcionario le dijo:

—Usted dirá.

—Soy el juez de delitos nombrado para Villaruin.

—Está bien.

—Y vengo a despedirme de Vuecencia.

—Está bien.


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40 págs. / 1 hora, 10 minutos / 146 visitas.

Publicado el 9 de enero de 2022 por Edu Robsy.

¡Peste de Vida!

Silverio Lanza


Cuento


Yendo en el coche que lleva de la Porte Saint-Martín á Grenelle, note la primera impresión: en la avenida de La Motte Piquet me convencí de lo que ocurría, y, al apearme en el Campo de Marte, entre en mi casa decidido á volverme á España. Charo se moría.

Esto es lo que ustedes llaman presentimientos. Y dicen ustedes: «!Que casualidad! Acababa de acordarme de Fulano, y en seguida me halle con el.» Pero ninguno estudia el por qué Fulano ejerce esa avocación. Creen ustedes que les censuro? No tal. Charo y yo fuimos muy infelices; conque sigan ustedes en su dulce ignorancia.

No me negaran ustedes que la atención es la mayor servidumbre del espíritu. Abandonar todas las ideas propias, las adquiridas por comunicación y las creadas por raciocinio, y entregar el animo á otro hombre para que nos produzca impresiones, juicios, diserciones y deseos, es la mayor de las servidumbres humanas; y esto se logra produciendo una impresión sensoria superior á las preexistentes. Claro es que, cuanto menor sea el numero de los sentidos que se haya de impresionar, más fácil será la impresión. Por eso la elocuencia de la palabra, debe acompañarse de la elocuencia del ademán, para que en el auditorio se compadezca la impresión de la visión con la impresión de la audición. Por eso en los espectáculos mímicos, procuran los artistas que ningún ruido extraño al asunto dramático impresione el oído de los espectadores, ó bien, se acompaña la acción con una música apropiada. Y por eso, cuando se quiere impresionar por medio dela música, se procura que los músicos no sean visibles por el público, que una débil luz impida que la vista se distraiga, ó que una acción teatral impresione la vista en consonancia con las impresiones producidas por la música.


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3 págs. / 6 minutos / 144 visitas.

Publicado el 28 de noviembre de 2021 por Edu Robsy.

El Mayor Enemigo de los Reyes Magos

Silverio Lanza


Cuento


La casa, numero , de la calle de San Simón no está construida atendiendo á las diferencias de clase. Un solo portal sirve para los inquilinos de los principales exteriores, de las buhardillas y de los bajos. Y el desorden es tan grande que los reyes de la casa viven en el patio, en el cuarto numero 3. son reyes por delegación como todas las autoridades. El propietario es desconocido. El conocido es el administrador; el señor Don Rufino, un gallego bajito, delgado y que no revela en su semblante ni su edad, ni su origen, ni sus aficiones; es ya propietario, y se ignora como adquirió las fincas que posee.

Don Rufino es el coco de los vecinos del numero 96 de la calle de San Simón, porque estos han de pagar sus mensualidades el día 8, bajo pena de verse citados á juicio de desahucio el día 9. Solo hay una manera de obtener concesiones, y se reduce á tener contenta á S. M. la reina doña Martina, la que vive en el 3 del patio, casada con Celedonio, ordenanza del Gobierno Civil.


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2 págs. / 4 minutos / 137 visitas.

Publicado el 28 de noviembre de 2021 por Edu Robsy.

El Idioma Comercial

Silverio Lanza


Cuento


Fui el sábado á Bolsa para aprovecharme de la baja. Apenas entre, vino hacia mi Fernández.

—¡Amigo D. Silverio! Si llega usted antes de la media ve usted á D. Gaspar. Se nos ha hecho bajista. Me ha dado ordenes de vender á todo trance!trescientas mil pesetas! ¿Se las hago á usted?

Aquella noche recibí en casa la honrosa comunicación de los congresistas de Greatlie, pidiendo mi parecer acerca del idioma comercial. Este asunto es de importancia, aunque los españoles tengamos extraordinaria facilidad para expresarnos en todas las lenguas.

El domingo me hallaba en la Plaza de Toros, en mi delantera de grada, y Veneno comenzó á gritarme desde la contrabarrera:

—Ayer le fui á usted siguiendo en el Banco y no pude alcanzarle. Me dijo Paco, que había usted retirado el deposito de las treinta mil del ala, después llegue al ventanillo cuando usted acababa de presentar al descuento siete mil pesetillas en cupones; y luego estuve en cuentas corrientes esperándole á usted porque tenía usted allí un talón.

Termino la corrida de toros, y al regresar á mi casa, me detuvo en la calle de Sevilla mi cuñado Luis.

—Hola, Silverio. Acabo de separarme de Gutiérrez: dice que le has sacado por cuarenta y dos duros un broche que vale mil quinientos reales.

Afortunadamente, el broche era para mi esposa.

Y, cuando iba á acostarme, dije á mi mujer:

—Voy á contestar á Greatlie.

—Te pasarás la noche estudiando.

No tardo tres minutos.

Y escribí:

Señores Congresistas: á los comerciantes españoles lo mismo nos importa usar la lengua inglesa que la lengua china: lo imprescindible para nosotros es tener la lengua larga.

De ustedes aftmo. s. s. q. b. ss. mm.,


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1 pág. / 1 minuto / 134 visitas.

Publicado el 28 de noviembre de 2021 por Edu Robsy.

Justicia Concursiva

Silverio Lanza


Cuento


No pretendo ofender á ninguna persona que, por medio de un concurso, haya obtenido ventajas; las merecerá seguramente, pero más le halagaría el haberlas obtenido en lid pública. Trato unicamente de censurar el obscuro procedimiento de los concursos; y juro que nunca he acudido á ninguno, por la razón sencillísima de que me creo el más ignorante de los españoles. Si alguna vez se anuncia una vacante de hombre honrado, me presentare á conseguirla por medio de la oposición; y, si no me aprueban los ejercicios, me moriré de pena, porque sería sensible que al cabo de mis años, y sin otra afición preferente, no sirviese yo para hombre de bien.

Relataré tres sucesos de mi vida.

Y allá va el primero:

Estaba yo en una capital y en la tertulia de una señora marquesa (cuyo nombre no digo para permitirme la expansión de recordar que me era tan agradable como deseada) cuando se me acerco Don N. y llevándome al rincón de un saloncito me dijo:

—Supongo á usted identificado con la política de Don P.

—¡Ni remotamente!

—Pues entonces no puede usted hacerme el favor que deseaba.

—¡Caspitina!

—¿Qué quiere usted decir?

—Que siendo usted el representante de Don P. en esta provincia, no es posible que necesite usted apoyo ni credenciales. Don P. acaba de subir al poder y por consiguiente, no necesitará usted votos. En fin, sospecho que el favor no es político, y recuerdo á usted que yo hago favores siempre que puedo y debo y quiero hacerlos; y que siempre estoy deseoso de complacer á usted.

—Pues le hablare á usted con franqueza.

—Vaya usted diciendo.

—Ya sabe usted que hay anunciado un concurso de versos y cosas por ese estilo.

—Si sigue usted por ese estilo diciendo cosas, se va á ofender mi necia soberbia, porque á las veces me creo escritor.

—Perdone usted; no he sabido expresarme.

—Ni yo me he molestado.


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Dominio público
3 págs. / 6 minutos / 133 visitas.

Publicado el 28 de noviembre de 2021 por Edu Robsy.

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