El Hábito del Monje
Silverio Lanza
Cuento
Deseoso de obsequiar á mi prima con un vestido voy á la respetable casa de N. El dependiente principal me dice:
—Todo esto es bueno; pero por ahí hallara usted algo de más fantasía, pero menos solido, y siempre le saldrá á usted caro.
Propongo á mi prima que compremos el vestido en la casa N; pero con su grosería habitual me responde que allí solo venden antiguallas; y vamos á una tienda nueva de un señor Floringuindingui.
Nos enseñan doce cortes (los únicos que tienen) de vestidos de seda. Yo callo y observo la suavidad con que el dependiente toma el cabello á mi prima. Esta elige un corte, y lo pago.
Primera cuenta
Un corte de vestido........ 215 pesetas.
Salimos á la calle y propongo como modista á la señora P, que
tiene su gran establecimiento en la calle de Alcalá; pero mi prima
contesta:
—Esas sólo saben vestir á las mujeres de mala vida.
Y volviéndose á la tienda pide las señas de una modista.
Pasamos tres meses de desesperación porque la modista tiene muchas prisas. Yo supongo que la tela estará empeñada.
Por fin aparece el vestido y la
Segunda cuenta
Adornos, bajos, automáticos, percalina, linón, etc. ..... 124,75 pesetas. Dos varas de fondo........... 42 » Hechura...................... 60 » --------------------------------------------- Total........................ 226,75 »
Pago, y por curiosidad pregunto á mi prima que hay con dos varas de fondo que cueste 42 pesetas, y me dice:
—Son dos varas de la misma tela del vestido, porque el corte no daba bastante; y como el tendero las ha tenido que cortar de otro corte, pues por eso las ha cobrado tan caras.
Dominio público
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Publicado el 29 de diciembre de 2021 por Edu Robsy.