Judas
Silverio Lanza
Cuento
(Fotografía del natural)
Dícese que iban por un camino, y en dirección opuesta, un jesuita
moreno y un escolapio muy rubio. Es sabido que los jesuitas, desde la
primera fundación calasancía, no han cesado de molestar á los
escolapios;y sabido es que, entre la gente de iglesia, los odios son
recíprocos. Al hallarse próximos, dijo el jesuita:
—Rubio era Judas.
Y contestó el escolapio:
—Eso no es artículo de fe: lo que si es artículo de fe es que Judas era de la Compañía de Jesús.
* * *
Generalmente, nos imaginamos á Judas, rubio, feo, vendiendo por
treinta dineros al hijo de María, y ahorcándose después; y todo esto es
inexacto. Judas, aunque pareciese rubio, no lo era; porque lo racional
en un Judas es que se tiñese el pelo. Judas era hermoso; si hubiese sido
feo, enfermo, ó lisiado, hubiera sido melancólico, quizá agresivo, pero
nunca traidor; porque los desgraciados, cuando tienen un Jesús que les
quiera, jamás le venden. Judas no cobró solamente treinta dineros: eso
es una candidez de los modernos eruditos. Judas cobró mucho más; porque
en aquellos tiempos la dignidad profesional de los traidores estaba á
mayor altura. Judas no fué suicida: á Judas le mando ahorcar Caifás;
porque siempre los poderosos han gobernado de la misma manera:
explotando la traición y asesinando á los traidores.
Dominio público
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Publicado el 28 de noviembre de 2021 por Edu Robsy.