El Idioma Comercial
Silverio Lanza
Cuento
Fui el sábado á Bolsa para aprovecharme de la baja. Apenas entre, vino hacia mi Fernández.
—¡Amigo D. Silverio! Si llega usted antes de la media ve usted á D. Gaspar. Se nos ha hecho bajista. Me ha dado ordenes de vender á todo trance!trescientas mil pesetas! ¿Se las hago á usted?
Aquella noche recibí en casa la honrosa comunicación de los congresistas de Greatlie, pidiendo mi parecer acerca del idioma comercial. Este asunto es de importancia, aunque los españoles tengamos extraordinaria facilidad para expresarnos en todas las lenguas.
El domingo me hallaba en la Plaza de Toros, en mi delantera de grada, y Veneno comenzó á gritarme desde la contrabarrera:
—Ayer le fui á usted siguiendo en el Banco y no pude alcanzarle. Me dijo Paco, que había usted retirado el deposito de las treinta mil del ala, después llegue al ventanillo cuando usted acababa de presentar al descuento siete mil pesetillas en cupones; y luego estuve en cuentas corrientes esperándole á usted porque tenía usted allí un talón.
Termino la corrida de toros, y al regresar á mi casa, me detuvo en la calle de Sevilla mi cuñado Luis.
—Hola, Silverio. Acabo de separarme de Gutiérrez: dice que le has sacado por cuarenta y dos duros un broche que vale mil quinientos reales.
Afortunadamente, el broche era para mi esposa.
Y, cuando iba á acostarme, dije á mi mujer:
—Voy á contestar á Greatlie.
—Te pasarás la noche estudiando.
No tardo tres minutos.
Y escribí:
Señores Congresistas: á los comerciantes españoles lo mismo nos importa usar la lengua inglesa que la lengua china: lo imprescindible para nosotros es tener la lengua larga.
De ustedes aftmo. s. s. q. b. ss. mm.,
Dominio público
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Publicado el 28 de noviembre de 2021 por Edu Robsy.