La Cuestión Social
Silverio Lanza
Cuento
Unid el hambre con el sueño y se verificará una combinación química que dará por resultado un compuesto que se tiene por simple: el derecho á la existencia.
Publícola al sentirse falto de vida comprendió por primera vez que tenía derecho á vivir. Pero la hora no era oportuna para despertar al Presidente del Consejo ó del Supremo y exponerle estas teorías. Por otra parte, la propaganda de ciertas ideas siguen el mismo movimiento que el humo de la pólvora: sale de abajo y llega arriba.
Publícola empezó su campaña en una buñolería. Convenció al dueño de que no era burgués, supuestas las diferencias que existen entre las explotaciones de las dos masas blancas: la masa humana y la de los buñuelos. Llamó Santo Jonás al señorito de la casa, calificativo que oyó con inocente satisfacción la abultada buñolera.
Después habló con los bohemios de la asquerosa simonía de nuestros gobernantes; con los aguadores del sudor de su frente; con los carboneros del negro pan del trabajo; con las criadas del amor libre, y con los soldados del ensangrentado látigo de los déspotas y los cabos.
Resultado práctico: tomó siete buñuelos, dos churros y cinco copas de aguardiente.
A las nueve opinaba mi amigo que se puede vivir á costa del país teniendo el sistema de servir al que paga.
De modo, que á las cuatro de aquella mañana, el Presidente no pensaba como Publícola, y á las nueve pensaba Publícola como el Presidente.
Pero á las nueve y media el alcohol había exagerado la secreción de jugos, y los buñuelos estaban disueltos, descompuestos y repartidos con una asimilación insignificante.
A las diez las opiniones de Publícola discrepaban algo de las del señor Presidente, á las once volvió á acordarse del derecho á la vida.
Dominio público
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Publicado el 15 de enero de 2022 por Edu Robsy.