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Confesiones de un espíritu del tercer mundo

Víctor Salmerón


Literatura, novela, Víctor Salmerón


Confesiones de un espíritu del tercer mundo, de Víctor Salmerón, es un testimonio que navega entre la memoria personal y la crítica social. La obra se erige como una reflexión profunda sobre las realidades de los países en desarrollo, abordando las tensiones entre el pasado colonial y los desafíos contemporáneos.

Con una narrativa incisiva y reflexiva, Salmerón explora los dilemas que enfrentan las sociedades periféricas frente al avance del neoliberalismo y la globalización, mientras reivindica las luchas de los sectores más vulnerables. Su escritura, cargada de sensibilidad, logra conectar las experiencias individuales con los grandes procesos históricos, ofreciendo al lector un espacio para repensar su lugar en el mundo.

Es un texto que trasciende lo literario, convirtiéndose en un llamado a la conciencia y a la acción. Una obra imprescindible para quienes buscan comprender las complejidades del tercer mundo desde una perspectiva crítica y honesta.


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Publicado el 15 de diciembre de 2024 por Víctor Salmerón .

LA SALVACIÓN EN LOS TIEMPOS DE LA POST-GRACIA

Víctor Salmerón


Literatura, ficción, ficción por genero, psicológico, religión, psicopatía, mesías


"Pensó en su antigua casa. En aquella morada de adobe que ya no pertenecía a su padre. La casa, que alguna vez fue de adobe, había sido reemplazada por paredes de bloque frío e indiferente. Es curioso cómo la gente suele llamar "su casa" al hogar de la infancia, aunque tantas veces ya no lo sea. Siempre creyó que seguía siendo suya, pero la realidad era otra: ahora pertenecía a Celestino Blanco. Qué distante y extraña le resultaba, no solo por la lejanía física, sino por lo que el tiempo había borrado. El recuerdo, un batiburrillo de neblina mal cocinada, se deshacía antes de tomar forma. Pero, aun en la evidente lejanía, el recuerdo de la casa se extendía como una atarraya lanzada al pasado, que traía consigo memorias reacias al olvido: la abuela en la cocina, la huerta en plena vida, la quebrada serpenteante, Lucio y su hondilla asesina, los abismos que se tragaron la carne de su hermano, el volcán imponente y los lomos arañados de los cerros en invierno. 

En aquella casa, el ruido crecía y se movía como un ser vivo, dueño absoluto de cada rincón. Rebotaba en las paredes y, como un fiel fugitivo, le daba por colarse entre las rendijas que hallaba a su paso. Era macizo como una roca y tan vigoroso y desarrollado como un hombre en la plenitud de sus treinta años. Comenzaba a gatear con los primeros cantos del gallo, el zapateo incesante en la cocina y el crujir mojigato de la leña en la hornilla, sacrificada diariamente al dios café. Hacia las tres de la madrugada comenzaba su andanza, pero perdía fuerzas en las piernas hacia las diez, cuando terminaban de rezar El Rosario. A las once, el silencio pontificio permitía escuchar el canturrear de los grillos, el ladrar chirriante de los perros y el hervor de perol de tamales infernal de los adultos en sus camas; aquel clima sofocante,  lleno de sonidos discordantes, al cabo de unos minutos se volvía enojoso". 





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Publicado el 21 de febrero de 2025 por Víctor Salmerón .